El próximo 19 de junio el gran peleador mexicano, Julio César Chávez, tendrá su última presentación arriba del ring, a pesar de que ya se retiró del ámbito profesional del boxeo, continuó ofreciendo combates de demostración y el evento del sábado será la última para JC.
Ahora, desde el Estadio Jalisco, Chávez se medirá en combate a cuatro rounds contra el hijo de Héctor el Macho Camacho. Aunque la pelea será de poca duración, ha generado gran interés entre los aficionados del boxeo, pues Camacho Jr. prometió castigar al mexicano y Julio César amenazó con no dejarse vencer.
Recientemente el gran campeón mexicano confesó que subirse al ring representa un riesgo para su salud, pero a pesar de ello está comprometido con el combate y piensa terminarlo de la mejor manera. Explicó que los médicos le advirtieron que por sus condiciones físicas puede sufrir daños irreversibles.
En el transcurso de la semana, Julio César confesó que podría sufrir un derrame cerebral si un mal golpe impacta en su rostro, por lo que sus médicos le advirtieron de los riesgos.
“Fíjate que me trajeron un doctor y el doctor no acepta. Me dice que no puedo quitarme la careta, que es muy peligroso y que puede darme un derrame cerebral. Pero yo estoy en lo mío, yo estoy pensando que me voy a quitar la careta en el último round y que sea lo que Dios quiera ¿Me entiendes? pero sí. Mis hijos están muy preocupados”, confesó para TV Azteca.
A pesar de ello, el César se aferró a continuar con su combate de demostración y retirarse con los puños en alto, demostrando la razón por la que es una leyenda en el boxeo mexicano.
Se sabe que las precuelas que tienen los boxeadores retirados pueden representar repercusiones de salud para el resto de sus vidas. En el caso del Señor Nocaut su nariz fue la que más daño sufrió.
Durante su carrera experimentó distintas lesiones pero una que lo marcó para el resto de su vida fue la condición de su nariz. El cartílago se fue debilitando con el paso de los años y aunado a su problema de adicción con drogas, JC experimento dificultades en su salud.
Una vez fuera del ring y con la condición de peleador retirado acudió a un especialistas que le brindó una solución, consistió en el restablecimiento de la parte interna de la nariz con un injerto de piel, la parte superior de la nariz, entre las cejas, fue la zona que quedó restablecida y en consecuencia quedó sensible a los golpes.
Por la cercanía del injerto con el cerebro y los vasos sanguíneos que están comprometidos en la zona, un impacto fuerte podría causar complicaciones en el flujo sanguíneo que podría derivar en un derrame cerebral.
Además, el ligero hundimiento de la parte derecha del cráneo de Julio César es otro de los factores que apuntan a los riesgos de combatir sin careta.
En su más reciente presentación pública con los medios, respondió el cuestionamiento de la reportera Karina Herrera de TUDN sobre si valía la pena correr los riesgos en una pelea. Chávez le señaló cuales eran las partes vulnerables de su rostro.
Su última confesión pública sobre su combate contra Héctor Camacho Jr dijo que los riesgos no valían la pena pero a pesar de ello reafirmó su compromiso con la promesa que hizo de pelear contra Camacho Jr.
“No vale la pena, solo que yo hice una promesa. Estoy triste porque la verdad yo quiero quitarme la careta ¿me entiendes? Me trajeron hasta el doctor que me arregló la nariz y me dijo que es imposible que me la quite, puedo terminar con un derrame cerebral”.
SEGUIR LEYENDO: