Camilo Guerrero y Elena Méndez dejaron en su linaje a una deportista que le haría honor a su apellido. Belem Guerrero Méndez nació el 8 de abril de 1974. Criada en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, la medallista de Atenas 2004 luchó contra toda adversidad para lograr un podio olímpico. El machismo, la precariedad económica y los obstáculos en el deporte no pudieron con el carácter de guerrera con el que se le conoció a Belem.
El amor de Guerrero hacia el ciclismo lo conoció a temprana edad. Un triciclo que le pidió a los “Reyes Magos” sería su primer encuentro con el deporte sobre ruedas. La decisión sobre dedicarse a la actividad que la pondría en la historia del deporte en México no fue sencilla: la natación y la gimnasia eran otras disciplinas en las que se desenvolvía de grata manera.
La ciclista dejó atrás las albercas y las barras para enfocarse en los manubrios. El capital económico de los padres era limitado, una de las primeras bicicletas con las que comenzó a participar fue prestada. El padre de un compañero donde entrenaba de niña le obsequió una para que se desempeñara correctamente en las competencias donde participaba.
En los años donde concursó por diversión no existía la rama femenil, por lo que contendía contra hombres. En una ocasión logró el quinto lugar de la competencia, al quedar en ese puesto no tuvo premio. De pronto, anunciaron su nombre en la premiación, le otorgaron 50 pesos mexicanos; a los pocos días después se enteró que su padre fue quien había dado la cantidad para que galardonaran a su hija.
Los padres de los rivales contra los que competía sentían la presión del gran desempeño que ya tenía Belem. El miedo por ver a sus hijos “expuestos” ante una mujer les traía tal inseguridad. El machismo y las barreras de género le impidieron competir en una ocasión. Belem Guerrero estaba lista con el pie puesto sobre el pedal, la bicicleta se encontraba sobre la línea de arranque para escuchar el pitazo con el que saldría a la disputa; en ese instante, el padre de un competidor se acercaría con ella para arrebatarle la bici y le dijo “tú no vas a participar”.
Ante las adversidades, uno de los primeros entrenadores que detectaron a la medallista olímpica fue Giuseppe Grassi. La incentivó a viajar a Italia para que se fogueara con las grandes ciclistas europeas, de esa manera obtendría una mayor exigencia y así un mejor desempeño.
Los costos del transporte tendrían que correr por su cuenta, por lo que los padres de Belem vendieron una camioneta Ford vieja que tenían para el trabajo del día a día, con la que costearon el viaje. Sueños, metas y USD 50 dólares serían lo que llevaría al viejo continente a vivir una gran experiencia.
Su estatura rompía con el estereotipo de las grandes estrellas del deporte. Contra todo asentamiento, Guerrero comenzó a darse a conocer en las competencias internacionales. Se situó en la primera posición del ranking de los Juegos Panamericanos de Mar de Plata en 1995. Lo anterior la llevó a clasificar a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y quedó en la onceava posición.
En 1998 consiguió plata en el Campeonato del Mundo de Burdeos. Ya en Sídney 2000 obtuvo el quinto puesto, lo que significaba un gran logro para la bandera mexicana. Después le esperaría Atenas 2004.
Las anécdotas en Atenas 2004 marcarían la competencia. El aterrizaje en la capital griega sería de total incertidumbre, las bicicletas que ocuparía Belem se encontraban extraviadas en el aeropuerto de Madrid, ocho días después llegaron a ella. También, por primera vez se utilizó un pesaje para las bicicletas en el que tenían que cumplir un límite, la bici de Belem no daba el peso.´
Su hermano, Daniel Guerrero, con total ingenio adaptó cuatro monedas de cinco pesos mexicanos al manubrio, lo que ayudó a que consiguiera los kilos establecidos. De ese modo se impuso ante todo pronóstico, consiguió la medalla de plata en una competencia reñida ante la colombiana, María Luisa Calle. La ciclista se retiró antes de comenzar los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, ahora es maestra en una escuela de ciclismo.
SEGUIR LEYENDO: