(Desde Barcelona)
“¿Así que te llamas Leo, como el otro argentino que nos acaba de romper el corazón?”, le dice una señora mayor a su vecino, en una vereda tranquila del Maresme, una comarca a pocos kilómetros de la Ciudad Condal. Mientras en la Barcelona de los turistas, los carteles gigantes y el Mercado de la Boquería, Lionel Messi anunciaba su despedida del club que -literalmente- lo había visto crecer, en los pueblos catalanes la gente sufría frente al televisor. Esta vez era en serio, no estaba mintiendo, el 10 del Barcelona Fútbol Club abandonaba el barco entre lágrimas y confusión.
El rosarino más famoso del mundo habló a corazón abierto, lloró, dio unas explicaciones medidas, a su manera. En redes, algunos argentinos se indignaron porque muchos periodistas se dirigían a él en catalán, pero Leo respondía tranquilamente, como lo hace desde que llegó hace más de 20 años. Y como lo hacen la gran cantidad de argentinos que viven en estas tierras: se aprende a entender el idioma, a veces a hablarlo y es inevitable vivir en modo bilingüe. Así como Nápoles acogió a Maradona en su momento y juntos, ídolo y pueblo, encontraron la extraversión como punto en común para enamorarse perdidamente, Barcelona abrazó a Messi con mesura, con sobriedad, casi con respeto. Y de la misma forma lo despiden.
Rosana Marín es hincha del Barça, fanática de Messi. Cuando el año pasado el 10 amagó con irse después del escándalo del burofax, Rosana se enojó, pero lo entendió. Esta vez pensó que podría pasar algo similar: “Viendo la conferencia de prensa sentí mucha pena. Se rompió, él se dio cuenta de todo, de que no podía continuar. Hasta ese momento tuve una esperanza de que dijera ‘ha sido todo broma, me quedo’. Muy triste todo porque lo vi mal y es una pena que se tenga que ir así, la verdad”.
Esta catalana amante del buen fútbol sabe que se termina una era de oro para su club. “Messi lo ha sido todo para el Barça. Desde los 13 años aquí, pues imagínate, ha sido como un mito para los niños, un chaval súper humilde que lo tenía todo y ha encandilado a todo el mundo aquí en Barcelona. Ya es difícil que te bajes el sueldo un cincuenta por ciento, ¡cuánto más que juegues gratis! Tú y yo diríamos que puede hacerlo porque tiene muchísimo dinero, pero seamos sinceros eso no lo hace nadie: hay un nivel de vida, hay una familia, nadie está dispuesto a jugar gratis en ningún sitio y eso no quiere decir que no sea el más culé de todos”.
El diario deportivo catalán L’Esportiu publicó en tapa este lunes una foto de Lionel Messi llorando y el título “Torna quan vulguis” (Vuelve cuando quieras). Y esa frase es la que flota en el aire de los pueblos, en los bares donde los hombres y las mujeres de a pie discuten el futuro de su ídolo argentino que tan bien supo adaptarse a esta cultura. Aunque en Argentina se siga destacando que a Leo no se le pegó el acento y que no se le escapa ni un “bona nit”, Barcelona es la ciudad que el jugador sigue eligiendo para vivir y para volver. “Acá está nuestra casa”, dijo un par de veces durante la conferencia de prensa el domingo. Y lo dijo en serio.
“Se ha disfrutado cada domingo con él, es que como jugaba él no jugaba nadie, entonces si te gusta el fútbol, pues, disfrutas muchos momentos. Messi tiene un carácter muy querible, muy humilde, es muy fácil tenerlo como ídolo a él”, resume Rosana desde su casa en El Masnou. A su lado, Iván Rodriguez, su esposo, no quiere ni pensar en tenerlo como rival, si es que efectivamente se va a jugar al Paris Saint Germain. “Me lo puedo llegar a imaginar, pero no quiero. No quiero verlo. A mí me emocionó mucho la despedida de Messi y es que aún no me lo puedo creer. No lo creo. Pero si tiene que pasar, pasará, y si tiene que marcarle un gol al Barça, que lo marque y que lo celebre, porque se lo merece”.
Con todo el dolor del mundo, Iván entiende que Leo ya está lejos del club con el que han sido uno solo y destaca lo que muchos jóvenes ignoran: que el Barça no fue siempre una máquina de ganar. “La historia del Barça no ha sido fácil antes de Messi, hemos pasado bastantes malos momentos. Caer en octavos, llegar a cuartos, caer otra vez. Fue un punto de inflexión cuando entró Messi, entró Ronaldinho, y empezó a subir el nivel del Barça y a conseguir títulos importantes a nivel futbolístico. Antes costaba una eternidad una Copa del Rey, una Liga, pero las Champions eran intocables y a raíz de Messi empezamos a ganar Champions. Fue una inflexión en el tema deportivo del club. Messi le ha dado muchísimo al Barça, fue una simbiosis que no tiene medida. Veintiún años en un club haciéndose grande él y haciendo grande al club”, reflexiona el hincha barcelonés.
Los aficionados que vieron al Barcelona antes de que llegara Leo, saben que es difícil que se vuelva a dar un milagro semejante. Los más jóvenes no toman conciencia. “Messi es único. Yo creo que no voy a ver un jugador igual, por eso me da tanta pena. Hay que juntar todas las características que tiene: carisma, aunque sea introvertido tiene muchísimo carisma y tiene una clase excepcional, con el balón es excepcional. Yo no he visto a nadie hacer lo que hace Messi con el balón, han pasado muchos como Ronaldinho, Rivaldo, Romario, pero como Messi ninguno. Y te hablo del Barça y te puedo hablar de cualquier club del mundo. Ningún club ha tenido un jugador como Messi”, se lamenta Iván.
No pasará mucho tiempo para que Lionel Messi vuelva a disfrutar de un show en la Sala Apolo con su esposa Antonela Rocuzzo o de una comida con sus hijos en algún restaurante de Castelldefels, pero lo que los fanáticos culés tienen claro es que será muy difícil volver a verlo brillar en el Camp Nou. Tratándose de un pibe que llegó siendo una pulga y se va convertido en gigante, lo único cierto es que nada es imposible.
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