Los Juegos Olímpicos de México en 1968, manchados por la sangre de los estudiantes que fueron asesinados en la Plaza de las Tres Culturas, vivieron también varios de los momentos más poderosos de las justas deportivas internacionales en el país.
Uno de ellos fue protagonizado por el velocista Lee Evans, quien estableció varios récords en su categoría, pero también realizó un acto de protesta pacífica sobre la pista; lamentablemente, el deportista murió el miércoles 19 de mayo a los 74 años de edad.
La Federación de Atletismo de Estados Unidos confirmó la muerte de Evans, quien durante años continuó con su labor humanitaria y en pro de la justicia racial por todo el mundo.
Protesta en México 1968
Evans se convirtió en el primer hombre en romper la barrera de los 44 segundos en los 400 metros y ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México con un tiempo de 43,86
Su victoria se sumó a la de sus compatriotas Tommie Smith y John Carlos, quienes fueron enviados de vuelta a su país por levantar el puño, enfundado en guantes negros, como una protesta durante la ceremonia de premiación.
En entrevistas posteriores, Evans indicó que un dirigente le advirtió que no hiciera algo similar. Decidió tomar otra medida y portó una boina negra para mostrar su apoyo a los Black Panthers y organizaciones defensoras de los derechos civiles.
Las protestas del trío se encaminaron a brindar su apoyo al llamado Orgullo Negro, así como a los pobres, a los obreros, a los linchados, asesinados, ahorcados, etcétera.
Así como Smith y Carlos, Evans era un atleta estelar del equipo de San José State. Y al igual que sus compañeros, tuvo una imborrable actuación sobre la pista de los JJOO de México. Tras conseguir un tiempo de 43,83 en los 400, Evans condujo el relevo de 1.600 al récord mundial de 2:56.16 minutos. La marca en los 400 metros se mantuvo hasta 1988 y la de los relevos hasta 1992.
Fue entrenador en Washington, San José y South Alabama, así como director de atletismo de las Olimpiadas Especiales. En su obituario, la estatal de San José refirió que Evans entrenó a los equipos nacionales de Catar, Camerún y Nigeria.
Además, Evans recibió el Premio Nelson Mandela en 1991 para aquellos que “defendieron los valores de equidad, amistad y respecto de los derechos humanos contra el apartheid y cualquier forma de racismo”.
Sus últimos días
El hombre proveniente de Nigeria, donde se desempeñaba como entrenador de atletismo, se reportó en estado crítico en fechas recientes, luego de sufrir un infarto, por lo que sus hijos deseaban traerlo de vuelta a los Estados Unidos para tratarlo.
Para ello, iniciaron una campaña de donaciones en la que pretendían recaudar 500,000 dólares, pero únicamente llegaron a los 2,600, pues el atleta falleció.
En dicha petición revelaron que su padre colapsó y entró en estado inconsciente; los médicos aseguraron que sufrió un tipo de accidente cerebrovascular inusual, con coágulos alojados en un vaso sanguíneo en su cerebro.
Pese a los intentos de sus doctores, el hombre entró en cuidados intensivos, donde revelaron que no podrían hacer mucho más que mantenerlo cómodo durante el tiempo necesario.
A pesar de que la embajada de los Estados Unidos puso el transporte de regreso, Menjanahary Evans reveló que dicha cantidad era para llevarlo al mejor hospital con los mejores médicos, pues él no tenía seguro.
Además, informaron que por la contingencia su traslado tendría que esperar, aunado a los reportes por el posible robo de su pasaporte y otros documentos personales. “Esto es abrumador para todos nosotros y solo queremos que esté aquí con su familia y amigos”, escribieron.
*Con información de AP
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