Pasión es la palabra con la que puede definirse a Carlos Sainz, el español que fue bicampeón mundial de rally (1990 y 1992) y que a sus 59 años se prepara para buscar su cuarta victoria en el Rally Dakar, donde ya ganó en 2010, 2018 y 2020. En 2022 irá con un desafío inédito, ya que competirá con un auto híbrido (motor eléctrico y a combustión) en la carrera más difícil del mundo. Infobae habló en exclusivo con El Matador sobre esta nueva etapa y de sus ricas historias en el automovilismo internacional.
Respecto del Rally Dakar, el madrileño (12/04/1962) es una de las figuras que contrató Audi para su ingreso en la competencia que se disputará por tercera vez en Arabia Saudita. Junto a Sainz llegaron el francés Stéphane Peterhansel, máximo ganador del Dakar con 14 éxitos (6 en motos y 8 en autos) y el sueco Mattias Ekström, bicampeón del Campeonato Alemán Turismo con la marca germana.
Audi, luego de dominar varios años en el Mundial de Endurance y ganar 13 veces las 24 Horas de Le Mans, apostó a la motorización eléctrica donde participa en la Fórmula E, categoría que nació en 2014. El flamante coche para el Dakar se denomina RS Q e-tron 4X4 híbrido, con dos motores eléctricos y uno a combustión. Sainz formará parte de este desafío histórico.
-¿Por qué este cambio para el Rally Dakar?
-Audi es una de las marcas que en el automovilismo tiene más carisma. A nivel tecnológico e innovador es una de las que más aportó al mundo del deporte motor y tiene un ADN muy fuerte. Cuando ellos ingresaron en el Dakar lo hicieron con algo novedoso como lo es este coche híbrido, con dos motores eléctricos y uno de combustión. Un desafío potente para que a esta altura de mi carrera afrontarlos y ayudarlos a ganar. Es cierto que había estado con el Grupo Volkswagen, pero no con Audi.
-¿Qué te pareció el coche?
-Las pruebas que hicimos fueron bastantes limitadas (la entrevista fue tras el primer ensayo) con pocos kilómetros, para probar sistemas. En las próximas podremos tener conclusiones más concretas. El coche es un concepto nuevo, muy agresivo en cuanto a su apuesta tecnológica, que es muy importante y hasta ahora en el Dakar no se había dado. Es un reto para todos los de Audi y para los pilotos también.
-¿Se puede ganar en el primer intento?
-Va a ser bastante difícil ganar en el primer intento ya que por muchos tests que hagamos de ahora a enero y por más bien que se hagan los deberes, es muy difícil ganar en un primer año como hemos visto con Peugeot, con Mini, y si encima sumamos la complejidad del proyecto (auto híbrido). Luego del primer Dakar veremos cuál es la realidad en cuanto a la confiabilidad y la velocidad.
-¿Cómo sentiste la motorización híbrida?
-La ventaja del motor eléctrico es que la potencia es inmediata, algo importante como el hecho de que no hay que cambiar de marchas o buscar la ideal para cada curva, si desaceleras y vuelves a acelerar no pierdes potencia, o el tema de altura, que a diferencia de Sudamérica, no hay tendremos problemas con la altitud en Arabia Saudita, y luego tiene la capacidad de la frenada donde podemos recuperar potencia. Nos va a abrir un campo de puesta a punto que hasta ahora no había experimentado.
-¿Cómo se gana un Rally Dakar?
-Yendo más de prisa que los demás, pero también añadiendo algo muy importante que es tener un coche que no se rompa y haciendo menos errores que los demás. En el Dakar todo el mundo comete errores, pero lo va a ganar el que menos errores cometa y doy por hecho de que no vas a tener ningún problema mecánico. En el momento en que tuviste un problema mecánico en el Dakar, tenés que esperar un año para otra oportunidad. Por eso esta fase de preparación, de puesta a punto, son importantísimas para evitar cualquier tipo de problemas en la carrera. Por eso este tipo de coche tan complejo como este Audi con muchos sistemas, de los dos motores eléctricos, del motor de combustión, la conexión de todos los motores, de cómo arrancan, si irán al régimen de vueltas que tenga que ir, si se va a parar la conexión con las baterías, etc. Todo eso en un terreno tan hostil como el desierto, con los saltos, el polvo, el calor, creo que será más difícil conseguir la fiabilidad y la puesta a punto.
-¿Cuál es el secreto para mantenerse vigente?
-Primero la pasión por lo que hago, que disfruto haciéndolo, creo que todavía puedo ser competitivo, sino no estaría hablando ahora contigo y estaría paseando en un barco o pasando un verano tan tranquilo. Es cierto que me sigue gustando correr en un coche y que tengo posibilidades de poder ganar. El año pasado el Dakar no salió bien por problemas de navegación, pero a nivel de velocidad me sentí muy a gusto, hemos ido bastante rápido
-¿Y cómo es tu entrenamiento diario?
-Ahora en verano salgo a caminar por una montaña que tengo al lado o salgo en bicicleta. Ya a partir de septiembre, cuando empieza la preparación más intensa, cuento con un preparador físico, que me conoce bien y hacemos un plan de musculación y en lo aeróbico. Es indudable que con el paso de los años ir a sufrir al Dakar es algo que a nadie le gusta y menos con mi edad. Es fundamental llegar bien preparado en lo físico y cada año cuesta más, pero sigo teniendo motivaciones suficientes.
-¿Qué te marcó del Rally Dakar?
-Cada kilómetro que recorrés aprendés una experiencia. Lo que aprendí es que al Dakar tenés que respetarlo físicamente, mecánicamente, y no tenés que pensar que tenés dominada la carrera porque siempre te va a sorprender.
Luego de ser bicampeón español de rally en 1987 y 1988 con un Sierra RS Cosworth, de la mano de la marca del Óvalo pudo debutar en el Mundial donde en solo dos temporadas alcanzó la gloria. En 1990 tuvo su debut triunfal y plasmó su primera corona en el Campeonato Mundial de Rally (WRC por su sigla en inglés), y superó al finlandés Juha Kankkunen, el italiano Massimo Biasion y el francés Didier Auriol, los tres campeones del mundo. El Matador desde 1989 fue piloto de Toyota y le dio el primer título a la marca japonesa en la especialidad y con el emblemático modelo Celica. En 1992 repitió superando a los mismos rivales.
En el WRC es un ícono. Corrió 196 carreras, consiguió un total de 26 victorias (festejó tres veces en la Argentina) y es el cuarto más ganador de la historia detrás de los franceses Sébastien Loeb (79) y Sébastien Ogier (53) y del finlandés Marcus Grönholm (30). Obtuvo 36 segundas posiciones y 35 terceros lugares y 97 podios (1 cada dos competencias). En sus 16 temporadas regulares su peor posición en el campeonato fue el octavo lugar de 1989. Suma cuatro subcampeonatos y cinco veces completó el podio en el global.
Durante el Rally de Cataluña de 2004, su último año de forma permanente, fue considerado por sus colegas, los navegantes y los directores de equipos oficiales como el mejor piloto de rally de todos los tiempos. La gente lo revalidó en una encuesta hecha por el WRC en 2020 en sus redes sociales, donde votaron 300 mil personas y dejó atrás a Loeb (el más laureado de la historia) con un 57,3 por ciento de los votos. El padre del actual piloto de Ferrari de Fórmula 1 (homónimo suyo), habló sobre su paso por la especialidad donde empezó a trascender en el mundo.
-¿Sos el responsable de cambiar la historia del automovilismo español?
-Fui el primer español campeón mundial de rally en un país donde los rallyes no eran muy conocidos, de ser el primer español en ganar un Rally de los 1.000 Lagos como en Finlandia, en el Safari de Kenia, o en Córcega (Francia) o el RAC de Inglaterra (sobre pavimento), creo que en cierta medida colaboré a cambiar la historia, luego también en el Dakar, siendo el primer español en ganarlo en coches. Son más ustedes los que tienen que juzgar si cambié o no la historia. Sí sé que puse mi granito de arena para ganar por mí y por España.
-¿Qué se siente ser elegido el mejor piloto de rally de la historia?
-Siento agradecimiento porque es una muestra de cariño importante. Hoy hay pilotos como Sébastien Ogier (7 títulos mundiales) o Sébastien Loeb (9 coronas) que lo merecen tanto o más que yo. Hay mucha gente que se lo merece y me lo han dado a mí. Es muy difícil comparar épocas, pilotos y coches. La gente tal vez tuvo en cuenta eso, por ejemplo, había pilotos latinos que no querían ir a correr a Finlandia porque era prácticamente imposible y yo dije “hay que ir a correr y a ganar”. En una época ir a correr en a Finlandia o el RAC para un piloto latino era como ir a tirarse de un acantilado.
-Loeb y Ogier son los más laureados de la historia, pero ¿están a la altura de un Walter Röhrl, Juha Kankkunen, Tommi Mäkinen, vos u otros de tu época?
-Por supuesto que sí. Loeb y Ogier son dos grandísimos campeones. Francia tuvo dos mega figuras de forma consecutiva como lo han sido Loeb y Ogier. Es una coincidencia que ambos tengan la misma nacionalidad, pero son dos pilotos fantásticos.
-¿Qué recuerdas de las carreras en Córdoba?
- Es un episodio de mi carrera deportiva muy bonito. Disfruté muchísimo corriendo en la Argentina, del cariño del público, de los buenos amigos que hice, de unos caminos fantásticos y a veces, volver a correr en rally, te puede volver a hacer ilusión, pero para mí siempre volver a Córdoba era un motivo de motivación, de querer hacerlo bien, allí gané mi última carrera en el Mundial de Rally y se la gané a Sébastien Loeb y siempre estuve súper motivado en Córdoba. Y luego con el Dakar que volvimos a pasar por allí y es un sitio muy especial. Significa mucho y me encontré corriendo como en casa.
El hablar de las fechas mundialistas en Argentina obliga a referirse a Jorge Raúl Recalde. El cordobés de Mina Clavero fue el único piloto americano en ganar una clasificación general en el Mundial de Rally, cuando lo consiguió en su provincia en 1988 y 1995. Fue compañero de equipo de Sainz, quien guarda un gran respeto y reconocimiento por el Cóndor de Traslasierra, que por falta de presupuesto no pudo correr temporadas completas en el certamen ecuménico, pero igual hizo historia.
- De haber tenido más posibilidades, ¿Jorge Recalde habría llegado más lejos?
-Por supuesto que sí. Recalde era uno de esos pilotos con un talento innato, letal, conseguir lo que consiguió él, viniendo de donde venía, en concreto, de Mina Clavero, de un pueblo pequeño, conseguir lo que él consiguió sólo se logra si tenés un talento excepcional. Obviamente eran otras épocas, otros momentos, pero Jorge aparte de ser un grandísimo piloto era una gran persona, muy leal, cómo nos acogían a todos ahí con el asado en la casa de Jorge durante los entrenamientos para el Rally de Argentina, que era una cita obligada y de ahí es que había esa pasión de la familia, esa admiración por Jorge, por los pilotos, por el rally. He tenido la suerte de vivir esos momentos
-¿Alguna historia de esos asados en lo de Recalde?
-(Risas) Recuerdo que estaba por ahí el uruguayo Gustavo Trelles (4 veces campeón mundial del Grupo N, hoy WRC3) porque yo siempre le decía que comía más de la cuenta y esos asados arrancaban a las 12 del mediodía y terminaban a las 5 de la tarde. O sea, podías estar comiendo muchas horas y siempre nos reíamos porque luego había que volver haciendo los dos tramos y cada vez que te subías al coche luego de esos asados se complicaba la cosa porque te la pasabas comiendo.
-Cuando empezaste a correr, ¿pensaste que ibas a llegar tan lejos?
-Debo ser un gran soñador porque siempre soñé con locuras, cosas un poco imposibles. Quizás eran sueños de largo recorrido y luego con metas más cercanas. En el fondo, como soñar es gratis, cuando era niño veía películas de cine, de súper 8, del rally, del Mundial, y siempre soñé con estar ahí, que querría algún día poder correr con esos pilotos. Los primeros sueños son más bajos, poder correr, luego ganar una carrera, luego ganar un campeonato regional, uno de España y esos sueños se van retroalimentando y sumado a mi tesón me llevó a intentarlo.
-¿Qué te quedó pendiente en tu carrera?
-Uno siempre tiene metas nuevas y siempre sueñas. Es cierto que mi carrera está más cerca del final que de otra cosa, pero mientras tenga una gran ilusión siempre van a haber cosas pendientes e intentar dar el máximo. Ahora poder ganar con Audi y hacer un poquito de historia con este tipo nuevo de mecánica. Y luego, más adelante, ya veremos; creo que seré piloto hasta que me muera. Siempre pensaré que me puedo montar a un coche y divertirme que es lo que he hecho toda mi vida.
-¿El Dakar debería volver a Sudamérica?
-No lo descarto. Creo que Sudamérica fue un sustituto de África brutal y conseguimos hacer unas carreras fantásticas en Sudamérica. Siempre soñé con que tenía que haber una carrera en la Argentina, por Chile, por Perú y por Bolivia, haber unido los cuatro grandes países y haber hecho un mega Dakar. Tal vez eso es una asignatura pendiente y por qué no va a volver en un momento dado.
-Cuando lo ves a Carlos subido sobre una Ferrari de F1, ¿qué sentís?
-Primero orgullo como padre. Si él está contento, siento alegría porque Carlos no la ha tenido fácil. Como digo yo, tuvo que picar mucha piedra. Le ha costado que la gente le tome cierto reconocimiento y lo ha conseguido por él solo en base de buenos resultados, de trabajo, y de pelearla. Yo estoy convencido de que el potencial de Carlos todavía no lo hemos visto. Es un piloto que cada año sorprende, que cada año va mejorando, igual que gente que llega muy rápido y se estanca, creo que Carlos todos los años va mejorando y creo que Carlos todavía está en la edad de los pilotos jóvenes (27 años) y con su experiencia estoy convencido de que va a seguir sorprendiéndonos.
-Desde tu primer título en el Mundial de Rally, el deporte español tuvo una serie logros en distintas disciplinas. ¿Te sentís parte de esa revolución?
-Es cierto que en el deporte español siempre hubo algún deportista que sobresalió, pero a nivel individual como Miguel Induráin (ciclismo), Manolo Santana (tenis), Ángel Nieto (Mundial de Motos), o Severiano Ballesteros (golf), gente de súper nivel. Pero desde hace unos cuantos años el deporte español logró títulos en deportes colectivos (básquet, fútbol), pero lo importante es que sigamos, porque en los últimos años nos ha costado un poco más. Pero el deporte genera orgullo en nosotros y con el apoyo, y como deportista debo decir que siempre me sentí muy arropado, pero es cierto que la base del deporte es fundamental. Hay que invertir en el deporte escolar y que las familias también sigan los fines de semana haciendo deporte.
-¿Un rival?
-Uy, dependería de la época y del momento. He tenido tantísimos que tendría que dejar alguno afuera, además de tener a los mejores compañeros de equipo de los cuales he aprendido y respetado. Nombrar a uno creo que sería injusto para muchos.
En el Rally de la Argentina de 1991, Carlos Reutemann condujo el auto que abrió la ruta. ¿Qué recordás de él?
-Conocí a Carlos como conocí a Fangio. Siento tremendamente lo que sucedió hace poco. Era una excelente persona y conocía mucho de rally, de hecho corrió un par de fechas en el Mundial. Creo que en la Argentina sucedió como sucede a veces en España: sus deportistas individuales que nacen del talento puro, son personas que marcaron el mundo del automovilismo.
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