Aunque el mayor reconocimiento de Hugo Sánchez Márquez en Europa lo obtuvo cuando portó la playera del Real Madrid, antes se dio a conocer en el equipo vecino de la capital, es decir, el Atlético de Madrid. Debido a sus buenas actuaciones con el equipo colchonero, los merengues se interesaron en integrarlo a sus filas, pero la histórica rivalidad les impidió hacer la transacción. En ese sentido, fue necesario el involucramiento de un tercer actor.
Luego de que la preferencia del director técnico Terry Venables por Steve Archibald provocara el incumplimiento de un acuerdo verbal entre Hugo y el Barcelona, recibió la oferta que cambió su vida. El Real Madrid se preparaba para presentar a Ramón Mendoza como su nuevo presidente, por lo que buscaba ingresar al cargo con un abanderado estelar. Por esa razón, el agente Pedro Antonio Marín contactó al mexicano y le hizo saber el interés.
La oferta convenía al equipo del oso y el madroño, además Hugo tenía el deseo de jugar en el Santiago Bernabéu. En el verano de 1985, Vicente Calderón, recibió una oferta del equipo merengue por 150 millones de pesetas más los jugadores Ochoterena y Lozano. De igual forma, a Hugo le restaba un año de contrato con el equipo y lo que menos quería el presidente era que se marchara sin recibir nada a cambio.
Por otro lado, ante los rumores de la negociación, la afición comenzó a emitir amenazas en contra de los rojiblancos. Incluso, algunos seguidores amedrentaron a los directivos con dejar de ser socios en caso de llegar a un acuerdo con el odiado enemigo. En aquellos años, la base de afiliados no superaba las 20 mil personas, de acuerdo con el periodista Javier Hernández.
La necesidad de encontrar una solución, así como sus deseos de vestirse de merengue, lo hizo pensar en un viejo conocido. “A mí se me ocurrió que me comprara Pumas y que este me vendiera al Real, se lo propuse al ingeniero Guillermo Aguilar Álvarez -en los 80 y 90 presidente de Pumas- y aceptó”, declaró en entrevista para ESPN.
Hugo notificó la idea a la directiva del Atleti y comenzaron a implementar el nuevo plan conocido como “traspaso puente”. En una de las anécdotas menos conocidas, Sánchez aceptó que el contrato se firmó días antes del acto encaminado en la cancha del Estadio Olímpico Universitario, de la Ciudad de México, donde hubo directivos de Pumas y de Real Madrid.
El acuerdo definitivo se finiquitó en un banco francés de Madrid, ubicado en el Paseo de la Castellana. En el inmueble se presentaron los representantes de los tres equipos, aunque en ningún momento se cruzaron los rivales. De esa forma, un piso fue ocupado por personas del Real Madrid, otro por directivos de los Pumas y en el último estaba gente del Atlético de Madrid.
Así, entre el 3 y el 4 de julio de 1985, Atlético de Madrid traspasó a Hugo Sánchez a los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El acuerdo contempló la venta por 200 millones de pesetas, es decir, 140 millones más de las invertidas por los colchoneros cuatro años antes. Además, otra de las condiciones fue el derecho sobre los jugadores Manuel Negrete, Luis Flores y Miguel España, el cual podían hacer válido después del mundial de México 86.
Con el pacto finiquitado. los directivos madridistas viajaron a México para formalizar el acuerdo. El 15 de julio del mismo año, el Estadio Olímpico Universitario, los Pumas de la UNAM y el Real Madrid confirmaron la transacción por 250 millones de pesetas y “se hizo el simulacro oficial de la firma. Aquí me vestí de blanco para los medios”, en palabras de Hugo Sánchez.
Finalmente, el 19 de de julio, Sánchez ya estaba de vuelta en España y fue presentado en el Estadio Santiago Bernabéu junto con Antonio Maceda y Rafael Gordillo. Ese día continuó el camino hacia la consolidación del Pentapichichi.
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