En su rostro se marcaba una plena imagen de concentración. Cada paso que daba al correr para subir y realizar la el salto de caballo cimbraba el gimnasio de Río. Su potencia y alto nivel de dificultad de ejercicios la consolidaron como la mejor de la competencia en los Juegos Olímpicos del 2016. El mundo estaba listo para conocer a Simone Biles.
Siete veces se ha convertido en la campeona nacional de Estados Unidos y campeona mundial con el equipo nacional en Nanjing 2014, Glasgow 2015, Doha 2018 y Stuttgart en 2019. Simone Biles es un referente total en el mundo de la gimnasia y en un ícono social.
Además de ser reconocida por su alta entrega al deporte, también ha sido distinguida por ser una de las atletas que han alzado la voz en contra de los estándares de belleza. En diversas ocasiones se ha referido a ellos como un modelo tóxico por los cuales las deportistas no deberían de ser juzgadas, pues la belleza no tiene ninguna relación con el desempeño.
Simone ha se ha convertido en objetivo de crítica en distintas ocasiones por su físico, vestimenta, incluso por su forma de peinar. Para el resto del mundo, Biles ha lanzado el fuerte mensaje de no competir por estos patrones, pues la belleza no es una competencia.
Se ha convertido también en uno de los referentes para la comunidad afroamericana y, a pesar de que no se siente forzada a comentar al respecto de los distintos temas sociales que rodean al mundo, Biles cree tener el honor de hablar por quienes no tienen la posibilidad de hacerlo. En diversas ocasiones llegó a hablar sobre el asesinato de George Floyd y Breonna Taylor, ambos a manos de la fuerza policiaca de su país.
Además, es considerada como una de las mejores gimnastas en la historia y que pudiera ser una figura a seguir para las próximas generaciones.
Una de las mayores virtudes de la gimnasta estadounidense es la ejecución de sus rutinas con sumo cuidado, fuerza y voluntad. De esta misma manera actuó cuando se convirtió en una de las deportistas que denunció actos de abuso y acoso por parte del ex médico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar, en 2018.
Durante algún tiempo, Biles dudó en hacer pública su denuncia debido a que no sabía si había ocurrido o no quería admitir lo sucedido. El sentimiento de decepción hacia otras personas por no alzar la voz la llevó a hacerlo. Sin embargo, recuerda haber realizado la búsqueda de “abuso sexual” en Google para cerciorarse de lo que estaba ocurriendo.
Semanas después de haber dado a conocer lo acontecido con Nassar, Simone dejó la casa de sus padres.
“Estaba muy deprimida. En su momento dormí mucho porque, para mí, era lo más parecido a la muerte sin dañarme. Fue un escape de todos mis pensamientos, del mundo, de lo que estaba tratando. Fue un tiempo muy oscuro “.
Con la llegada del Covid-19, el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio se volvió inminente y eso le provocó tristeza debido a la ausencia del evento deportivo, pero también debido a que tendría que continuar con USA Gymnastics (equipo gimnasta de Estados Unidos) y esto debido a que Biles acusó particularmente a la Federación Estadounidense de Gimnasia por encubrir a Nassar.
Ajena a sus dolores, Biles dio un nuevo oro por equipos para su país, en Doha, y se clasificó a Tokio 2020, donde optó por retirarse de la final de gimnasia por equipos y mencionó que simplemente no deseó continuar por querer concentrarse en su salud mental.
La presión bajo la que se encuentra la gimnasta la orilló a dar un grito de auxilio a sí misma.
“Yo no quiero ser la próxima Usaint Bolt o Michael Phelps, sino la primera Simone Biles”.
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