A lo largo de su historia, la selección italiana tuvo arqueros que fueron figuras y lograron títulos importantes. El camino que dejaron los campeones mundiales Dino Zoff (España 1982) y Gianluigi Buffon (Alemania 2006) empezó a ser transitado por Gianluigi Donnarumma, que se convirtió en la gran figura de la Azzurra campeona de la Eurocopa 2021. Gigi atajó dos penales en la definición por penales en la final ante Inglaterra, conteniendo los remates de Sancho y Saka (Rashford hizo rebotar su lanzamiento en uno de los postes). Antes, ya había brillado desde los 12 pasos en las semifinales frente a España, atajando el intento de Álvaro Morata. En consecuencia, terminó siendo elegido MVP del certamen.
También había resaltado su actuación ante bélgica. En un elenco con muchas figuras jóvenes y una dupla central granítica y experimentada (Chiellini y Bonucci), representa el certificado de garantía en el arco. Sin embargo, más allá de ser la figura de Italia en la Euro, el arquero de 21 años es agente libre, ya que no renovó su contrato con el Milan, aunque su labor en toda la Eurocopa y en especial durante los últimos tres partidos fueron la mejor vidriera para que tenga un club en la temporada 2021/2022. Todo indica que su próximo destino estará en el PSG.
De momento, suma 251 partidos con el Milan y 33 con Italia. El primero llegó en 2015, cuando tenía 16 años, gracias a una intuición del ex futbolista Sinisa Mihajlovic. Era poco más que un niño y, a partir de aquel 25 de octubre, ya no volvió a salir del césped. Nació en Castellammare di Stabia, cerca de Nápoles, siempre se consideró tifosi milanista y por eso, quizás, el desenlace de su aventura rossonera decepcionó mucho.
Con su altura de 1,96m, dentro del arco se vuelve más grande. Es una apuesta de Mancini y hasta ahora le rindió como esperaba ya que su selección llegó a un invicto de 34 partidos. Con el partido de hoy, Italia llegó a 25 victorias y 9 empates. La última derrota de los tanos data de septiembre de 2018, ante Portugal por la Nations League.
La racha anterior de la Azzurra fue entre 1935 y 1939 y con Vittorio Pozzo como entrenador: en esos años logró 24 victorias y 6 empates, similar a la que llevan los dirigidos de Mancini. La diferencia es que en 1938 Italia ganó el Mundial que tuvo lugar en Francia.
Por otro lado, más allá de la actuación de Donnarumma y de su nivel, llamó la atención con sus guantes: unos Predator Pro Hibryd de Adidas, valuados en unos 120 euros. Éstos cuentan con 288 púas en el dorso para ayudar a los guardametas a contener el balón.
Estos guantes con corte híbrido prometen un agarre óptimo y una mejor absorción de los impactos. Presentan una palma flexible con diseño anatómico que se adapta a los movimientos de la mano. Las inserciones Demonskin en el dorso de punto elástico proporcionan un “mejor control del balón en los despejes”, según se lee en la descripción del producto que hace la marca de las tres tiras.
Donnarumma no es el único arquero que usó este modelo de guantes. El español David de Gea, del Manchester United, y el inglés Aaron Ramsdale, del Sheffield United, también los han utilizado.
Fue un día de gloria para la Scuadra Azzurra, que ganó su segunda Eurocopa, con el recuerdo de la gloria de 1968 ante Yugoslavia. Y Donnarumma, claro, fue vital para alcanzar el sueño.
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