Sha’Carri Richardson llegó a los titulares de Estados Unidos el domingo 20 de junio después de clasificar para los Juegos Olímpicos de Tokio, al ganar la qualy de 100 metros femeninos en las pruebas de pista y campo olímpicas organizadas en Eugene, Oregón. Con una marca de 10.86 segundos, se había asegurado su lugar en el equipo norteamericano para la cita más importante del atletismo. A sus 21 años conquistó a todo el circuito con su carisma y confianza tanto dentro como fuera de la pista. Pero dio positivo por marihuana en el control antidoping y se derrumbó el sueño de representar a su país y abrió un importante debate a pocos días del inicio de la cita olímpica.
La atleta es oriunda de Dallas, Texas, y allí comenzó a correr a una temprana edad. Su velocidad la hizo resaltar desde sus inicios en la Carter High School antes de asistir a la Universidad Estatal de Louisiana. Durante su primer año en LSU, una de las instituciones más prestigiosas a nivel deportivo en Estados Unidos, ganó el título de la NCAA de 2019 en un récord universitario de 10.75 segundos. Obtuvo varios premios y honores durante su primer año, incluida la designación de atleta de pista de primer año del año de la SEC y el premio Bowerman de 2019, el más alto honor individual en atletismo universitario.
Después de la exitosa temporada, Richardson anunció en junio de 2019 en las redes sociales que terminaría su viaje en la pista de la universidad para comenzar su “sueño de toda la vida” de ser una atleta profesional. Más allá de su golpe de timón, Sha’Carri siempre priorizó a su familia por sobre todo lo demás, y lo demostró durante las pruebas en Estados Unidos, cuando se dirigió a abrazar a su abuela inmediatamente después de ganar la carrera de 100 metros femeninos, quien luego la besó en la frente en un conmovedor momento.
En charla con la cadena NBC, la atleta explicó un poco la razón de su arraigo con sus seres queridos. “Mi familia me ha mantenido con los pies en la tierra. Este año ha sido una locura para mí desde que la semana pasada perdí a mi madre biológica y todavía estoy aquí. Ella falleció y yo todavía elijo perseguir mis sueños, sigo viniendo aquí, todavía asegurándome de hacer que la familia que todavía tengo en esta tierra se sienta orgullosa”, explicó entre lágrimas al recordar su figura materna.
Y agregó al respecto: “Todo el mundo tiene dificultades y lo entiendo, pero solo mi familia y mi entrenador saben por lo que paso. En el día a día estoy muy agradecida. Sin ellos, yo no existiría. Sin mi abuela, no habría Sha’Carri. Mi familia es mi todo, mi todo hasta el día en que termine”. Lamentablemente, de un día para el otro, el sueño olímpico de Richardson se desmoronó.
La atleta reconoció haber consumido marihuana en Oregón, donde no está legalizada, como forma de ayuda para sobrellevar la dura noticia de que su madre biológica había muerto. Pero el cannabis está claramente prohibido por la Agencia Mundial Antidoping (AMA) y los infractores están sujetos a sanciones. En este caso, una suspensión de 30 días, el tiempo suficiente para mantenerla fuera de combate en Tokio. Richardson era favorita para ganar el oro para Estados Unidos en los 100 metros luego de cuatro Juegos Olímpicos consecutivos sin norteamericanas llevándose la tan ansiada medalla del primer lugar.
El rechazo hacia la sanción fue de calibre nacional y portavoces de la Casa Blanca argumentaron que tal vez deberían “revisar las normas” y para considerar la marihuana como una sustancia no penalizada por el AMA. “Ciertamente tenemos que respetar el papel de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos y del Comité Olímpico de Estados Unidos en las decisiones que toman, pero es triste”, afirmó Jen Psaki, secretaria de prensa del gobierno, sobre el caso Richardson.
Los Juegos Olímpicos se perderán los coloridos y glamurosos looks que Richardson utiliza en la pista. La atleta corre con uñas largas de colores y cabello de vibrantes colores, lo que le permitió destacar de las demás competidoras durante la carrera. De hecho, cambia el color de su cabello a menudo de acuerdo a su estado de ánimo. Por ejemplo, el tono naranja que utilizó en las pruebas para representar a Estados Unidos fue inspirado por su novia, que eligió el color porque es “ruidoso” y “peligroso”, según informes del medio USA Today.
Según el sitio web oficial de los Juegos Olímpicos, Sha’Carri admitió que el tono de su pelo es una forma de expresarse. “El color se basa en cómo quiero sentirme. Como que el rojo me pone de un humor muy dominante. Y a veces siento que eso puede ser abrumador, así que cuando necesito calmarme tengo el pelo negro. El negro me calma“, explicó. La estrella de la pista continuó: “El rubio es para cuando me vaya a casa en Texas. O lo uso cuando estoy fuera de casa y quiero sentirme como en mi hogar”.
El enorme talento de Richardson hizo que la comparen con la tres veces medallista de oro olímpica Florence Griffith Joyner, quien también era conocida por su estilo en la pista. Ella misma reconoció el paralelismo publicando fotos de la leyenda en Instagram y a menudo ha hablado de su influencia a la hora de comenzar a correr. “A todos ustedes les encanta hablar de mi cabello y mis uñas como si la mujer más grandiosa que jamás haya ingresado al juego no haya corrido con estilo”, redactó la joven de 21 años como epígrafe de una foto donde aparece la mítica corredora norteamericana.
Más allá del contratiempo que la alejó de Tokio, Sha’Charri aseguró a los fanáticos que su camino no terminó en absoluto y que está lista para volver a las pistas apenas termine la suspensión: anunció que participará en el Prefontaine Classic de la Diamond League que se llevará a cabo en la Universidad de Oregon el 21 de agosto. Será parte de los eventos de velocidad de 100 y 200 metros con el objetivo de redimirse y retomar el impulso desde lo dejó. El nuevo sueño será apuntar a Paris 2024 donde intentará ir en busca de la medalla dorada que quedó pendiente.
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