La historia del hondureño que se convirtió en la figura de la Copa América de 2001, pero su rebeldía e indisciplina complicaron su carrera

Considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de su país, Amado Guevara jugó en Europa y en la MLS, aunque por su carácter terminaba dando portazos. Deslumbró en el torneo continental en Colombia y fue la sorpresa gracias a la selección argentina

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Guevara, en el Mundial de Sudáfrica 2010 (Action Images / Ed Sykes
The Grosby Group)
Guevara, en el Mundial de Sudáfrica 2010 (Action Images / Ed Sykes The Grosby Group)

Identificado con el Motagua de su país, con el que ganó varios títulos nacionales, Amado Guevara, es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de Honduras, tras haber jugado en ligas como la costarricense, mexicana y española, aunque su más recordada actuación fue con su selección en la Copa América de Colombia 2001.

Guevara fue convocado de urgencia, a cuatro días de comenzar la Copa América 2001, cuando se encontraba jugando en el Toros Neza de México. Le contaron que la AFA había anunciado que la selección argentina no participaría en el torneo “por razones de seguridad”, por lo que tuvo que hacer las valijas en pocas horas, saludar a su familia y tomar un vuelo rápido a su país para sumarse a la concentración con un equipo improvisado, y subirse a otro avión, esta vez militar y de carga, y sin asientos formales, y con la delegación acompañada por militares, para llegar a Colombia.

A Guevara, entonces, le tocó liderar junto a David Suazo, en ese momento jugador del Cagliari italiano, un equipo con jugadores que nunca habían vestido la camiseta nacional, con la dirección técnica de Ramón Madariaga, y con la idea de realizar el mejor papel posible, pero por si las dificultades fueran pocas, Suazo se lesionó en el debut ante Costa Rica, con una derrota de 1-0.

Sin embargo, el equipo hondureño se recuperó ante Bolivia, al vencer por 2-0 con dos goles suyos y la gran sorpresa llegó con el resonante triunfo por 1-0 ante Uruguay, con otro gol de su autoría, y la inesperada clasificación para los cuartos de final. Allí esperaba Brasil, aunque con un equipo alternativo, pero Honduras dio otro golpe y venció 2-0 para llegar a semifinales ante los locales, a la postre campeones, y cayó 2-0. Ya por el tercer puesto, volvió a enfrentar a Uruguay, empataron 2-2 y los centroamericanos dieron la gran sorpresa al imponerse por penales.

Al término de esa Copa América fue elegido como mejor jugador del torneo y eso generó un interés del Valencia español, pero el Motagua hondureño, dueño de su ficha, sólo aceptaba una transferencia definitiva, por necesidades económicas, por lo que regresó al Toros Neza, donde ya estaba jugando.

Amado Guevara, hoy, junto al presidente de la Fundación de hondureños en EE.UU., Juan Flores y la modelo Nathalia Casco, durante la recogida y preparación de ayuda humanitaria para enviar a los damnificados por los eventos tropicales en Miami durante 2020.
Amado Guevara, hoy, junto al presidente de la Fundación de hondureños en EE.UU., Juan Flores y la modelo Nathalia Casco, durante la recogida y preparación de ayuda humanitaria para enviar a los damnificados por los eventos tropicales en Miami durante 2020.

Amado “Lobo” Guevara nació el 2 de mayo de 1976 en Tegucigalpa, aunque es hijo predilecto de la localidad de El Aceituno, a 135 kilómetros de la capital hondureña, y fue criado en el seno de una familia muy humilde y de futbolistas como sus tíos Ovidio y Leslie, jugadores profesionales del Motagua.

Ya desde sus tiempos de estudiante participaba en el equipo de periodistas llamado “Crónica Deportiva” y participaba de giras por todo el país, y es así que fue convocado para jugar en el Olimpia, en 1993, con sólo 17 años y si bien formó parte de una gira amistosa por los Estados Unidos, no llegó a ingresar en ningún partido oficial y terminó recalando en el Motagua, el mismo equipo de sus tíos.

Sus buenas actuaciones lo llevaron a formar parte del seleccionado Sub 20 que participó en el Mundial de Qatar 1995, ganado por la selección argentina de José Pekerman, a la que enfrentó y le marcó un gol, aunque no logró pasar de la primera rueda en un grupo que estaba compuesto además por Portugal y Holanda.

Sin embargo, la vidriera del Mundial de Qatar 1995, y también su participación en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, le valieron para ser contratado por el Valladolid de España junto con su compatriota Carlos Pavón.

Guevara nació como volante mixto, pero por su buen manejo de pelota y remate, lentamente se fue convirtiendo en un creativo. Con el Motagua vivió una época de oro bajo la dirección técnica de Madariaga, quien luego lo dirigiría también en la selección nacional, ganando los torneos Apertura y Clausura 1997/98 y 1999/2000 y mucho más adelante, a su regreso de varios países, el Clausura 2011 y el centroamericano de 2007.

Su etapa en el Motagua finalizó en 2001, cuando se fue a jugar al Toros Neza de México, y al año siguiente, ya en Segunda, en el Zacatepec, y al quedar libre, firmó con el Saprissa, un histórico de Costa Rica, donde se transformó en uno de sus grandes ídolos en 2002, y ya en 2003 emprendió otra experiencia, la de la Major League Soccer (MLS) de los Estados Unidos.

En la Copa América 2001 de Colombia Amado Guevara fue elegido como mejor jugador del torneo.
En la Copa América 2001 de Colombia Amado Guevara fue elegido como mejor jugador del torneo.

Su primer equipo fue el Metrostars de Nueva York, con el que consiguió clasificarse a la primera final de su historia en el torneo abierto “Lamar Hunt” en 2005, con 11 goles y 11 asistencias, cuando ya en 2004 había sido elegido mejor jugador del año y alcanzó a ser Botín de Oro, pero su fuerte carácter comenzó a pasarle factura. A principios de 2006 entró en conflicto con el club y con su presidente, el ex jugador Alexi Lalas, al regresar a Honduras y jugar una serie de amistosos con el Motagua pese a que el acuerdo sólo le permitía entrenarse allí. Sin embargo, todo se solucionó porque parte de la comisión directiva se opuso a su salida, especialmente cuando a los pocos meses consiguió la tarjeta de residente y ya no ocupaba cupo de extranjero.

Metrostars pasó a llamarse Red Bulls, llegó como entrenador el reconocido Bruce Arena y con un triplete suyo llegaron a semifinales en 2007 hasta que el regreso del argentino Claudio Reyna desde la Premier League inglesa motivó su salida hacia Los Ángeles para jugar en las Chivas USA. Allí tuvo un bajo rendimiento por nuevos problemas de indisciplina, por lo que su DT, “Preki” (el serbio-estadounidense Pedrag Radosajlevic) pidió que lo transfirieran con una frase lapidaria: “Su ego no lo deja triunfar”.

Lo enviaron al Toronto pero volvió a rebelarse y logró regresar al Motagua para la temporada 2007/08, cuando llevó a la final al “Ciclón Azul” y allí cayó ante el Deportivo Marathón de San Pedro Sula, aunque fue campeón centroamericano en una celebrada final ante el costarricense Saprissa.

Una vez conseguido el objetivo, tomó la decisión de regresar al Toronto de la MLS hasta que en 2010 emprendió el regreso al Motagua, aunque perdió la final del torneo ante Olimpia y en 2011, como capitán, rompió la racha de cuatro años sin títulos ante el mismo rival, con goles suyos en ambos partidos decisivos. Defendió esta camiseta hasta 2013, para finalizar su carrera en 2014 en el Deportivo Marathón.

Con la selección “Bicolor Catracha” tuvo experiencias muy importantes, es considerado uno de los mejores jugadores de la historia, pero también numerosos actos de rebeldía que complicaron su carrera. Participó en cuatro clasificaciones a Mundiales, en la Copa América 2001 y ya en el final de su trayectoria, el Mundial de Sudáfrica 2010, lo que marcó el regreso de Honduras a la máxima cita del fútbol desde España 1982, aunque rozó la chance en 2001 cuando cayó en el último partido ante México.

Amado Guevara y David Villa intercambiando camiseta luego del partido de zona de grupos que protagonizaron España y Honduras en Sudáfrica 2010, La Furia Roja obtuvo la copa en ese Mundial.
Amado Guevara y David Villa intercambiando camiseta luego del partido de zona de grupos que protagonizaron España y Honduras en Sudáfrica 2010, La Furia Roja obtuvo la copa en ese Mundial.

En 2003, junto con sus compañeros Noel Valladares y Mario Iván Guerrero fue sancionado por instar a que la selección no se presentara a jugar contra Martinica y Trinidad y Tobago por atrasos salariales. Esto motivó que el entrenador Edwin Pavón los marginara. Los otros dos jugadores, entonces, compraron los boletos de regreso, pero Guevara decidió quedarse, desafiante, al punto de que también tuvo duras palabras contra la comisión disciplinaria que lo castigó y así volvió a ser apartado de otros amistosos.

Participó también de la Copa de Oro 2007 y de la Copa Centroamericana de selecciones nacionales en 2009, como local, en la que Honduras quedó en el tercer puesto, y en este torneo fue expulsado dos veces, ante Belice y El Salvador. Ese mismo año, consiguió clasificarse al Hexagonal final de la CONCACAF para llegar al Mundial de Sudáfrica, y por fin logró un lugar. Integró el grupo inicial junto a la posteriormente campeona del mundo, España, con la que perdió 2-0, luego cayó derrotado otra vez ante Chile, dirigido por Marcelo Bielsa (1-0) y empató ante Suiza, en la despedida, 0-0. El elenco no marcó goles, pero Guevara se dio el gusto de ser el capitán y estar presente en los dos primeros encuentros.

Tras dejar el fútbol en 2014, trabajó como ayudante de campo en la selección nacional como asistente del colombiano Jorge Luis Pinto, con la mira en la clasificación para el Mundial de Rusia 2018, y posteriormente asumió en el equipo nacional de Puerto Rico hasta 2019.

Vive en Miami, y actualmente es comentarista de partidos de la MLS para distintos medios, actividad que alterna con giras futbolísticas por los Estados Unidos con un equipo senior con mayoría de ex compañeros de la histórica selección hondureña que consiguió el tercer puesto en la Copa América 2001 como Samuel Caballero, Noel Valladares, Ricky García, “Rambo” De León, y su amigo Carlos Pavón.

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