Al igual que los Juegos Olímpicos, los Paralímpicos de Tokio se celebrarán a puerta cerrada casi en su totalidad, anunció este lunes el comité organizador a ocho días de la ceremonia inaugural, una decisión esperada por las cifras récord de casos de covid-19 registradas en Japón.
Ante esta situación, “se tomarán medidas más estrictas para las competiciones que se desarrollen” en los departamentos que actualmente están bajo estado de urgencia, “incluyendo la ausencia de espectadores”, declaró el comité organizador en un comunicado conjunto con el Comité Paralímpico Internacional (CPI), el gobierno japonés y la ciudad de Tokio.
Esta medida para los Paralímpicos que tendrán lugar entre el 24 agosto y el 5 septiembre es similar a la adoptada para los Olímpicos terminados el 8 de agosto, en los cuales casi el 98% de los eventos se disputaron a puerta cerrada, permitiendo público solo en los departamentos relativamente alejados de la capital. Incluso el de Shizuoka (centro de Japón), escenario de varias pruebas de ciclismo en los Juegos con presencia de espectadores, ha visto empeorar su situación sanitaria.
“En vista de la presente situación, era inevitable (organizar las pruebas) a puerta cerrada”, declaró la presidenta de Tokio-2020, Seiko Hashimoto, en una rueda de prensa este lunes por la noche. No obstante, los alumnos de escuelas locales podrán asistir a ciertas pruebas a petición de las autoridades locales y los colegios, con el objetivo de avanzar hacia “una sociedad más inclusiva”. “Esperamos poder dar sueños y esperanzas al mayor número posible de niños”, deseó.
“La decisión de no aceptar espectadores ha sido tomada por consideración a los deportistas, pero también a la sociedad japonesa”, declaró Toshiro Muto, director general de Tokio-2020. Según un sondeo de la agencia Kyodo publicado este lunes, la población nipona, descontenta con la gestión de la crisis del gobierno, era en su mayoría favorable a la puerta cerrada para los Juegos Paralímpicos, aprobada por el 65% de las personas preguntadas. El país vive desde finales de junio su peor ola de coronavirus hasta el momento, por el efecto especialmente de la variante Delta, más contagiosa.
La campaña de vacunación, que comenzó muy tarde en el país, se ha acelerado estas últimas semanas, pero tan solo el 37% de la población nipona está completamente vacunada en estos momentos, la tasa más baja entre los países del G7.
Frente al empeoramiento de la situación sanitaria antes de los Juegos, el gobierno japonés había decretado a mediados de julio un estado de urgencia en una parte del país, incluida su capital, por cuarta vez desde el inicio de la pandemia. Esta medida permite a las autoridades locales instar a la población a evitar los desplazamientos no imprescindibles y pedir a los bares y restaurantes que cierren a las 20h00 y no sirvan alcohol.
Pero el estado de urgencia, que debería prolongarse el martes hasta mediados de septiembre y extenderse geográficamente, según los medios locales, parece cada vez menos eficaz: los casos diarios de covid-19 no paran de aumentar y superaron por primera vez la barrera de los 20.000 a nivel nacional el viernes y el sábado. También alcanzaron un número récord el viernes en Tokio, donde se han cuadruplicado en tres semanas.
El comité de organización de los Juegos asegura sin embargo que esta ola de infecciones, que empezó varias semanas antes de la cita olímpica, no está relacionada con el evento. Hasta la fecha, se han identificado unos 540 casos de covid-19 en Japón entre personas involucradas en los Juegos Olímpicos (deportistas, organizadores y medios de comunicación), la mayoría de ellos entre empleados establecidos en Japón.
Otras tres personas, periodistas, dieron positivo al covid-19 en las dos semanas posteriores a su marcha de Japón, según los organizadores. Además, 31 personas relacionadas con los Juegos Paralímpicos han dado positivo hasta el momento y se han reportado otros casos ente los equipos que ya han llegado al archipiélago para entrenarse antes de los Juegos.
Con información de AFP
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