Kurt Angle siempre será recordado por los aficionados del pancracio norteamericano por su singular carisma y su habilidad para entretener a uno de los públicos más exigentes del espectáculo deportivo. No obstante, su habilidad dentro del cuadrilátero era indiscutible.
Sus títulos dentro de la empresa de lucha libre más comercial del mundo comprenden cuatro títulos mundiales de Peso Pesado, un Campeonato Internacional, Campeonato Europeo, Campeonato de Hardcore, campeón en parejas junto con Chris Benoit, un Campeonato de Triple Corona y un Gran Campeón. Además de conseguir un Campeonato Mundial de Peso Pesado de la WCW y seis títulos mundiales de Peso Pesado en TNA.
Pero la leyenda de Angle inició en 1996, en Atlanta. Todo comenzó cuando el luchador olímpico, antes de asegurar su pase a la justa veraniega, en los clasificatorios nacionales, se lesionó el cuello tras caer sobre la superficie, en la ronda de semifinales. Dos vértebras se le rompieron y tuvo una hernia discal. Aún con la lesión y el cronómetro en un minuto, logró continuar.
La hazaña culminó de una manera espectacular. En la final del campeonato, Angle se encontraba por debajo del marcador por tres unidades y parecía que su camino a los Olímpicos de su propio país terminaría antes de comenzar. No obstante consiguió anteponerse y logró su pase.
A principios de 1996, Angle tuvo que afrontar un severo golpe fuera de las arenas olímpicas, pues su entrenador, Dave Schulz, falleció a manos de John Du Pont, un empresario que confiaba en el talento de los luchadores para ir a la justa veraniega. Lo cual provocó un terremoto en el gladiador olímpico, pues Schulz se había convertido en un mentor total para él después de haber compartido la práctica de la lucha por bastante tiempo.
Aún con las lesiones en el cuello, el peleador decidió competir en los JJOO. El primer duelo que encaró en la justa veraniega fue ante el representante de Mongolia, Dolgorsurengiin Sumyaabazar. El estadounidense se interpuso en el marcador con un 4-0 final y así logró clasificarse a la siguiente ronda. La nueva víctima de Angle era el cubano Wilfredo Morales, al cual también derrotó con un marcador de 2-0.
Una vez instalado en los cuartos de final, el ucraniano Sagid Murtazalieev representó una enorme amenaza para Kurt, pues estuvo a punto de eliminarlo. No obstante, el norteamericano logró reponerse durante el encuentro y se alcanzó a llevar una victoria cerrada de 4-3.
Una vez en semifinales, consciente del olor de las medallas, venció a Konstantin Aleksadrov y así accedió a las finales donde conquistó el oro al vencer al iraní Abbas Jadidi por decisión de los jueces.
La medalla se la dedicó a su familia y a su entrenador Schultz. Todo este furor lo llevó a presentarse en diversos programas de televisión y a que el presidente Clinton lo felicitara por su éxito. No obstante, el atleta creía que su vida estaba dejada al azar.
Para finales de 1996, ECW logró llevarlo hasta el ring. Dos años más tarde, en 1998, logró ingresar a la WWE. Aún con lesiones, Angle decidió continuar en la lucha libre con base en la ingesta de medicamentos que le inhibían el dolor, pero que a su vez eran prohibidos por la empresa de lucha libre en la que se encontraba.
A pesar de ello, Angle consiguió probar las mieles del éxito con sus diversos títulos que obtuvo dentro del cuadrilátero y a 25 años de su hazaña olímpica, también será considerado como uno de los mejores luchadores. Hoy en día también puede presumir que se convirtió en uno de los miembros del Salón de la Fama de la WWE. Pues por cada desilusión existe un día de gloria.
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