A lo largo de su historia, la selección italiana tuvo arqueros que fueron figuras y lograron títulos importantes. El camino que dejaron los campeones mundiales Dino Zoff (España 1982) y Gianluigi Buffon (Alemania 2006) empezó a ser transitado por Gianluigi Donnarumma, que fue la estrella de la clasificación este martes a la final de la Eurocopa, luego del triunfo por penales ante España.
Ya se había destacado en el choque contra Bélgica en los cuartos de final donde su equipo se impuso 2-1. El guardameta de la Azzurra fue decisivo otra vez con sus intervenciones que contribuyeron a que los de Roberto Mancini eliminaran a los belgas y se metieran entre los cuatro mejores del torneo y hoy dejen en el camino a La Roja. También fue una revancha de la final de 2012, cuando los españoles los golearon 4-0.
Este martes Italia fue superado en el campo de juego por España que mereció otra suerte, pero se encontró con Donnarumma con sus providenciales atajadas, en particular en la definición por penales, donde le contuvo el tiro a Álvaro Morata.
Si embargo, más allá de ser la figura de Italia en Wembley, el arquero de 21 años es agente libre, ya que no renovó su contrato con el Milan, aunque su labor en toda la Eurocopa y en especial durante los últimos dos partidos fueron la mejor vidriera para que tenga un club en la temporada 2021/2022.
De momento, suma 251 partidos con el Milan y 32 con Italia. El primero llegó en 2015, cuando tenía 16 años, gracias a una intuición del ex futbolista Sinisa Mihajlovic. Era poco más que un niño y, a partir de aquel 25 de octubre, ya no volvió a salir del césped. Nació en Castellammare di Stabia, cerca de Nápoles, siempre se consideró tifosi milanista y por eso, quizás, el desenlace de su aventura rossonera decepcionó mucho.
Con su altura de 1,96m, dentro del arco se vuelve más grande, ya que cerró 987 minutos sobre los 1168 que defendió la valla Azzurra sin recibir goles. Es una apuesta de Mancini y hasta ahora le rindió como esperaba ya que su selección llegó a un invicto de 33 partidos. Con el partido de hoy, Italia llegó a 25 victorias y 8 empates. La última derrota de los tanos data de septiembre de 2018, ante Portugal por la Nations League.
La racha anterior de los tanos fue entre 1935 y 1939 y con Vittorio Pozzo como entrenador: en esos años logró 24 victorias y 6 empates, similar a la que llevan los dirigidos de Mancini. La diferencia es que en 1938 Italia ganó el Mundial que tuvo lugar en Francia.
Por otro lado, más allá de la actuación de Donnarumma y de su nivel, llamó la atención con sus guantes: unos Predator Pro Hibryd de Adidas, valuados en unos 120 euros. Éstos cuentan con 288 púas en el dorso para ayudar a los guardametas a contener el balón.
Estos guantes con corte híbrido ofrecen un agarre óptimo y una mejor absorción de los impactos gracias a la espuma URG 2.0. Presentan una palma flexible con diseño anatómico que se adapta a los movimientos de la mano. Las inserciones Demonskin en el dorso de punto elástico proporcionan un “mejor control del balón en los despejes”, según se lee en la descripción del producto que hace la marca de las tres tiras.
Donnarumma no es el único arquero que usó este modelo de guantes. El español David de Gea, del Manchester United, y el inglés Aaron Ramsdale, del Sheffield United, también los han utilizado.
Fue un día de gloria para la Scuadra Azzurra que con el recuerdo de la gloria de 1968 ante Yugoslavia y las dos desilusiones contra Francia (2000) y España (2012), la Nazionale buscará alzar su segundo título continental. Y para ello deberá vencer a Inglaterra o Dinamarca.
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