El boxeo mexicano tuvo un referente internacional gigantesco durante una década. Julio César Chávez se erigió como uno de los mejores pugilistas del mundo desde 1984, cuando obtuvo su primer cinturón mundial, y hasta 1994, cuando cayó por primera vez en su carrera.
89 triunfos y un empate presumía “El César del Boxeo” antes de aquella fatídica noche, que ante el asombro del público en el MGM Grand de Las Vegas, dio inicio al declive de la carrera más fructífera en los cuadriláteros aztecas.
Frankie Randall era el pugilista al que Julio César iba a noquear, según los casinos de la zona, pues aunque el norteamericano poseía un récord de 48 victorias, dos derrotas y un empate, el favorito era sólo uno y había nacido en Ciudad Obregón, Sonora.
“JC” era el favorito en las apuestas con un momio de 15 contra 1, por lo que prácticamente nadie dentro del histórico inmueble pensaba que aquella noche estelar se acabaría el reinado de Chávez en el boxeo, uno que había durado más de 13 años imbatido.
La pelea fue dramática golpe tras golpe y round tras round, pues los dos pugilistas se dieron con todo y brindaron a la afición una pelea memorable, algo que ya era común con Chávez arriba del ring, pero que una vez más sobresalió por el emocionante final.
Aunque no desentonó, cada capítulo se vio al “César” desmoronado. Su estado físico no era el óptimo y el contexto personal tampoco ayudó, por lo que en varios tarjetones, el vencedor lucía encaminado al estadounidense. Entre abrazos y golpes bajos, Julio César mostró su desesperación hasta recibir el castigo del referee ante los jueces.
“El Cirujano” Randall no especuló y salió a matar desde el primer asalto. Sorprendido, Chávez se vio superado asalto tras asalto y aunque tuvo extraordinarios contragolpes que emparejaron la balanza, para los últimos tres rounds, los jueces parecían tener un ganador.
Fue entonces cuando ocurrió la tragedia. En el asalto 11, Julio César bajó la guardia y recibió un fulminante recto que lo mandó a la lona por primera vez en su carrera. Aquel impacto decantó la balanza y fue demasiado tarde para poder reaccionar.
Randall obtuvo la victoria por decisión dividida, con tarjetas favorables 114-113 y 116-111, el americano se apropió del cinturón por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Mientras tanto, la gente eufórica y los comentaristas de distintos países no podían creer que “Mr. Nocaut” había sido derrotado y casi noqueado por otro veterano.
“Recuerdo que me fui a mi habitación muy triste y me levanté a las tres de la mañana y no me acordaba que había perdido la pelea”, mencionó Chávez en un video publicado en enero de 2021.
“Fue algo muy triste para mí, pero a la vez al llegar a Culiacán fue algo muy grandioso. Tuve un recibimiento increíble, me recibieron más de 300 mil personas del aeropuerto hasta la casa. Las calles abarrotadas como si hubiera ganado la pelea. La gente llorando, vitoreándome como si hubiera ganado. Son recuerdos que nunca me voy a olvidar. Gracias México por tanto cariño y tanto amor que me han dado en toda mi carrera”, afirmó el multicampeón.
Menos de cuatro meses después llegó la revancha y Chávez recuperó el cetro, producto de un golpe de cabezas que terminó con el combate a favor del mexicano en el round 8, pero que en palabras del propio pugilista sonorense, fue una pelea que pudo ganar Frankie por el complicado estilo que poseía.
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