Nikola Jokic, compañero de Facundo Campazzo en los Denver Nuggets, hizo historia grande en la NBA. El gigante serbio fue el claro ganador del premio MVP (Jugador Más Valioso, por su sigla en inglés Most Valuable Player) de la temporada 2020/21. El interno cosechó un total de 971 puntos, dejando muy por detrás a otras estrellas consagradas de la liga estadounidense, como el camerunés Joel Embiid (Philadelphia 76ers, con 586 votos), Stephen Curry (Golden State Warriors, con 453), Giannis Antetokoumpo (Milwaukee Bucks, con 348), Chris Paul (Phoenix Sun, con 139), Luka Doncic (Dallas Mavericks, con 42), Damian Lillard (Portland Trail Blazers, 38)Julius Randle (New York Knicks, 20), Derrick Rose (New York Knicks, 10), Rudy Gobert (Utah Jazz, 8), Russel Westbrook (Washington Wizards, 5), Ben Simmons (Philadelphia 76ers, 3), James Harden (Brooklyn Nets, 1), LeBron James (Los Angeles Lakers, 1) y Kawhi Leonard (Los Angeles Clippers, 1).
El pivote promedió 26,4 puntos ( con más del 56% en tiros de campo y casi el 39% en triples), 10,8 rebotes y 8,3 asistencias. Desde el año 2000 que un basquetbolista que se desempeña en esta posición no levanta este trofeo. El último había sido Shaquille O’Neal. The Joker disputó todos los partidos (72), en los que superó los 50 puntos en una oportunidad, los 40 en cuatro y firmó 60 dobles-dobles.
Jokic, de este modo, se convirtió en el tercer europeo en ser nombrado MVP, tras el alemán Dirk Nowitzki (temporada 06/07) y el griego Giannis Antetokounmpo (en 18/19 y 19/20). Otra curiosidad es que desde la temporada 2017/18 que no la gana un oriundo de Estados Unidos (James Harden, el último).
Lo histórico de este nombramiento es que el oriundo de Sambor es el pick más bajo en conseguir esta distinción. Llegó a la NBA en 2014, tras ser elegido en el puesto 41 de la segunda ronda del draft por los Denver Nuggets cuando se destacaba en el KK Mega Bemax de su país.
Jokic, de 26 años, hoy es la principal figura de la franquicia de Colorado, institución que el año pasado llegó a sus primeras finales de Conferencia desde 2009 y ahora se encuentra en las semifinales del Oeste tras dejar atrás a los Portland Trail Blazers. En su primer duelo ante los Suns cayeron en condición de visitante.
Su infancia fue dura. Nació el 19 de febrero de 1995, en medio de plena Guerra de los Balcanes, conflicto bélico que enfrentó durante aproximadamente una década a Serbia, Eslovenia, Croacia, Macedonia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina. A los cuatro años vivió bien de cerca cuando las tropas de la OTAN bombardearon su país durante 11 semanas en 1999.
“Recuerdo las sirenas, los refugios antibombas, las luces siempre apagadas... Vivíamos prácticamente en la oscuridad. Incluso a las 9 de la mañana todo estaba apagado. Yo no podía salir solo, mi madre no me dejaba si no me acompañaban mis hermanos”, contó en una entrevista con el sitio Bleacher Report.
En sus inicios, la actividad física no era su preferida en la grilla escolar. Era el más gordo del curso y hasta reconoció que “en mi época de la secundaria no podía hacer una flexión de brazos”.
Uno de los principales causantes de su sobrepeso era su mala alimentación y algunos hábitos que no iban de la mano con el alto rendimiento. “Bebía mucha gaseosa, unos tres litros al día. Nunca bebía por la mañana, eso sí, porque había que entrenar y no me sentaba bien. Pero después de los entrenamientos ya no podía parar, era un vaso detrás de otro. Pero en mi primer vuelo a Denver me tomé la última. Desde entonces nada, ni una en un año y medio. Y ha sido fácil y me siento muy bien, me gusta ver que no la necesito”, le reconoció a ESPN en 2017.
“Antes comía cosas normales: pollo, arroz, carne… pero cocinadas de otra manera. Aquí no sabe a nada, necesito ese sabor… pero la dieta actual me ha ayudado. El cuerpo técnico ha hecho un gran esfuerzo para ayudarme a preparar mi cuerpo para la NBA”, añadió.
Desde su desembarco a la mejor liga del planeta vivió una profunda transformación. De la mano de los preparadores físicos Steve Hess y Felipe Eichenberger perdió 18 kilos.
Ahora, convertido en el puntal de los Nuggets, fue vital para la rápida adaptación de Facundo Campazzo en la franquicia. Le abrió las puertas del vestuario y rápidamente crearon una conexión que se puede ver en cada partido. “No me sorprende lo que hace. Lo conozco bien y sé que puede cambiar partidos con su talento, con su defensa… Es un jugador especial”, esbozó tras la contratación del argentino.
SEGUIR LEYENDO: