No da entrevistas, muy pocas veces acude públicamente a las peleas que él mismo organiza, no tiene una página de Internet, no maneja redes sociales, apenas hay un puñado de fotos con su rostro en primer plano distribuidas por la red e incluso no mantiene comunicación directa con la extensa cartera de boxeadores que maneja, que incluía en su momento al propio Floyd Mayweather.
“Si yo hubiera tenido a Al Haymon desde el principio, probablemente sería multimillonario en estos momentos”, aseguró Money en 2018 acerca de su trato con el Fantasma, como suele llamarlo ya que nunca logró entablar una relación personal con él, ni cuando firmó su polémico contrato en 2006, ni cuando se sumó a los negocios de la empresa Haymon Boxing con su promotora Mayweather Promotions después de su retiro.
“Él ha sido como un padre para mí en lo que respecta al mundo de los negocios. Tengo dos padres. Uno que me enseñó el juego de la lucha y uno que me enseñó el mundo de los negocios”, explicaba en una entrevista a TMZ.
De perfil bajo, personalidad silenciosa, calculadora y seductora. Al Haymon es prácticamente el dueño del deporte, en el cual irrumpió por el año 2000, después de haber hecho ruido en la industria del espectáculo musical siendo mánager de varios artistas de renombre como MC Hammer, Whitney Houston, Janet Jackson y la reconocida Beyonce, entre otros. En ese ambiente generó cerca de 60 millones de dólares por año y fundó 14 empresas relacionadas al marketing y la publicidad destinadas a esa rama artística.
Quizás el hecho de haberse graduado en la carrera de licenciatura en Ciencias Económicas de la prestigiosa escuela de Hardvard, haber completado una maestría en Administración de Negocios y convivir durante gran parte de su vida en un hogar que compartía con un hermano boxeador (Bobby Haymon) y una madre contadora de profesión (Emma Lou), fueron algunos detalles que terminaron marcando su camino.
A día de hoy, su empresa cuenta con un arsenal de grandes boxeadores: Adrien Broner, Andre Berto, Deontay Wilder, Chris Eubank Jr, Danny García, Peter Quillin y Andy Ruiz entre otros más de 140 púgiles. Pero sus inicios fueron de la mano de Vernon The Viper Forrest que, con él a su lado, logró ganar los campeonatos Welter y Superwelter del CMB.
Alan Haymon sin embargo sabía de antemano que la mina de oro estaba debajo de un solo nombre y fue a por él: Floyd Mayweather. El estadounidense no paraba de ganar y acumulaba 36 victorias consecutivas desde 1996 bajo el ala de Bob Arum, jefe de la promotora Top Rank. Para su siguiente enfrentamiento ante el argentino Carlos Manuel Baldomir por el título de peso welter de la CMB en noviembre del 2006 Money ya pertenecía al “Grupo Haymon” después de que El fantasma le hiciera llegar una propuesta a través de su equipo de trabajo que incluía la rescisión del contrato con su agencia anterior.
Según relataron los medios de aquel entonces, se le pagaron 750 mil dólares a Top Rank para que liberara el contrato de Mayweather. A partir de ese momento el futuro del púgil estadounidense cambió drásticamente, sobre todo en su cuenta bancaria.
Cómo iban a llevarse a cabo los combates, contra quién, cuándo y en qué lugar. Floyd sólo debía subirse al ring y hacer lo que él sabía, mientras su nuevo asesor y consejero aumentaba los ceros en la bolsa que ganaría su cliente al bajar. “El negocio es mantener el cero en el récord de Floyd”, comentaba George Peterson, quien fue socio de Haymon en 2009. Para Haymon la mejor pelea no debía ser ante el mejor boxeador, sino la más lucrativa.
Con Mayweather como su caballito de batalla, el empresario empezó a acercarse más fácilmente a los jóvenes talentos y grandes estrellas que, al ver como la carrera del boxeador estadounidense iba en ascenso tanto deportiva como económicamente, no dudaban en unírsele.
Según detalló el medio especializado Boxing Scence en 2014, Haymon les ofrecía a sus clientes un acuerdo exclusivo en el que los luchadores le cedían el derecho a su compañía (Haymon Boxing) de organizar legalmente sus participaciones en competencias profesionales, exhibiciones, actuaciones en la industria del entretenimiento y oportunidades de patrocinio que surgieran durante la carrera. A cambio, su tarea era la de asegurarles peleas bien remuneradas, además de ejercer como una consultoría para el desarrollo del peleador. También debería promover las habilidades y el talento de su cliente en los medios con el objetivo de darle difusión y hacerlo crecer en el ambiente.
Pero él nunca fue la cara visible de su compañía. A pesar de ser un poderoso empresario, cuenta con un reducido personal que se encarga de diferentes tareas. Sylvia Brown y Sam Watson son algunos de ellos. Sylvia, a quien conoce de su etapa como estudiante, se convirtió en su asistente y se ocupa de todo el trabajo administrativo. Sam, su socio, es el que mantiene contactos de forma regular y personal con los luchadores haciéndolos sentir cómodos y a gusto. Él, junto a sus hijos, es la cara pública de la empresa, el que se sube al ring cuando los boxeadores ganan.
También posee un buffet de abogados del que tuvo que hacer uso sobre todo en el 2015, un año en el que su nombre recorrió las principales portadas de los medios especializados, producto de una serie de episodios trascendentales.
Con la inmensa cartera de boxeadores que integraban su empresa, y con mucha habilidad a la hora de negociar con grandes cadenas televisivas, en 2015 Haymon revolucionó el deporte al anunciar la creación y el inicio de Premier Boxing Champions (PBC), evento que reuniría 20 veladas entre los peleadores más importantes de su compañía y que se emitiría por la cadena NBC. Lo que despertó el interés de la audiencia fue que esta serie de combates serían televisados en abierto en vez de las clásicas PPV.
El primer evento se llevó a cabo el 7 de marzo del 2015 y automáticamente la promoción alcanzó acuerdos con otras emisoras como ABC, CBS y FOX, junto a sus cadenas deportivas (ESPN, CBS Sports, FS1, respectivamente).
Aquel sábado se inició con la pelea de peso welter entre los ex campeones Keith Thurman y Robert Guerrero, además de la presentación de Adrien Broner contra John Molina en welter junior. El debut de la compañía fue un éxito alcanzando un máximo de 4,2 millones de espectadores. Una semana después, ESPN llegaba a un acuerdo por dos años con la empresa. Al otro mes Sirius XM se iba a unir transmitiendo las tarjetas por radio satelital a través de Sports Zone.
En medio de esta revolucionaria propuesta, Mayweather continuaba inflando su cuenta bancaria al mismo tiempo que mantenía su invicto dentro del ring. Para mayo del 2015, y gracias a algunas gestiones del Fantasma, Money iba a protagonizar La Pelea del Siglo frente a Manny Pacquiao (de Top Rank). Un enfrentamiento que quedó en la historia por ser el más taquillero y por la incalculable cantidad de dinero que se movió en torno a los protagonistas. El estadounidense se impuso en las tarjetas al filipino en una cuestionable decisión de los jueces, alcanzó su victoria Nº 48 y unificó los títulos de peso welter del CMB, la AMB y la OMB.
“Si no fuese por Haymon, no estaría donde estoy”, fue lo primero que afirmaba Floyd tras su combate con Pac Man. Del otro lado, las críticas y acusaciones sin pruebas ponían en el punto de mira la imagen del poderoso empresario: “He contratado a varios sparrings, pero la gente de Al Haymon se ponía en contacto con ellos después para ofrecerles más dinero por no venir a nuestras sesiones”, aseguraba Freddie Roach, entrenador de Manny Pacquiao. Bob Arum (CEO de Top Rank) reconocía que Haymon estuvo dispuesto a no ceder nada y que generó mucho desgaste en las negociaciones.
Mientras la serie de eventos pugilísticos de PBC tomaba cada vez mayor relevancia, Al Haymon se iba a enfrentar a una demanda prácticamente conjunta de las promotoras Golden Boy Promotions (de Oscar de la Hoya) y Top Rank (con la que dos meses atrás había alcanzado un acuerdo para el Mayweather-Pacquiao), las cuales denunciaron que el empresario había violado la ley antimonopolio, pero sobre todo el Muhammad Ali Boxing Reform Act, creado en el 2000, que prohíbe expresamente que se pueda ser mánager y promotor de un boxeador al mismo tiempo. Además pedían un resarcimiento económico de 300 millones y 100 millones de dólares respectivamente.
ESPN informó a través de un artículo publicado aquel 1 de julio de ese año que las acusaciones giraban en torno a:
- Manejar peleadores y promover peleas simultáneamente violando el Acta de Reforma Muhammad Ali.
- Prohibir a los luchadores bajo contrato con Haymon ser promovidos por Top Rank u otros promotores.
- Pagarle a los boxeadores para que no hagan sparring contra otros promovidos por Top Rank.
- Rehusarse a que sus clientes peleen contra otros que no estén en su misma empresa.
- Bloquear a otras promotoras de oportunidades en la televisión
- Bloquear posibles sedes de combates (Staples Center o el Forum de Inglewood), obligando a buscar nuevos lugares a las otras promotoras
“Aquellos que como Bob y yo, hemos pasado la mayor parte de nuestras vidas en el boxeo entendemos que el Acta de Reforma Muhammad Ali es una ley crucial que ayuda a proteger a los peleadores y a mejorar el deporte”, lanzó por ese entonces El Chico de Oro.
Sin embargo, esas demandas no prosperaron. Bob Arum desestimó las acusaciones en 2016 y alcanzó un acuerdo en medio de las especulaciones sobre una posible revancha entre Floyd Mayweather y su representado Manny Pacquiao: “Nos arreglamos, pero los términos del acuerdo son confidenciales y no voy a hablar de ello. Estaría molesto si ellos dijeran algo al respecto y no voy hacerlo”, se limitó a decir en diálogo con ESPN.
Un año después, algo similar iba a suceder con Oscar de la Hoya, ya que el juez dictaminó que no había pruebas para demostrar la demanda. En el informe final de 24 hojas, se puso en evidencia que Golden Boy Promotions había hecho negocios con Haymon en lo que fue la pelea entre Canelo Álvarez y Amir Khan, representado de Haymon, el 5 de julio del 2016. Además pusieron como ejemplo que Haymon no evitó que Floyd Mayweather, su cliente, se enfrentara a Manny Pacquiao (Top Rank) en 2015.
También señaló que Golden Boy hizo negocios con compañías televisivas reconocidas mundialmente. “Estamos obviamente decepcionados por la decisión del juez. Sin embargo, nuestra prioridad en Golden Boy es concretar las mejores peleas para los fans y promover los mejores eventos en la industria”, sentenció De la Hoya a través de un comunicado.
QUE ÉS LA LEY ALI Y POR QUÉ SE CONSIDERA QUE HAYMON NO LA VIOLÓ
Básicamente dicha ley protege los derechos y el bienestar de los boxeadores. El 26 de mayo del 2000 se estableció una modificación denominada Muhammad Ali Boxing Reform Act la cual promulgaba, entre otras cosas, que un individuo no pueda ser manager y promotor al mismo tiempo con el fin de garantizar un espectáculo sano y sin corrupciones. El que realizara ambas profesiones sobre un mismo luchador estaría fuera de la ley.
Mientras que los promotores consiguen el lugar para el evento, presentan la cartelera, y planifican y arman los detalles de la velada, el manager se aboca solo a la carrera de su peleador.
El trabajo de Haymon roza el límite de lo legal ya que cuenta con una licencia de manager pero realiza varias tareas de promotor. Sin embargo, a la hora de firmar sus contratos lo hace como asesor y no como manager y/o promotor. Es por eso que cuenta con un amplio abanico de boxeadores a quienes los reparte entre varios agentes como Richard Shaefer (ex de Golden Boy Promotions) y Lou DiBella, entre otros.
“Las estrellas son los boxeadores y, personalmente, considero que pierde el deporte si managers y promotores roban la atención de estos jóvenes talentosos”, comentó Haymon en una de sus pocas apariciones públicas durante el premio al manager del año de la Asociación de Escritores de Boxeo de América (BWAA) en 2013.
Casi nunca se lo ve, es difícil fotografiarlo, raramente contesta su teléfono e incluso no se sabe dónde está ubicada su oficina física. Muchos en el ambiente lo llegaron a comparar con la figura Marlon Brando en la trilogía de “El Padrino”. De todos modos, a sus 66 años se calcula que controla el 80% del negocio del boxeo hasta el día de hoy.
La promotora PBC que puso en marcha Haymon hace seis años tendrá una cartelera envidiable durante los próximos meses, siendo el combate entre Manny Pacquiao (quien se desvinculó de Top Rank) y Yourdenis Ugás, pactado para el 21 de agosto, uno de los más esperados.
Entre otros, ya se vieron las caras Brian Castaño y Jermell Charlo, ambos de PBC el pasado 17 de julio en donde pusieron en juego los títulos de super welter del CMB, AMB y FIB del estadounidense contra el del OMB del argentino. “Quiero agradecerle a Showtime y a Al Haymon por darme la oportunidad”, fue lo primero que dijo el oriundo de Buenos Aires tras el fallo dividido que decretaron los jueces y que terminó en empate.
Al mismo tiempo, también se espera que Bob Arum y Alan Haymon vuelvan a protagonizar otro cruce de titanes, cuando Tyson Fury (Top Rank) se enfrente a Deontay Wilder (PBC) el próximo 9 de octubre, fecha que se reprogramó del 24 de julio tras el positivo por COVID-19 del británico, en una revancha por el título de los pesados del CMB.
Spence Jr de PBC, el rival que iba a enfrentarse en un principio a Pacquiao el 14 de agosto pero que no pudo concretar su pelea después que los médicos le detectaran un desgarro en la retina del ojo izquierdo en la previa, también quiere “cruzar la calle para hablar con Top Rank” ya que su objetivo es medirse al campeón de la OMB en las 147 libras Terence Crawford: “Como le he dicho a Al (Haymon), quiero esa pelea con Crawford, pero si no sucede probablemente subiré de división”, aseguró en diálogo con BarberShop Conversation.
Finalmente, dejó unas declaraciones que pusieron en evidencia la habilidad de El Fantasma a la hora de negociar. “Iba a firmar con Bob (Top Rank) por unos 400 mil dólares. Mi papá habló con Al. Al le dijo que 2 mil dólares al mes (me aconsejó que me centrara en el futuro y en retirarme con dinero). Mucha gente y muchos boxeadores elogian a Al. Siempre que manejes tus asuntos dentro del ring, él se encargará de manejar tus asuntos fuera del cuadrilátero para asegurarse que seas uno de los mejores”.
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