Dos búfalos rebeldes, un jinete, un arado y un arrozal embarrado. Son los ingredientes que se necesitan para organizar una competencia de makepung lampit, el deporte de alto riesgo que se practica en la paradisíaca isla de Bali entre julio y noviembre.
Se trata de una disciplina que pertenece al pueblo de Jembrana y se traslada a través de las generaciones como una de las tantas tradiciones de la región del suroeste de la isla de Indonesia.
La historia del makepung lampit se relaciona con el cultivo de arroz. Como en Bali la cosecha tiene el mismo tratamiento desde hace 2000 años, a comienzos de cada ciclo los granjeros emplean la fuerza de sus búfalos en los campos inundados para arrastrar sus arados, pulverizar la zona y aplanar los suelos antes de cada plantación.
Así es como se dio origen al deporte extremo que sólo se practica en la región asiática. Si bien no hay registros oficiales, los locales aseguran que todo comenzó a principios del Siglo XX, cuando después de una jornada de arado efectiva, algunos granjeros finalizaron temprano su labor y notaron que sus búfalos aún no estaban cansados. Y para comprobar quién era el dueño del animal más veloz, improvisaron una carrera que dio nacimiento al makepung lampit.
Las reglas son claras y simples: los jinetes deben guiar a sus búfalos a toda velocidad sin perder el equilibrio, dado que si se cayeran o perdieran el control, serían descalificados. Los competidores son elegidos por los granjeros locales y deben superar 3 series en enfrentamientos directos para definir al ganador de cada carrera. Para ello, su misión es controlar a los animales para que corran en línea recta por un arrozal lodoso (que aún no está sembrado) de 100 metros de extensión.
Como la isla que pertenece a Indonesia es muy espiritual, durante los días previos a los torneos los granjeros brindan constantes ofrendas a sus antecesores para recibir el apoyo moral que los guíe hacia el éxito y sean protegidos durante las carreras. “La meta es que todos los espíritus de Bali se reúnan en mi alma”, explicó un competidor local llamado Dek Pong en la docuserie de Netflix llamada Juegos Locales.
A principios del siglo pasado, el makepung lampit era muy popular, pero la tradición casi había desaparecido. Y con la producción audiovisual se estableció el intento de revivirlo.
La bendición que se le realiza a los búfalos en las paradisíacas playas del Océano Índico, las coloridas indumentarias con las que visten a los animales y el rezo permanente a los dioses forman parte de una preparación cautelosa y minuciosa propia de un espectáculo adicional.
El domingo 4 de julio comenzará la actividad y cada 2 semanas continuará la atracción regional que tendrá como protagonistas a los granjeros de Bali. Para los isleños no hay un show deportivo que supere el makepung lampit. El año pasado, 20 jinetes se disputaron la gloria en la atracción que atrajo a miles de turistas y unió el espíritu competitivo con el estallido enérgico de sus bestias. En aquel rincón de Asia no hay lugar para el fútbol, la Fórmula 1, el tenis o la NBA. En la exótica isla de Indonesia la máxima atención se posa sobre la velocidad de sus bestias.
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