La tragedia no conoce fronteras ni distinciones socioeconómicas y por supuesto los futbolistas no escapan de la mala fortuna, una que siempre llega en el momento más inoportuno y que provoca que el presente de cualquier persona pueda dar un giro de 180 grados en un abrir y cerrar de ojos.
Cuatro grandes ejemplos de tragedias que están vinculadas al fútbol mexicano tienen un común denominador, y aunque es mera coincidencia, no deja de llamar la atención que el Club América se encuentre en el pasado o presente de estos jugadores y que además hayan sido delanteros quienes vivieron esas emergencias de salud.
Por orden cronológico, el primer caso que sacudió la vida de sus familiares y cayó como bomba en la afición mexicana fue la repentina muerte de Antonio el “Tano” de Nigris, quien falleció un 15 de noviembre de 2009 a causa de un paro cardiaco, cuando militaba en las filas de Athlitiki Enosi Larisas, equipo de la primera división griega.
El hermano de “Poncho” y de Aldo de Nigris desfiló por la institución azulcrema un muy breve periodo de tiempo, pues fue fichado en diciembre de 2002, pero al cabo de tres meses y tras anotar un sólo gol, abandonó la institución para incorporarse al Villarreal de España.
El futbolista mexicano marcó 70 goles como profesional y estuvo en 13 clubes distintos, hasta que la tragedia tocó su puerta en forma de paro cardiaco fulminante, producto de una malformación genética que ya había sido detectada con anterioridad y que estaba siendo tratada médicamente.
El siguiente delantero relacionado al América que sufrió una de las tragedias más sonadas en los últimos años fue Salvador Cabañas, quien apenas dos meses después de la muerte de Antonio de Nigris, recibió un disparo en la cabeza que terminó con su carrera en el punto más alto.
El ariete paraguayo, que comandaba el ataque americanista desde 2006 y que estaba listo para capitanear a su selección en el mundial de Sudáfrica, estuvo cerca de la muerte durante la madrugada del 25 de noviembre de 2010, cuando el narcotraficante José Jorge Balderas “JJ” le disparó en la cabeza dentro de un baño del club nocturno “Bar Bar”.
Salvador Cabañas fue atendido de emergencia, pues el impacto de bala se fue por un costado del cerebro y los médicos pudieron salvarle la vida. Estuvo 23 días en terapia intensiva y dos meses en recuperación, mismo tiempo en el que el fútbol mexicano rindió distintos homenajes hacia su persona, quien no pudo volver a jugar fútbol en el máximo nivel por los daños cognitivos permanentes que sufrió.
La tercera tragedia que sacudió al fútbol mexicano y en especial a la afición del Club América, fue la repentina muerte de Christian “Chucho” Benítez, el delantero ecuatoriano que brilló y fue campeón con las Águilas, pero que tras ser vendido al Al Jaish de Catar, sufrió un paro cardiaco que terminó con su vida, producto de una peritonitis.
Los reportes médicos oficiales del Al Jaish indicaron que falleció el 29 de julio de 2013 por una peritonitis que se complicó y que le provocó entrar en coma. Minutos después sufrió un paro cardiaco que no le permitió continuar con su vida.
El relato de su viuda, Lisseth Chalá, señaló que no se le atendió a tiempo en el hospital de Catar, producto de los problemas con el lenguaje. Semanas después, cuando el cuerpo de “Chucho” aterrizó en su tierra natal, el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) informó que el ex futbolista padecía una enfermedad degenerativa coronaria, por lo que su muerte era inminente y que no se podía conocer con antelación.
El último de los sucesos que estuvo muy cerca de terminar en tragedia fue el estrepitoso golpe que sufrió Raúl Alonso Jiménez, el canterano azulcrema que brillaba en la Premier League con el Wolverhampton, pero que el 29 de noviembre de 2020 sufrió una fractura de cráneo tras un choque de cabezas con David Luiz, jugador del Arsenal.
El delantero mexicano cayó inconsciente al terreno de juego y sin reacción alguna ante la preocupación de sus compañeros. Fue asistido por elementos médicos y con oxígeno, mientras era trasladado a un hospital para realizar una operación de emergencia.
La fractura de cráneo fue intervenida con éxito y aunque se quedó al límite, hasta el momento no ha presentado daños cerebrales de ninguna índole, por lo que la afición espera que pueda regresar a los terrenos de juego en algún momento y no tenga que retirarse, como ha sucedido con otros jugadores que sufren lesiones similares.
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