Manu Ginóbili es considerado una leyenda del deporte mundial. El bahiense fue uno de los pilares fundamentales de la Generación Dorada que terminó con la hegemonía de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos que organizó Atenas en 2004 y su talento le permitió alcanzar cuatro títulos con San Antonio Spurs en la NBA.
La medalla de bronce en Beijing 2008 y el subcampeonato mundial en Indianápolis 2002 fueron otros reconocimientos que alcanzó el mejor basquetbolista argentino de la historia a lo largo de su carrera.
Su retiro dejó un legado similar al que entregó Luis Scola después de la participación del combinado albiceleste en Tokio 2020. Y en las últimas horas sacó a lucir los anillos que consiguió con la franquicia de Texas para una publicidad comercial.
“Hacia rato que no los miraba con atención”, reveló Ginóbili junto a una foto con las conquistas obtenidas en las temporadas de 2003, 2005, 2007 y 2014.
Si bien el bahiense nunca se le pasó por la cabeza subastar alguna de sus reliquias, en el mercado se pueden obtener valores elevados que superan ampliamente los 11.000 dólares que cuesta la producción de cada uno.
En las subastas que se realizan a menudo hay tres factores que determinan los precios de los anillos: la historia de la joya, el jugador que la consiguió y el equipo que fue campeón durante esa temporada. Con esos parámetros se han recaudado cifras millonarias a lo largo del tiempo, como por ejemplo con el que perteneció a Kareem Abdul-Jabbar, figura de la década del setenta y ochenta que recaudó 2.947.872 de dólares con la venta de 4 de los 6 anillos que ganó para una organización benéfica dedicada a ayudar a los niños.
Otros protagonistas que tuvieron una recaudación ostentosa por vender sus anillos fueron:
- Metta World Peace: 500.000 dólares por el anillo conseguido en 2010.
- Oscar Robertson: 91.000 dólares por el obtenido en 1971.
- Julius Erving: 460,000 dólares por el ganado en 1974.
Siempre cerca del representativo nacional, Manu acompañó al equipo albiceleste durante la pretemporada que organizó Sergio Hernández por Las Vegas antes de arribar a Japón. También se manifestó afligido cuando su ex compañero, Luifa Scola, anunció su retiro después de su participación en el país del sol naciente.
Justamente, en las últimas horas, La Oveja anunció que su etapa finalizó luego de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en el que el representativo argentino se despidió en los cuartos de final con Australia luego de tres derrotas en cuatro partidos. “Para mí se terminó la etapa Selección. Le vendría bien un cambio y empezar un nuevo proceso, y desde ya que va a tener todo mi apoyo”, avisó el estratega.
“Hay algunos que ya me quieren retirar. No tengo nada en vista, recién terminan los Juegos, y no tengo propuesta de ningún club. Hoy no soy el técnico de la Selección Argentina, terminé mi contrato y no me pude juntar con los dirigentes de la CAB”, continuó.
De esta manera, las palabras del propio Hernández le pusieron final a la posible renovación, tal como pidió Facundo Campazzo, la principal figura del seleccionado. “La Selección es de todos. Yo no puedo dejar de pensar que los entrenadores que están en la Argentina no son partícipe de todo lo que logra el básquet argentino a nivel mundial. La Selección siempre me va a tener a disposición”, explicó el coach en una nota brindada a TyC Sports.
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