A los 33 años, Gonzalo Higuaín mantiene vigente su apetito goleador en el Inter Miami de la Major League Soccer. Desembarcó en Estados Unidos luego de su segunda etapa en la Juventus, buscando darle continuidad a su carrera tal vez sin las presiones que se viven en el Viejo Continente o en la selección argentina. Sin embargo, según contó el propio Pipita, se encontró con un panorama de idéntica exigencia.
“En Europa no podía encontrar la serenidad fuera del fútbol, y (Gianluigi) Buffon me dijo que cuando ya no sintiera el fuego dentro sería el momento de cambiar. Pensé que vendría aquí y jugaría con un cigarrillo en la boca y no es así; es difícil”, confesó el ariete en una entrevista con Bobo TV.
Surgido de la cantera de River, y con importantes pasos por el Real Madrid, la Juve, Napoli, Milan y Chelsea (cosechó 14 títulos), Higuaín ofreció una semblanza de la competitividad que encontró en EE.UU. “La MLS es una liga dura. Es similar al fútbol italiano. En España e Inglaterra es más fácil hacerlo bien, mientras que en Italia, si no conocés la liga, sufrís más. Con los años me he convertido en un jugador más completo: el delantero que me gusta es el que también hace asistencias”.
Desde su arribo a la MLS, Pipita acumula 5 goles en 16 partidos. Su equipo tiene un andar irregular: se ubica en la octava ubicación de la Conferencia Este, con dos victorias, cuatro empates y una derrota. Inter Miami es una de las franquicias más explosivas de la competencia, con David Beckham como cara visible y la voluntad pública de, en algún momento, incorporar estrellas como Messi y Cristiano Ronaldo.
Precisamente, Pipita tiró paredes con ambos. Con CR7 en Juventus y en el Real Madrid; con, la Pulga, en el combinado albiceleste. “Tuve la suerte de jugar con los dos. Están a un nivel tan alto que tenés que adaptarte a ellos para servirles. Con Messi y Ronaldo al lado tenés al menos 3 o 4 situaciones de gol por partido si sos inteligente y los entendés. Para mí fue un privilegio”, comentó.
Maurizio Sarri fue uno de los entrenadores que más lo respaldó. Lo hizo goleador en Napoli, lo llevó al Chelsea y luego lo condujo en la Juve. Allí, ganó una Serie A, pero fue muy criticado y enfrentó algunos problemas internos. Higuaín lo defendió: “No sé por qué duró sólo un año. Los jugadores deben comprender su idea total del juego. Es un entrenador muy exigente que siempre quiere jugar a dos toques, aunque sea muy arriesgado. Algunos jugadores no estaban contentos jugando de esta forma”, describió el argentino, que en la MLS disfruta de jugar junto a su hermano Federico.
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