La pareja mexicana de clavados compuesta por Yahel Castillo Huerta y Juan Manuel Celaya Hernández se alejó de la medalla de bronce en la competencia de saltos sincronizados desde el trampolín de 3 metros. En una emocionante contienda, los atletas apostaron por un clavado de alto grado de dificultad que los catapultó desde la mitad inferior al tercer escalón del podio, pero una ejecución irregular le abrió paso a Alemania en la recta final.
Una noche después de que la pareja de Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez conquistara la presea de bronce desde el trampolín de los 10 metros, Castillo y Celaya buscaron extender la racha y repetir la hazaña. En la primera ronda, los mexicanos ejecutaron un clavado obligatorio de dos grados de dificultad, sin embargo, su ejecución no convenció a los jueces y finalizaron en la penúltima posición.
El segundo episodio no fue tan distinto. Con otro salto obligado del mismo grado de dificultad, los jueces mejoraron ligeramente la calificación, aunque solamente lograron subir una posición. En tanto, Patrick Hausding y Lars Rudiger, representantes de Alemania, se consolidaron en la cuarta posición general, tan solo por debajo de China, Japón y el Comité Olímpico Ruso (ROC).
La tercera ronda de clavados implicó una oportunidad para que cada uno de los equipos mostrara su mejor exhibición. En el caso de México, la entrada a la fase de estilo libre representó la apuesta para la búsqueda del podio. De esa forma, optaron por elevar la dificultad del salto y ejecutaron uno de 3.4 grados. Los jueces correspondieron y la estadística mantuvo a la pareja en la sexta posición.
La ambición de la dupla tricolor los obligó a subir su apuesta. Con tres rondas por delante, cada centésima ganada o perdida podría ser crucial para definir su aspiración a las preseas. De esa forma, sorprendieron con otro clavado aún más complicado que el de la primera ronda libre. Con 3.9 grados lograron sorprender a los jueces y escalaron dos posiciones en la clasificación. Por su parte, la pareja de Alemania descendió dos puestos.
La buena noticia les dio confianza para continuar con paso certero y esperar a que los rivales de arriba perdieran algunas centésimas. El quinto capítulo de la competencia fue el de mayor esperanza. Luego de una ejecución errada por parte del ROC, México aprovechó la oportunidad y conquistó el lugar de bronce. Hasta ese momento, la lucha directa era contra los recién descendidos, así como Italia y Alemania.
En el último round de la competencia pareció que el panorama se acomodaba para que México pudiera sumar su tercera presea al historial de la competencia actual. El ROC, primer rival directo, fue descartado luego de que uno de sus representantes no hiciera un giro de forma oportuna y entrara al agua con los pies al mismo tiempo que las manos. La calificación de cero los relegó a la última posición.
La dupla mexicana, en el cuarto turno, aprovechó para cerrar de la mejor forma y realizó un clavado de 3.8 grados de dificultad. Aunque la ejecución no fue la más adecuada, recibieron el puntaje necesario para, casi, descartar a los dos rivales restantes. Italia se rezagó en la tabla y México se mantuvo abrazando el bronce. Sin embargo, con una brillante actuación y en contra de todo pronóstico, Alemania escaló desde el sexto al tercer lugar. Con 4.56 puntos de diferencia le arrebató el podio a México.
Así, en el último clavado de la última ronda, México sufrió un descalabro cuando aseguraba ganar la tercera medalla. A pesar de ello, aún hay esperanzas de aspirar por un par de medallas en clavados, una disciplina que se ha convertido en garantía de triunfo en las ediciones más recientes de Juegos Olímpicos.
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