Julio César Chávez dio a conocer que sus hijos no le hablan luego de que subiera al ring acompañado de Saúl Canelo Álvarez. El hecho tuvo lugar en la pelea de exhibición (que también representó su despedida definitiva del boxeo) del pasado 20 de junio, cuando el César se enfrentó contra Héctor Macho Camacho jr.
“Están enojados porque el Canelo se subió al ring conmigo”.
Así lo relató el multicampeón mexicano en entrevista con Yordi Rosado. Chávez mencionó que no lo hizo con la intención de hacer sentir mal a sus hijos y que fue un impulso del momento al ver que Álvarez se encontraba feliz de estar ahí. “El muchacho estaba bien alegre y lo subí porque me nació”.
Los reproches de Julio César junior y de Omar Chávez tuvieron que ver con que su padre no los subió al ring. “Me preguntaron que por qué no se subieron ellos”, a lo que el Gran Campeón les respondió: “ustedes son mis hijos, ustedes ya han subido”, recordó Chávez.
Sobre la relación con sus hijos, el boxeador aceptó las complicaciones que siempre han existido en relación con el pugilismo y también por problemas en el plano familiar:
“Siempre ha sido difícil la vida con mis hijos por las comparaciones que ha habido por el boxeo. Después de que ellos vieran caer a su padre en lo más bajo, ver cómo hizo sufrir a su madre”
Julio César ahondó en los problemas que han tensado el vinculo con sus hijos, sobre todo en la época en la que el patriarca de los Chávez cayó en las drogas. “Ellos me han reprochado mucho que yo ofendí a su madre. Pero les digo: ‘yo ya cumplí, ya tengo doce años limpio’. No pueden echarme todo el tiempo, toda la vida de que ustedes están así por mí. No chinguen, les digo”.
Dejó claro, además, que en el pasado pidió perdón por todos los momentos negros vividos durante la época en que cayó en las adicciones. “Les he pedido disculpas, ellos lo saben perfectamente bien. Lo único que he hecho es estar con ellos en las buenas y en las malas”.
En el auge de su carrera, Julio César Chávez vivió en carne propia el monstruo de las drogas. Como él mismo lo ha reconocido en diversas ocasiones, la cocaína le llevó a vivir momentos críticos en el ámbito personal que se trasladaron a su desempeño en el ring.
Precisamente tras vencer a Héctor Macho Camacho padre, el 12 de septiembre de 1992 en Las Vegas, Chávez probó la cocaína por primera vez. La adicción estuvo a punto de costarle la vida, como también lo narró en la entrevista. “Estaba muy triste, llevaba tres días drogándome y me puse una pistola en la cabeza. Cuando estaba por jalar el gatillo, entró mi cuñado y me la movió. La bala pasó rozándome”, recordó.
Chávez contó también las complicaciones que ha tenido con sus hijos en relación con las drogas. “Yo he tenido que internar a mis hijos y eso, como padre, duele mucho. Tengo clínicas de adicciones y digo: dios mío qué hago, si he podido ayudar a mucha gente cómo no puedo ayudar a mis hijos”, expresó visiblemente conmovido el César del boxeo.
“Mientras yo esté limpio de alcohol y drogas, les voy a salvar la vida. Así no me hablen y se enojen conmigo, me vale madre: yo les voy a salvar la vida”, concluyó sobre los problemas de adicciones de sus dos vástagos. Chávez abrió una clínica para combatir las adicciones llamada Baja del Sol. Desde hace 14 años funge como comentarista habitual en las transmisiones sabatinas de TV Azteca.
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