Este fin de semana el argentino Jeremías Ponce fue artífice de uno de los mejores nocauts en su combate ante el británico Lewis Ritson que tuvo un momento singular cuando la esquina del luchador europeo arrojó la toalla para detener el duelo, pero el árbitro ordenó que continuase.
El sudamericano se lució sobre el cuadrilátero y castigó con dureza al inglés en la eliminatoria al título Superligero de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) disputada en el Vertu Motors Arena de Newcastlee. Gracias a su actuación consiguió su victoria número 13 como profesional, la segunda que disputó fuera de la Argentina. El triunfo se lo llevó en el décimo asalto tras una escena épica.
Es que Ritson la estaba pasando mal sobre el ring y su esquina le avisó al final del noveno round que si la masacre continuaba, tirarían la toalla. Así fue que en el décimo Ponce logró derribarlo y parecía que el local se quedaría en el suelo tras caer sobre sus rodillas, pero tras un conteo de seis segundos se levantó e intentó seguir. Fue allí que el argentino lo acorraló y le descargó una lluvia de golpes al cuerpo. Uno de ellos impactó en la zona de las costillas y de inmediato la toalla blanca voló por los aires.
En seguida, Ponce salió a festejar, pero el árbitro hizo señas de que no iba a dar por culminado el duelo y que entonces debían seguir peleando, aunque para esa altura Ritson apenas podía mantenerse de pie. Segundos después, Ponce volvió a ubicar a su oponente contra las cuerdas y tras algunos puñetazos éste volvió a caer.
Nuevamente, el juez le hizo le contó hasta diez y le dio una oportunidad más al local aunque cinco segundos después, tras otro ataque del argentino, Ritson finalmente cayó derrotado.
“Fue un poco confuso cuando estábamos en el ring porque pensé que la pelea había terminado tan pronto como vi entrar la toalla. Luego vi al árbitro tirarla, para ser honesto, fue un poco impactante. Probablemente ahora (Ritson) esté lastimado en el área de las costillas, y no lo habría estado si hubiera detenido la pelea cuando vimos entrar la toalla”, comentó Ponce tras el final.
El árbitro Steve Gray fue blanco de críticas por su decisión de ignorar la toalla, aunque reglamentariamente tiene la potestad para hacerlo. “Francamente no debería tener ese derecho”, comentó el promotor de boxeo Eddie Hearn a Boxing News. “Ritson no estaba en la pelea, no iba a ganarla, ¿Entonces por qué?. Al final no afectó en nada, pero podría haberlo hecho porque todo lo que (Ritson) estaba haciendo era proteger su cuerpo. Afortunadamente, no se lastimó la cabeza durante la pelea”.
Ahora, el argentino puede aspirar a la pelea por el título Superligero de la Federación Internacional de Boxeo: “Es un paso más hacia mi sueño. Es el sueño que siempre tienes como luchador. Estoy a un paso de eso ahora. Muchas gracias”.
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