* El impresionante accidente en el Tour de Francia
El único objetivo que tenía la misteriosa mujer de campera amarilla era el de aparecer en cámara. Enviar un inocente mensaje y tener sus milésimas de segundo de fama para que sus familiares la reconozcan. En su ingenuo plan nunca estuvo convertirse en una presa de las fuerzas de seguridad francesas y, mucho menos, poner en riesgo la integridad física de cientos de personas. Pero su acto inconsciente se convirtió en un suceso mundial que la empujó a los principales medios del mundo por ser responsable de un impactante accidente que quedará para la historia del Tour de Francia.
Cuando faltaban completar 45 de los 198 kilómetros planificados para la primera etapa del Tour, que comprendía la unión de la ciudad portuaria de Brest con el municipio de Landerneau, la aficionada sólo se interesó en las cámaras que viajan en motocicletas algunos metros adelante del pelotón de ciclistas y se encargan de transmitir para todo el mundo los detalles de la mítica competencia.
Esperó que pase ese vehículo y se posicionó algunos centímetros por encima del asfalto y con un pedazo de cartón escrito para enviar su mensaje. Ese cartel improvisado, que estaba por dentro de la carretera, desató el caos cuando se interpuso en el camino del veterano ciclista Tony Martin. “Allez Opi-Omi!”, decía el cartel en lo que se tradujo como “Vamos abuelo y abuela”, en una mezcla entre alemán y francés. Más allá de que todavía no se conoce la identidad de esta persona, el medio francés Le Figaro la definió como una “espectadora alemana”.
Según las imágenes aéreas que capturaron en la transmisión, la mujer en cuestión no sufrió ninguna lesión a diferencia de los múltiples heridos que hubo por su accionar entre ciclistas y espectadores. En el video se nota cómo ella gira tras el impacto de Martin y logra quedar de pie, mientras se desencadena un masivo accidente con el nutrido pelotón de corredores que venían a unos 50 km/h según la información que brindó el medio alemán Bild.
El diario deportivo francés L’Equipe aseguró que la mujer se marchó de la zona de conflicto antes que arriben las fuerzas de seguridad, que inmediatamente lanzaron una desesperada búsqueda por hallar testigos que puedan permitir la identificación de esta persona. La investigación está emparentada a “lesiones involuntarias con incapacidad no superior a tres meses por violación manifiestamente deliberada de una obligación de seguridad o prudencia”.
Mientras intentan hallarla, el subdirector del Tour, Pierre-Yves Thouault declaró ante AFP que ya iniciaron las acciones legales correspondientes: “Estamos demandando a esta mujer que se portó tan mal. Debemos hacerlo para que la pequeña minoría de personas que no respeta las reglas no arruine el espectáculo para todos”.
Al menos 21 corredores terminaron heridos, según la información que brindó el medio especializado Cycling News. Uno de los casos más graves fue el del corredor español Marc Soler, quien sufrió fracturas en las dos cabezas de radio y la cabeza del cúbito izquierdo. Sin embargo, no fue el único caso que requirió atención médica urgente: una de las imágenes más impresionantes quedó capturada por los fotógrafos en el lugar cuando los especialistas trasladaban al francés Cyril Lemoine, que tenía una lesión en la muñeca, cuatro costillas rotas, un neumotórax moderado y una herida en la cabeza.
“Es inadmisible. Los espectadores vienen al Tour para ver a los campeones, los campeones que aman, no para ver la televisión. Los que merecen la televisión son los campeones, no ese tipo de personas. Si la gente quiere mirarse, verse, ¡hay espejos para eso! ¡Debemos respetar a los corredores, al Tour, a los campeones!”, se quejó Christian Prudhomme, director del Tour, en declaraciones que recogió el medio Ouest France, donde insistieron que la persona en cuestión es de “nacionalidad extranjera” aunque informaron que todavía fue “imposible de rastrear”.
Desde ese mismo medio se compartió el mensaje de la gendarmería local, que pidió: “Cualquier persona que pueda presentar una identificación a llamar al centro operativo de la gendarmería de Finisterre”.
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