El 14 de septiembre de 2013, el gremio boxístico vio sobre un ring el choque entre Floyd Mayweather Jr y Saúl Álvarez, un enfrentamiento de alta expectativa por tratarse de la gran promesa del boxeo mexicano ante la estrella mundial estadounidense, donde el perdedor se tendría que quitar la etiqueta de invicto.
Mayweather se llevó el combate por decisión mayoritaria y Canelo perdió por primera vez luego de 43 peleas; sin embargo, ocho años después y títulos en cuatro divisiones distintas resarcieron la imagen del tapatío y ante el mundo se consagró como el mejor peleador libra por libra de la actualidad.
Este escenario fue posible gracias a su digna derrota contra uno de los mejores boxeadores de la historia, pero todo hubiera sido muy distinto si Álvarez hubiera sucumbido en tres momentos clave de su trayectoria, donde sobre un cuadrilátero estuvo muy cerca de probar la lona, un sitio que todavía no conoce en sus 16 años de carrera.
Entre sus mayores riesgos, probablemente la primera imagen que llegue sea la que ofreció contra Gennady Golovkin, tanto en la primera como en la segunda pelea, donde el tapatío se llevó el segundo empate de su carrera ante la polémica de un sector de aficionados.
En septiembre de 2017, Las Vegas, Nevada fue testigo de la primera edición de GGG vs Canelo, un combate de unificación por los títulos medianos de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y Organización Internacional de Boxeo (OIB), que definiría la supremacía del peso en el mejor momento de los dos pugilistas.
El combate fue una auténtico duelo de colosos, con dos estilos marcados desde el cuarto asalto y un Golovkin decidido a buscar el nocaut round tras round, por lo que la opinión pública menos arraigada a Canelo criticó su accionar y a pesar de dar una exhibición de cómo esquivar ataques, el empate por decisión dividida no sentó bien a muchos de sus críticos.
Aquel épico empate contra Golovkin derivó en una revancha que se llevó el mexicano por decisión dividida un año después, pero durante las dos peleas, un golpe mejor conectado en su contra hubiera supuesto una de las derrotas más dolorosas en su carrera y traído un predicamento negativo a su rol como mejor peleador del peso medio.
Pero estos polémicos combates fueron producto de otras dos peleas en las que el mexicano se vio igual o más presionado por sus contrincantes, pero que debido a su extraordinario soporte de golpes y a una pizca de suerte, salió avante para solventar su imponente récord.
Un año después de la derrota ante Mayweather, el cubano Erislandy Lara puso a los jueces en serios problemas y amenazó el legado de Álvarez, pues otra caída casi de forma consecutiva hubiera dejado en la lona la imagen del Canelo.
En julio de 2014, el zurdo Lara dio una exhibición de rapidez y pegada ante Saúl, al grado de dejar herido el rostro del mexicano y dejar el resultado en manos de los jueves, quienes dictaron una polémica victoria por decisión dividida a favor del mexicano.
Un gran sector de los seguidores cubanos cuestionaron seriamente la decisión de los jueces, en especial la otorgada por Levi Martínez, quien fue el único que marcó victoria para el mexicano con tarjeta de 117-111, una diferencia muy marcada en comparación de los otros dos sentenciadores, quienes dieron victoria para cada uno 115-111.
Esta pelea, que hasta el momento sigue causando polémica en la trayectoria del multicampeón, ocurrió cuatro años después de la primera y única vez que el tapatío estuvo al borde del nocaut, mucho antes de que las peleas contra Mayweather, Lara y Golovkin ocurrieran.
José Miguel Cotto fue el encargado de tambalear a Álvarez sobre el ring y quedarse a un par de golpes más certeros de propinarle su primera derrota.
Fue un 1 de mayo de 2010, cuando el puertorriqueño conectó un gancho izquierdo casi fulminante en el primer round, con el que Saúl quedó colgando de las cuerdas, mientras resistió como pudo una serie de combinaciones que, por fortuna del mexicano, terminaron sin ser devastadoras.
Con uno de los regresos más espectaculares de su carrera, el Canelo se recuperó, tomó las riendas del combate y noqueó a Cotto en nueve rounds.
SEGUIR LEYENDO: