Un mate. Un recuerdo de la infancia. Un guiño cómplice. Cosas simples acercaron a Lionel Messi y Luis Suárez apenas el uruguayo había llegado al vestuario del Barcelona en agosto de 2014. La amistad se forjó a base de bromas, reuniones y goles. Y aunque el destino los haya separado, aún comparten cenas con sus familias y la crianza de sus hijos.
“Con Leo la amistad siempre va a estar fuera de las canchas. Dentro del campo cada uno tiene su objetivo porque somos rivales y ya nos hemos enfrentado antes”, aseguró el uruguayo en la previa del duelo entre el combinado charrúa y Argentina, correspondiente a la segunda fecha del Grupo A de la Copa América que se desarrolla en Brasil.
“A los jugadores no nos gusta hablar todo el tiempo de fútbol. Tenemos una vida totalmente diferente fuera, con los niños y cosas que hacemos… Esto crea un vínculo que potencia más la relación. Te juntás para tomar mate o para pasar el día”, contó en su momento el actual goleador del Atlético Madrid.
Antonela Roccuzzo y Sofía Balbi, sus respectivas parejas, también se convirtieron en cómplices, algo clave que permitió fortalecer el vínculo entre las dos figuras del Río de la Plata. “Salir a comer con las mujeres es un plus porque sabés que cuando quedás con tus amigos, tu mujer va a estar acompañada, algo que a veces es difícil”, señaló en su momento el Pistolero.
Lucho conoció al astro rosarino cuando llegó al Barcelona después del Mundial de Brasil. Durante aquella etapa el Blaugrana contaba con un plantel campeón de todo, y más allá de que con el tiempo se transformó en una pieza vital en el Culé, la humildad de las estrellas que compartieron el vestuario fue fundamental para su adaptación. “Leo es como cualquier otro fuera de la cancha. Tiene una gran humildad y una sinceridad conmigo. Es admirable”, dijo Suárez cuando estaba instalado en la capital catalana.
Para algunos, es muy difícil forjar una amistad en la etapa adulta. Sin embargo, para la sociedad ofensiva que conformaron Suárez y Messi en el Barcelona la conexión que se dio en el fútbol también se trasladó en el ámbito privado. Incluso fueron vecinos, dado que el uruguayo se instaló a 100 metros de la casa de Leo cuando vistió la camiseta azulgrana.
La relación entre ambos creció más allá de lo que se pudo observar dentro del Camp Nou. Ellos compartieron mucho tiempo juntos e incluso se fueron de vacaciones en más de una ocasión acompañados por sus respectivas familias. “Con Leo tuvimos afinidad desde el principio. De la convivencia pasás a la amistad, y los momentos que pasás con él también se trasladan a dentro del césped. Me ha demostrado su compañerismo mil veces. Él me ayudó cuando yo luchaba por la Bota de Oro, y yo a él también”, había reconocido el uruguayo a los medios oficiales del club cuando integraba el ataque culé.
Curiosamente, las tres figuras más destacadas de la Copa América que se disputa en Brasil compartieron los camarines cuando los tres protagonizaron el poderoso trío blaugrana reconocido popularmente como MSN. Messi junto con Neymar y Luis Suárez lucen como las grandes estrellas del torneo continental.
El crack rosarino se mantiene en la élite del fútbol mundial desde hace mucho tiempo y, más allá de la merma futbolística considerable de Barcelona, el argentino continúa siendo desequilibrante a sus 33 años.
La Pulga busca en Brasil ganar un título tantas veces postergado con la Argentina. En la Copa América perdió tres finales (2007, 2015 y 2016), pero la más dolorosa, sin dudas, fue la Copa del Mundo del 2014, cuando la Albiceleste cayó con Alemania en el partido decisivo.
Luis Suárez, en tanto, llega entonado a la cita continental. El uruguayo fue menospreciado por el Barcelona durante el enfrentamiento entre Messi y el entonces presidente Josep María Bartomeu y encontró revancha en Atlético de Madrid. El equipo de Diego Simeone salió campeón de La Liga con el Pistolero como una de sus principales figuras. Por lo tanto, el ex Liverpool es la carta ofensiva más importante de la Celeste y su capacidad goleadora será clave en el esquema del Maestro Tabárez.
Finalmente, el último integrante del trinomio que tantas alegrías le dio al pueblo catalán es Neymar. El ex Santos ya exhibió un fútbol de alto vuelo en el partido inaugural y quiere mantener la racha ganadora de Brasil en su tierra (todas las ediciones de la Copa América que se jugaron en territorio brasileño fueron ganadas por el pentacampeón mundial). Talentoso, virtuoso y goleador, Ney intenta repetir un nuevo logro como sucedió en la edición de 2019, frente a su gente.
Sin embargo, cuando la pelota rueda por el césped las amistades se terminan. Y así lo demostrarán Luis Suárez y Lionel Messi cuando protagonicen una nueva edición del clásico del Río de la Plata.
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