El 12 de junio pasado el mundo se paralizó con lo ocurrido con Christian Eriksen, el volante de Dinamarca que sufrió un paro cardíaco y se desplomó cerca del final del primer tiempo del partido contra Finlandia, cuando ambas selecciones debutaron en la Eurocopa. En ese momento muchos temieron lo peor; sin embargo, el futbolista fue retirado del campo de juego con vida gracias a la asistencia médica.
Fueron minutos de tensión y mucha angustia para todos, compañeros, rivales, espectadores y el mundo del fútbol que lo seguía por televisión. Uno de los jugadores que más rápido llegó a donde cayó Eriksen fue Martin Braithwaite, quien brindó una fuerte confesión sobre lo que vivió.
“Acabo de vivir una de las situaciones más terribles de mi vida. Lo que debía ser el evento deportivo más importante en la historia de Dinamarca se convirtió en una pesadilla”, relató en el documental producido por 4-3-3 sobre el desarrollo de la Euro el delantero del Barcelona y compañero de Eriksen.
“Lo que ocurrió aquella noche fue un shock para mucha gente. Hubo un momento que lo miré y él se había ido. Cuando lo ves o cuando ves su cuerpo... la persona está muerta, no hay duda. Lo sabes de inmediato. Es lo que vi”, continuó conmovido recordando, ese primer instante en el que vio a su compañero tendido en el césped.
Entonces agregó que su primera reacción fue rezar. “Sentí que era la única cosa que podía hacer en ese momento. Mirar a Dios. Teníamos a todos los médicos trabajando en él y esa imagen... es algo que no deseo que nadie vea”, explicó.
Para terminar, resaltó de la fortuna del buen desenlace de la situación y la recuperación del volante del Inter de Milán. “Al final tuvimos un final feliz. Christian está bien y estable y esa es la única cosa que queríamos”, subrayó.
Según Sky Sports Italia a través de Football Italia, el ex jugador del Tottenham regresó a Milán esta semana, a las instalaciones del Appiano Gentile, sede del Inter, para saludar a sus compañeros y a la nueva dirección técnica encabezada por Simone Inzaghi.
Eriksen, de 29 años, pasó unas semanas de vacaciones con su familia luego de haber sido dado de alta, pero deberá someterse a nuevos estudios médicos que determinarán si puede continuar con su carrera futbolística.
Francesco Braconaro, miembro del comité científico de la Federación Italiana de Futbol, adelantó que todavía no se le puede dar el visto bueno todavía a Eriksen para jugar en Italia. “Si se le quita el desfibrilador, confirmando que la patología se puede resolver, entonces sí puede volver a jugar en el Inter”, indicó.
De acuerdo con la información del medio citado, los médicos del Inter desean trazar una hoja de ruta que tiene como finalidad retirar el desfibrilador cardíaco subcutáneo a Eriksen. Este aparato fue instalado hace unas semanas mediante una operación realizada en el Rigshospitalet de Copenhague.
No obstante, en caso de que los resultados de las pruebas médicas de los neroazzurros sean positivos, Eriksen todavía debe esperar unos seis meses para volver a saltar a la cancha. Durante ese periodo, el internacional danés debe prepararse en todos los aspectos para retornar a la competición oficial.
Según trascendió, Eriksen está emocionado por la perspectiva de reunirse con sus compañeros de equipo después de ayudar al Inter a ganar su primer Scudetto desde 2010 la temporada pasada. Aunque más allá de sus ganas, los próximos exámenes médicos serán claves y definitorios para el futuro del danés como futbolista.
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