Hace 10 años se suscitó un evento que quedará marcado en la historia del futbol mexicano. El 20 de agosto de 2011 en el partido de Santos Laguna frente a Monarcas Morelia ocurrió un cruce violento en las afueras del Estadio Corona. En las faldas del inmueble se escucharon detonaciones de bala, lo que provocó pánico en los aficionados, jugadores, cuerpo técnico y medios de comunicación.
El recinto Territorio Santos Modelo registró una gran entrada para aquel día. Los seguidores del equipo de Torreón al norte del país no imaginaron lo que sucedería. Corría el minuto 40 del primer tiempo, los equipos disputaban el encuentro de la jornada 6 del Apertura 2011. En la cancha los jugadores de Morelia tenían la posesión del balón y atacaban la portería del cuadro santista.
A cinco minutos de acabar el primer tiempo, las detonaciones de bala se escucharon en el lugar. Los jugadores corrieron hacia los túneles de vestidores atemorizados por el cruce de fuego. Uno de los primeros en percatarse de lo sucedido fue Oswaldo Sánchez, arquero del Santos; quien corrió a los túneles seguido de los futbolistas de ambos clubes.
En las butacas del estadio, los aficionados desconocían de dónde provenían los estallidos. Por lo que algunos se refugiaron debajo de los asientos, mientras que otros se arrodillaron y tiraron al piso. Otros tantos decidieron descender al terreno de juego donde los deportistas ya habían desalojado el rectángulo verde.
Posteriormente, los jugadores regresaron a la cancha para mantener el orden de los asistentes. Las bocinas y autoridades ordenaron permanecer dentro del lugar y esperar a que la situación se calmara. El presidente del equipo lagunero, Alejandro Irarragorri, se situó en el centro del campo y felicitó a toda la afición “Me siento orgulloso de la afición por el comportamiento ante una crisis grave”, afirmó el directivo. Pues la serenidad permaneció en los seguidores.
A 30 minutos de lo acontecido las autoridades esclarecieron los hechos. Jesús Torres, Fiscal General de Coahuila señaló que un grupo armado marchaba por la Carretera 30, un circuito cercano al Territorio Santos. Una patrulla les marcó el alto y los delincuentes hicieron caso omiso al acelerar y disparar contra los policías. Lo anterior desencadenó una persecución y posterior balacera, los estruendos por arma de fuego se oyeron a raíz de eso.
El saldo fue blanco en cuanto a los asistentes del estadio, aunque un policía sufrió una herida por los disparos. Eduardo Olmos, entonces alcalde de Torreón, aseveró que fue un ataque contra una camioneta de la Policía Municipal. Por su parte, Juan Marcos Gutiérrez, al siguiente día dijo que se trató de un ataque al jefe municipal del agente policiaco y ambos servidores públicos cayeron en una contradicción.
En 2011, marchaba el ciclo presidencial de Felipe Calderón, el cual es recordado por los choques violentos entre su gobierno y el narcotráfico. Lo anterior luego de declararle la guerra al narco y basar su periodo en enfrentamientos contra el crimen organizado. En la mañana siguiente, Calderón aseguró que “los criminales son los enemigos de nuestras leyes, de nuestras instituciones y por eso debemos combatirlos”.
El mensaje de TV Azteca, encargado de la transmisión, corrió a cargo de Luis García y Antonio Rosique. Ambos salieron en cadena nacional para aclarar que la emisión del hecho fue cortado por el respeto que se le tuvo a la afición. “Decidimos renunciar a un suceso que nos pudo traer gran audiencia, pero para nosotros es más importante no alarmar a la población y no caer en la desinformación. En Azteca no buscamos el rating por el rating, no vamos a renunciar a nuestros principios y valores”, confirmaron el periodista y el ex futbolista.
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