Tokio 2020: la revancha de Guillermo Ochoa en unos Juegos Olímpicos

Durante los juegos celebrados en 2004, un joven arquero mexicano del Club América llegó al certamen como parte de la delegación mexicana que participaría en el torneo de Futbol Olímpico. México, que era dirigido en ese entonces por Ricardo La Volpe, llegaba con muchas expectativas y una generación de jugadores con mucha calidad.

Guillermo Ochoa, de 19 años, competía por el puesto de titular directamente con otro joven arquero que prometía mucho para el futbol mexicano, José de Jesús Corona. Ya en la justa, la lucha la ganó Corona, quien para ese momento aún pertenecía al Atlas de Guadalajara. La razón principal de la decisión fue la ventaja en cuanto a experiencia que tenia el portero de los rojinegros, pues la diferencia de edad entre los arqueros era de cuatro años.

La Selección Mexicana sub-23 fracasó durante la justa en Grecia, con una demostración de fútbol muy débil. El combinado azteca perdió contra Corea del Sur, empató con Malí y salió victorioso de su partido contra Grecia, lo que los ubicó en el tercer lugar de un grupo en donde sólo clasificaban a la fase de eliminación los dos primeros.

En el proceso para Pekín 2008, Hugo Sánchez tenia como titular indiscutible a Ochoa, quien todavía daba la edad para competir en los Olímpicos. El guardameta ya era un referente del fútbol mexicano y con América ya había conseguido un titulo de liga como inamovible del arco. Sin embargo, en el Preolímpico de CONCACAF, México quedó eliminado de manera sorpresiva en la fase de grupos y de esta forma la segunda oportunidad para el portero de participar en unos Juegos se le escapó de las manos. Aunque la deficiencia tricolor durante ese torneo pasó por la parte ofensiva, algunos aficionados señalaron al arquero azulcrema por su posible colaboración en el gol de Haití en el último partido del sector, el cual a la postre tuvo mucha importancia en la diferencia de goles.

Ocho años después de Atenas, la batalla por la portería del tri volvió a pasar por Jesús Corona y Guillermo Ochoa. Para Londres 2012, el técnico, Luis Fernando Tena, debía elegir a un refuerzo mayor de 23 años para defender el arco mexicano. Aunque Ochoa ya participaba en el fútbol europeo, Corona pasaba por uno de sus mejores momentos en la Liga Mx. De nueva cuenta el lugar lo ganaría el portero de Cruz Azul, quien, ya en los Olímpicos, seria clave para conseguir la medalla de Oro.

De aquel 2004 a la fecha, Guillermo Ochoa ha tenido un amplio recorrido y una carrera exitosa tanto en clubes como en Selección Mexicana. Después de consolidarse en el fútbol de México, el portero dio el pasó hacia el viejo continente en el 2011 para jugar en la liga de Francia. En Europa disputó 260 partidos y consiguió 53 encuentros con el arco en ceros después de ser parte del Ajaccio, Málaga, Granada y Standard de Lieja.

Con la Selección Mexicana ha disputado 110 partidos y sido convocado a dos copas América, dos copas confederaciones, cuatro mundiales aunque sólo ha tenido participación en la mitad de las Copas Del Mundo. Su palmarés lo conforman Cuatro Copas de Oro, una Liga Mx, una Liga de Campeones de la CONCACAF y una Copa de Bélgica.

Para Tokio 2020 el portero americanista llega totalmente consolidado y con la experiencia necesaria en los grandes eventos. El entrenador Jaime Lozano lo llamó a los Juegos como uno de los tres refuerzos mayores que buscaran potenciar a un grupo de jugadores jóvenes con talento. Su participación puede ser fundamental para los momentos difíciles de México en la zona baja y su calidad dentro de los tres postes será muy importante en la búsqueda del oro.

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