El esgrimista mexicano Diego González comenzó su camino en Tokio 2020 de forma inmejorable. Con un gran performance, derrotó con marcador de 15-14 al chino Mengkai Huang en ronda de 32vos. El camino será largo, pero el buen arranque invita a pensar con optimismo.
En punto de las 23:05 de la zona centro de México, Cervantes tendrá su siguiente duelo contra el francés Enzo Lefort. Dicho encuentro se podrá seguir en vivo desde el canal de Youtube de Claro Sports. Será fundamental que Cervantes mantenga la concentración y precisión que le dieron la victoria. La rapidez con la que se suceden las competencias genera que cada esgrimista deba emplearse a fondo no sólo físicamente sino también en el aspecto mental.
La esgrima es una competencia en la que México no puede presumir de mucho brillo. En los últimos años no han existido grandes representantes en esta disciplina en Juegos Olímpicos. La participación de Cervantes, por lo tanto, puede encandilar a la afición poco a poco en caso de seguir pasando de rondas. El rival que superó en los 32vos de final gozaba de cierto prestigio internacional: en los Juegos Asiáticos de 2018, disputados en Yakarta, se hizo con el oro individual. Pero en Tokio Cervantes le ha cerrado el paso.
Para hablar de la última medalla de México en esgrima hay que remontarse hasta los Juegos Olímpicos del 68, que tuvieron lugar en tierra azteca. María del Pilar Roldán se subió al podio tras ganar la plata en florete individual. Desde entonces a la fecha, México no ha podido hacerse presente en el medallero. A diferencias de otros deportes que han ganado especial impulso como los clavados, el tiro con arco y el taekwondo, la esgrima ha quedado relegada a un plano secundario.
Es por eso que la participación del sorpresivo Cervantes se torna significativa. Su rival en esta ronda, el francés Enzo Lefort, será un hueso duro de roer. Acumula un total de cuatro campeonatos a nivel europeo, prueba vigente de su dominio continental. Además, en su carta de presentación figuran los campeonatos mundiales que obtuvo en 2014 y 2019, en Kazán y Budapest, respectivamente. El reto para Diego Cervantes será mayúsculo. Pero en caso de llevarse la victoria, estará protagonizando un batacazo de dimensiones heroicas.
La esgrima es uno de los invitados preferidos del Olimpismo. Desde Atenas 1896, los primeros Juegos Olímpicos Modernos, se ha mantenido en el programa sin interrupciones. Italia es el país mandamás en este deporte con un total de 125 medallas (49 de oro), escoltado por Francia, Hungría, Rusia y Alemania. Se trata, además, de una disciplina en la que las dos grandes potencias del medallero (Estados Unidos y China) no han logrado conseguir los mejores resultados. China se ubica en el octavo lugar histórico, mientras que Estados Unidos está en el 12.
Cervantes compite en la modalidad de florete, que se distingue de las modalidades de espada y sable porque solamente se permiten aquellos contactos que impactan en el torso y en la barbilla de la careta. Se trata de una modalidad que requiere una precisión quirúrgica. En espada se puede contactar todo el cuerpo del oponente y en sable las opciones son torso, cabeza y brazos. Cervantes pretende construir su camino a través de la modalidad en la que las opciones se ven más reducidas.
En caso de derrotar a su rival, el joven esgrimista deberá competir a las 12:55 de la mañana, hora del centro de México. Las cartas están puestas sobre la mesa. Diego Cervantes ha ido a Tokio con encomiendas propias de quien se sabe elegido. Nadie la acompaña. Es el único esgrimista. La gloria puede ser para él.
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