México obtuvo su primera presea en Tokio 2020 y fue de bronce, gracias a la estupenda actuación en tiro con arco mixto por parte de Alejandra Valencia y Luis “El Abuelo” Álvarez. Sin embargo, en el podio hubo otra mexicana que representó a otro país.
Se trata de Gabriela Bayardo Schloesser, ex seleccionada nacional en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Ahora, la arquera conquistó la medalla de plata junto con Steve Wijler, bajo la bandera de Holanda, al perder la final con la pareja surcoreana de An San y Kim Je Deok.
Lejos de lo que muchos pudieran pensar, Bayardo no dejó de competir por México debido a problemas con los dirigentes o por un interés económico, sino gracias su matrimonio. Y es que después de Río 2016, se casó con Mike Schloesser, un ciudadano de Países Bajos, decidiendo residir y seguir preparándose alla.
Pero el caso de Gabriela Bayardo no es el único. Ya sea por mejores condiciones profesionales o sentido de pertenencia, a lo largo de la historia deportistas mexicanos han preferido representar a otras naciones en competencias de elite. Tal como el waterpolista Armando Fernández.
Fernández fue el primer mexicano que adoptó otra nacionalidad. Representó a la delegación mexicana en Münich 1972 y Montreal 1976; además, ganó oro en los Juegos Panamericanos de México 1975. Pero hacia los años 80 cambió el verde, blanco y rojo por los colores de Alemania para ganar el bronce en las Olímpiadas de Los Ángeles 1984.
Otro caso en tiro con arco es Linda Ochoa, quien decidió irse con Estados Unidos luego de enfrentar problemas con la Federación de su disciplina. La atleta aseguró que no recibía apoyo ni le daban la indumentaria necesaria.
Con México conquistó oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Mayagüez 2010.
Un ejemplo más es la esgrimista Paola Pliego, quien denunció a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), por un falso positivo de dopaje que evitó que fuera a Río 2016, pese a ganar la plaza para estar en la competencia. Ante eso, decidió participar por Uzbekistán, país del cual posee nacionalidad.
Después de una larga disputa legal con la institución, la atleta ganó el caso y Conade debería pagarle un aproximado de 15 millones de pesos, cifra que podría aumentar debido a que todavía faltaría cuantificar el daño patrimonial y los daños y perjuicios.
“Espero que con ello reconozcan la cadena de injusticias que me impidieron asistir a los Juegos Olímpicos de Río y culminaron con no poder representar a mi país actualmente. Mi objetivo final sigue siendo que ningún atleta mexicano se vuelva a ver atrapado en una situación similar”, se lee en el comunicado que Paola Pliego compartió en sus redes sociales.
Asimismo, Paola dejó claro que todo el proceso le dejó estragos en su vida y su carrera deportiva: “Esta lucha ha cambiado mi vida. Después de 5 años estoy agotada, decepcionada y frustrada. Sin embargo, la lucha sigue”.
El clavadista guanajuatense, Jonathan Ruvalcaba, dejó de representar a México después de no ser considerado para Río 2016. Decidió probar suerte primero con Colombia, pero finalmente se fue con el equipo de República Dominicana, quien lo adoptó para el Campeonato del Mundo de Gwanju en 2019.
Por último, Alberto Michán tomó la decisión hace cinco años de competir por Israel luego de representar a México en Londres 2012, con un quinto lugar en Ecuestre. Sin embargo, debido a su sentir sobre sus raíces judías, decidió impulsar el deporte hacia este país europeo y en Tokio 2020 competirá bajo dichos colores.
SEGUIR LEYENDO: