José Saturnino Cardozo es considerado por muchos como el mejor jugador extranjero que ha pasado por el fútbol mexicano. El paraguayo es el máximo goleador histórico del Toluca y fue multicampeón en México. Tiene en el récord de más goles en un solo torneo corto con 29 tantos después de 19 jornadas de fase regular.
Para Atenas 2004 el guaraní ya había sido cuatro veces campeón de la liga mexicana y su selección lo llamó como uno de los refuerzos mayores para la justa olímpica. En ese momento Cardozo tenia 33 años cumplidos y su experiencia aportó mucho al grupo de jóvenes.
La plantilla de la selección paraguaya estuvo conformada por Diego Barreto, Rodrigo Romero, Emilio Martínez, Julio Manzur, Carlos Gamarra, José Devaca, Celso Esquivel, Pedro Benítez, Ernesto Cristaldo, Édgar Barreto, Diego Figueredo, Aureliano Torres, Julio César Enciso, Osvaldo Díaz, Pablo Giménez, Fredy Bareiro, Julio González Ferreira y Cardozo.
En la fase de grupos la albirroja sorprendió con una victoria de 1-0 en contra de Italia, una de las selecciones favoritas para llevarse el oro. También derrotó a Japón con un marcador de cuatro goles a uno. Esa noche Cardozo contribuyó con dos anotaciones para su país. En el primer gol contó con algo de fortuna después de que, en un tiro libre cobrado por uno de sus compañeros, la pelota pegó en el cuerpo del diablo mayor, desviando el esférico hacia el fondo del arco. En el segundo gol se ubicó perfectamente en el área para rematar un tiro centro de Fredy Bareiro y sellar la victoria paraguaya.
La primera derrota fue en contra de la selección de Ghana, por marcador de 2-1 y Saturnino no pudo colaborar en el marcador en el que fue su partido más discreto de esos olímpicos. A pesar de la derrota Paraguay calificó a los cuartos de final para enfrentar a Corea del Sur.
Contra los coreanos el toluqueño de nueva cuenta marcó un gol, está vez de cabeza. Cardozo se alejo de los centrales parándose en la entrada de área para esperar el centro desde el sector izquierdo del campo, y remató un fuerte testarazo pegado al poste que venció al portero asiático. Ese gol ayudó a su selección a ganar el partido 3-2.
Irak se mostró como el último oponente para que los paraguayos consiguieran la primera medalla Olímpica en la historia de su país. Los sudamericanos consiguieron la victoria de 3-1, otra vez con Cardozo como la gran figura. Saturnino protegió el balón con el cuerpo después de un despeje largo del portero guaraní y después de ganarle el espacio al defensor disparó cruzado de pierna izquierda para abrir el marcador. Su segundo gol llegó en un contrataque veloz y con una gran jugada individual pasó entre tres jugadores iraquís para anotar su quinto tanto del torneo.
De esta forma Paraguay consiguió su primera medalla en unos juegos Olímpicos. El resultado ya de por sí era histórico, pero el combinado albirrojo no se conformaría e iría a buscar el oro en la final contra el gran favorito Argentina.
Los argentinos llegaron al campeonato después de ser primeros en el clasificatorio rumbo a los JJOO y con una generación plagada de futbolistas que posteriormente fueron estrellas mundiales. Los casos destacados eran Roberto Ayala, Carlos Tevez, Javier “conejito” Saviola y Javier Mascherano, todos dirigidos por el “loco” Marcelo Bielsa.
Desafortunadamente el “príncipe guaraní” no pudo disputar aquella final por una lesión, pero los paraguayos demostraron mucho pundonor y lucharon hasta el final. En un partido muy cerrado los albicelestes consiguieron la victoria y el oro después de un solitario gol de Carlos Tevez.
Hasta el día de hoy la afición paraguaya sigue recordando con mucho sentimiento esa medalla de plata histórica para su país, cuyo protagonista fue uno de los jugadores más queridos en México y en Toluca: José Saturnino Cardozo.
SEGUIR LEYENDO: