Gerhad Müller, conocido deportivamente como Gerd, perforó en total 735 veces las redes de los marcos rivales, es el goleador histórico de la Bundesliga con 365 dianas y, hasta el 2014, fue el máximo goleador de la selección alemana con 68 tantos. Con la Selección de Alemania fue campeón de la Eurocopa de 1972 y campeón en la Copa Mundial de 1974.
Müller creció a pasos agigantados en la liga local donde, a la postre, se convirtió en una leyenda del Bayern Múnich, pero el resto del mundo futbolístico conoció sus grandes dotes hasta el Mundial de México 70, pues la humildad por la que era reconocido por sus compañeros provocó que llegara a las tierras mexicanas sin causar tanto revuelo, como el que Pelé pudo haber provocado.
Alcanzaba los 1.76 metros de estatura y 80 kilos de peso. Luego de su paso por 1862 Nördlingen llegó al Gigante de Baviera, el Bayern München, donde en reiteradas ocasiones era referido como un luchador, por tener un físico parecido al de los máximos exponentes de esa disciplina. “¿Qué se supone que tenga que hacer con este luchador”, exclamó su entrenador Tscik Čajkovski.
Al poco tiempo, su potencia, fortaleza y buen golpe de cabeza lo convirtieron en un centro delantero letal.
Fuera de Alemania se conocía poco de la forma de jugar del Torpedo. aunque para ese entonces ya había conseguido el título de goleo de la Bundesliga en 1967, 1969 y 1970, además de tres Copas de Alemania y un título de la Liga.
Müller fue una de las nuevas piezas que se incorporó al combinado bávaro después de una renovación en el cuadro, bajo el mando técnico de Helmut Schöen. Ahí el delantero comenzó a hacer dupla con el experimentado Uwe Seeler y con Hannes Löhr, mientras que eran cubiertos en la zona defensiva por Franz Beckenbauer.
El seleccionado teutón comenzó su participación en México con una sufrida victoria contra Marruecos, pues los alemanes tuvieron que remar contra corriente ante el primer golpe que dio el cuadro africano en la primera mitad. Para la parte complementaria, Seeler encabezó la remontada y Müller se encargó de doblegar el marcador a favor de Die Mannschaft a diez minutos del pitazo final.
Pocos días después, el genio del Bayern disfrutaría de un triplete en la goleada que Alemania le propinó al cuadro de Bulgaria.
Gerd encontró la misma fortuna cuando enfrentó a la férrea defensa de Perú en el último encuentro de la fase regular. El mágico 13 de la escuadra teutona logró convertir otra tercia de goles, los cuales sirvieron para que el marcador finalizó 3-1. Los siete goles convertidos en tres encuentros se convirtieron en una nueva marca para el fútbol.
El ídolo alemán se presentó junto a su selección en los cuartos de final contra Inglaterra, quienes eran los vigentes campeones mundiales. El Equipo de la Rosa se presentó a la justa mundialista con futbolistas de élite como Gordon Banks, Bobby Moore, Geoff Hurst y Bobby Charlton.
En dicho encuentro Alemania concretó su revancha de lo que ocurrió en el Mundial cuatro años antes, donde los ingleses los vencieron en la final. Müller se presentó en el marcador en el tiempo complementario para que la Nationalmannschaft ganara 3-2 y se clasificara a las semifinales.
En la antesala de la disputa por la Copa, Alemania e Italia protagonizaron el que fue bautizado como el “Partido del Siglo”. Ambas selecciones se batieron en la cancha del Estadio Azteca con un extraordinario desarrollo, la emoción de la afición que en gran medida era mexicana provocó los aplausos para las dos escuadras.
A los ocho minutos de la primera mitad, la Azzurra se fue arriba en el marcador, hasta que Karl-Heinz Schnellinger empató los cartones en el último minuto del tiempo regular. Der Kaiser Beckenbauer, el símbolo del seleccionado alemán sufrió una notoria lesión en el hombro derecho.
Sin cambios para hacer, Beckenbauer no dudó en continuar el encuentro con el brazo vendado e inmovilizado. Ahí fue donde el Bombardero volvió a mostrar el temple y anotó dos goles, pero al final no le alcanzaron a su equipo para ganar, pues los italianos terminaron por imponerse 4-3.
Alemania tuvo que conformarse con disputar y ganarl el encuentro por el tercer lugar contra Uruguay, y aunque Müller participó en el encuentro, su actuación fue discreta y cerró su participación en el escenario mundial con una cifra de diez tantos, una cuenta que se encuentra entre las mejores de todos los tiempos en tal certamen.
La gloria y satisfacción le llegó a Müller cuatro años más tarde, en el mundial de Alemania 1974, donde convirtió cuatro goles y se convirtió en campeón del mundo. Su número goleador llegó a 14 en Copas del Mundo y fue la mejor marca mundialista de la historia hasta que Ronaldo Nazario la superó en 2006 y en 2014 por el alemán Miroslav Klose.
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