La serie de octavos de final de Copa Libertadores entre Boca y Atlético Mineiro terminó en escándalo. El Xeneize perdió 3-1 por penales en Brasil, aunque, al igual que como sucedió en la Bombonera, le anularon un gol mediante una controvertida intervención del VAR. A la postre, la delegación auriazul se trenzó en una pelea con agentes de seguridad y dirigentes brasileños y luego fue reprimida por la Policía.
La jugada que encendió la mecha se dio a los 16 minutos del segundo tiempo. Un centro frontal provocó un rechazo defectuoso del arquero. La pelota le quedó a Weigandt, quien abrió el marcador con un remate potente.
Mineiro protestó una supuesta falta previa del lateral, que no existió. Pero el árbitro Esteban Ostojich demoró en reanudar porque la tecnología estaba revisando la acción. El VAR llamó al uruguayo a la pantalla y el juez principal terminó anulando la conquista. Luego de ¡ocho! minutos de demora, entendió que Diego González, en un discutidísimo offside, intentó intervenir antes de la salida del guardameta.
Luego, en la transmisión oficial, apareció la “foto” que utilizó el VAR para anular la acción: en la misma, se ve una rodilla del Pulpo levemente adelantada. ¿Pero estaba offside el mediocampista? La respuesta es terminante: no.
Ocho minutos tardó el VAR en resolver la acción
En la imagen difundida no se ve en qué momento el ejecutante del tiro libre impacta el balón. El jugador, cuando parte el pase, está en la misma línea que su marcador. Tanto Ostojich como el equipo de la Asistencia Arbitral por Video, consideraron que no, y que cuando va disputar la pelota con el arquero interfiere al adversario. La clave está en la cámara que se utilice para determinar si hubo fuera de juego. La usada por el VAR da una ilusión óptica errónea, ofrece un error de “paralaje”; la acción no está recta a la posición de la cámara.
Infobae aporta su prueba, en la que se ve que González está en la misma línea. El juez asistente respalda la postura: él sí está en la línea y jamás levanta la bandera.
El error exacerbó los ánimos en Boca, porque en la ida le habían invalidado un tanto a Diego González, quien le había ganado a su marcador y anticipado al arquero para poner, de cabeza, el 1-0 parcial. Luego de varios minutos de incertidumbre, el conjunto brasileño reclamó una falta de Briasco a Silva en la jugada previa al gol del Pulpo. El juez colombiano Andrés Rojas fue a revisar lo sucedido y terminó anulando el tanto del Xeneize a instancia del VAR, que estuvo comandado por el juez paraguayo Derlis López. Ambos resultaron suspendidos por tiempo indeterminado por la determinación errónea. Pues bien, otra falla terminó empañando la llave de octavos de final de la Libertadores.
SEGUIR LEYENDO: