Ilusionarse con las categorías menores es algo que sucede en cada proceso olímpico. Las aficiones escuchan nombres e inmediatamente la ilusión llega. En México, la realidad no es diferente, las selecciones menores se entusiasman al igual que los refuerzos mayores. Luis Francisco Romo Barrón es un jugador que emociona a más de uno, pues no ha necesitado de reflectores mediáticos para demostrar sus habilidades como futbolista y ser considerado como un refuerzo en los Juegos Olímpicos.
Nacido en Ahome, Sinaloa, el futbolista de 26 años es uno de los tres refuerzos que Jaime Lozano llevará a Tokio 2020 para la selección olímpica. Si bien su llamado estuvo condicionado por la negativa del Ajax de Holanda para ceder a Edson Álvarez, la convocatoria de Luis responde a una temporada brillante con el Cruz Azul, con quien logró coronarse como campeón del fútbol mexicano la temporada pasada.
Tokio 2020 es un escenario idóneo para Romo y los reflectores que está acaparando. Actualmente ha sonado su nombre para reforzar clubes del viejo continente, incluso él mismo reconoce que “está en el ojo de varios clubes europeos”, actualmente su carta es de 8 millones de dólares, según Transfermarkt.
La pasión por el balón llegó desde muy temprana edad. Según relata su hermano, Darío Romo, él comenzó a practicar fútbol desde los 3 años:
“Luis siempre fue muy inquieto, era muy enfadoso, siempre quería que estuviéramos jugando con él. El juguete en la casa era un balón: yo estaba en la casa y me buscaba para jugar y lo único que podía hacer para callarlo era jugar”, expresó Darío en una entrevista para el club Querétaro, anterior club del seleccionado olímpico.
La carrera del sinaloense empezó cuando jugaba en una filial de Cruz Azul en Los Mochis, Sinaloa; después decidió aventurarse a unas visorias para el Club Querétaro . Su convicción lo llevó a consolidarse en las categorías inferiores de la organización queretana. Con el paso del tiempo fue creciendo en las categorías hasta alcanzar su debut profesional; fue en 2018 en un encuentro de la Copa MX, posteriormente, el debut en primera división profesional sucedió el mismo año en un partido contra Atlas. Por otra parte, su debut en la selección se dio en 2019 contra la selección panameña Liga de Naciones de la CONCACAF.
Una de las habilidades de Romo es su capacidad de cubrir diversas posiciones, algo fundamental en el fútbol moderno. Puede abarcar varios sectores de cualquier línea: desde un defensa central hasta un enganche que genere oportunidades de gol para el delantero. Se ha desempeñado como medio de contención, interior por banda derecha, enganche, incluso de lateral por la banda derecha. Esta plurifuncionalidad, además de otras características como velocidad, resistencia y lectura de juego, lo llevaron a ser contratado por Cruz Azul para el Clausura 2020, y tan solo 1 año después colaboró con el equipo para acabar con una sequía de 23 años sin ganar un campeonato de liga.
Su ascenso ha sido meteórico, tres años le bastaron en la Liga MX para poder destacar y ganarse un puesto en la selección nacional. Algunos creen que su lugar debería estar en la categoría mayor y disputar Copa Oro, algunos creen que es la pieza que falta para que la selección Sub-23 sea contendiente al oro olímpico. La confianza hacia el sinaloense está por parte de Jaime Lozano y de Gerardo Martino, pero por el momento deberá brillar en la categoría olímpica para después pelear un puesto en la absoluta.
No hay que olvidar que México cuenta con jugadores de peso en ese sector del terreno de juego, figuras como Héctor Herrera, Edson Álvarez y el mismo Andrés Guardado, hoy son los pilares del centro del campo, y tratar de quitarlos solo se lograría a base de actuaciones brillantes: Tokio 2020 es la oportunidad idónea para que Luis continúe con su ascenso “olímpico”.
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