Sentando, con el mate ahí, bien cerca, Luca Vildoza está como en un trance que reconoce, pero del que no puede salir. Es que, hace pocos días, este hombre de 25 años, que desde que nació respiró básquet, se convirtió en el jugador argentino número 15 en concretar su llegada a la NBA.
“Es un sueño. Simplificarlo es decir que es un sueño. Al final, lo es. De chiquito uno siempre sueña con eso”, le dijo Vildoza a Infobae con una remera del Indio Solari, uno de sus ídolos, y que más tarde en la charla será tema de conversación. Ahora, después de que se secó las lágrimas que corrieron por sus mejillas cuando su representante le confirmó que iba a jugar en los New York Knicks y se estrechó en un abrazo interminable con sus padres, Luca se presta para hablar sin tapujos del que será su nuevo mundo. Y de cómo llegó a él.
- Estabas en el medio de la temporada con el Baskonia y aparecieron los Knicks. ¿Tenías el objetivo de jugar en la NBA?
- Desde chico soñé con estar en la Euroliga. No voy a mentir. Y este año que jugué con Baskonia sentía que había mejorado físicamente. En cuanto a básquet el equipo me tenía como uno de sus pilares y dije en un momento de la temporada ‘¿por qué, no?’. Decían que había intereses de varios equipos, pero jamás algo concreto. Entonces dije ‘voy a trabajar para poder dar ese paso’ y esta temporada siempre fue pensando en mejorar y mejorar para llegar allá, sabiendo que mi techo puede estar en la NBA. Así que en el momento en que se dio, el poder dar este paso para mí fue increíble.
- ¿Cómo se dio la propuesta para jugar en Nueva York?
- La propuesta llegó de golpe. Es duro irse durante la temporada porque al final terminás dejando un equipo que dependía bastante de mí, pero sobre todo por el cariño que les tengo a los jugadores, mis compañeros. Me dolió bastante dejarlos, pero como les expliqué, es una oportunidad. Es único. El tren pasa sólo una vez y quizá no volvía a pasar y lo quería aprovechar. Ellos en todo momento me apoyaron, y en el momento en que se presentó todo el tema contrato, dije ‘chau’. Es mi sueño jugar en el Madison Square Garden, vivir en una ciudad como Nueva York, una de las más grandes del mundo, para mí va a ser una experiencia increíble.
- ¿Cómo fue la primera charla con la organización?
- Ayer tuve los exámenes médicos en Bilbao y en los próximos días viajaré. Tengo que hacer la cuarentena, toda la movida por el tema de virus, y el jueves pasado tuve una conversación con gente del equipo para darme la bienvenida. Me dijeron que estaban contentos con mi incorporación y que estaban ansiosos de verme ahí. Y les dije que las ansias eran mías (risas), no tendrían que ser de ellos. Muy contento de que se hayan comunicado y me hayan expresado eso.
La decisión que tomó Vildoza está basada en dos fundamentos. El primero, que tiene que ver exclusivamente con él, está relacionado a su juego. Después de haber sido elegido como el jugador más valioso en las últimas finales de la liga ACB que el Baskonia le ganó al poderoso Barcelona, su confianza creció. Y creció porque su desarrollo dentro de la cancha también lo hizo. Tomó confianza y certificó su condición de estrella. Porque eso es lo que Luca es: un chico con un talento natural que le desborda el cuerpo cada vez que se ata los cordones para salir al campo de juego.
La segunda razón tiene que ver con que Vildoza y su representante aprovecharon una situación similar a la que optó Gabriel Deck con su salida del Real Madrid. Los ojeadores de los NY Knicks lo tenían en carpeta hace tiempo y este fue el momento de ofrecerle un contrato para lo que resta de la presente campaña con la condición de asegurárselo y no tener que salir al mercado de agentes libres entre temporadas para luchar por su fichaje. Todos ganaron. Vildoza y una de las franquicias más icónicas del deporte estadounidense.
- Llegás en un momento importante de la temporada. Los Knicks van a jugar los playoffs después de casi una década y el equipo está completo. ¿Creés que vas a tener minutos o querés aprovechar para que el cuerpo técnico y la organización conozca tu perfil?
- Está difícil. Sé que llego en un momento difícil, sobre todo para dar mis primeros pasos, sabiendo que vengo de una liga en Europa en la que se juega totalmente diferente, se juega muy distinto. Pero voy a tratar de entrenar, más que nada entrenar mi técnica individual, ver si puedo competir con ellos en cada entrenamiento. Pero si tengo la oportunidad (de jugar), no voy a desaprovecharla, pero sabiendo que es muy difícil. Yo no estoy acostumbrado a eso, ellos tienen prácticamente el equipo armando. Pero va a ser una experiencia muy bonita para mí, estar con el equipo, compartir equipo con Derrick Rose, con Julius Randle. El viajar con ellos, estar en un partido en primera fila, porque al final nunca vi un partido de NBA en primera fila… Va a ser increíble, a pesar de que juegue o no.
- ¿Eras de ver NBA o de seguir algún equipo?
- Para ser sincero, nunca fui un fan de la NBA. Siempre dije que mi sueño era jugar Euroliga, pero cuando empecé a jugar más acá mi sueño era llegar más arriba. Y ahora sí que miro bastante, sobre todo a los Knicks, vi el partido que jugaron contra Facu (Campazzo) y es diferente. Es muy físico, van y vienen los 48 minutos… Al final, uno se tiene que acostumbrar, pero con el tiempo, con la paciencia que tienen ellos, voy a sacar provecho.
- Imagino que hablaste con Facundo cuando se confirmó tu llegada a los Knicks. ¿Aprovechaste para pedirle algunas recomendaciones?
- Claro. Más que nada, en el momento que ya había acordado todo, que ya tenía que armar las valijas y todo, le pregunté hasta qué tenía que llevar. Pero él me dijo que estaba contento, que esté tranquilo, que la línea de tres está muy lejos (risas), que me vaya acostumbrando, pero que lo iba a disfrutar mucho porque es otro mundo. Al fin y al cabo es la mejor liga del mundo.
- Con todo lo que atravesaste en tu carrera, las lesiones y poder recuperarte de eso, sumado a tu metodología para el trabajo, ¿cuándo pensás que diste el salto para llegar a ser considerado un jugador top de Europa?
- Eso nunca lo pensé. En la cabeza de un jugador siempre está el querer ser mejor cada día y uno cuando quiere dar un paso más en su carrera y quiere que sus hijos y su familia el día de mañana estén bien cuidados, uno hace lo que sea para que ellos estén bien. Para, obviamente, jugar el deporte que uno ama, pero también para que mi familia esté mantenida y tranquila. Nunca sentí una responsabilidad, porque mis padres no me lo hicieron sentir así, pero siempre sentí que podría ayudar en la casa y siempre sentí que en algún momento de mi vida lo quería hacer. Obviamente que el trabajo físico fue esencial para mí, el tema de la dieta que es muy conocida, el “Método Busquet”, empezando por la Generación Dorada que ellos nos lo implementaron a nosotros, pero eso fue clave en mi carrera. El cambiar físicamente, porque el talento estaba, si bien hay que trabajarlo uno nace con esas cosas, pero físicamente uno tiene que estar mejor para rendir al máximo. Y en los últimos años me di cuenta de que daba para más y hoy en día estoy disfrutando de eso.
Después de cinco años en Quilmes de Mar del Plata, y luego de otro largo tiempo en el Baskonia, Vildoza alcanzó su mejor versión. Luca demostró que puede ser un temible lanzador desde la larga distancia, que puede penetrar hacia el aro y también ser un buen pasador. Se fue de España con el mejor promedio de puntos en la liga desde su llegada, con casi 11 tantos por juego.
En todo ese proceso, para el escolta argentino sus papás fueron claves. Desde su evolución en una cancha hasta que les pidió que se vayan a vivir con él a Vitoria, su presencia en las decisiones más importantes de su vida fue clave. Y ahora, cuando él eligió mudarse a los Estados Unidos para dar el siguiente paso, ellos también dijeron presente.
- Cómo vivió tu familia la llegada a la NBA
- Hubo lágrimas, abrazos, pero muy felices. La verdad es que ni ellos se lo esperaban y yo menos el poder fichar. Estamos muy felices los tres, disfrutando del presente porque voy a ir a un lugar increíble. En mi vida lo hubiese soñado, pero yo creo que ellos están muchísimo más felices que yo porque creo que ellos trabajaron más por mí que yo por ellos. A ellos les debo todo.
Mientras espera a viajar, Luca se tomó el tiempo para analizar algo sumamente importante para un jugador de básquet. El número de la camiseta es un amuleto que tiene su propia historia. Como ya se conoce, su número 3 es utilizada por Nerlens Noel, un chico de 27 años que llegó a la Gran Manzana para jugar en NY a principios de esta temporada.
- La 3 está ocupada (en NY Knicks). ¿Ya está decidido el número?
- Todavía no hablé con la organización ni nada, pero vi que nadie lo usaba y el 17 lo voy a usar. Se sabe mi fanatismo por mi perro que es un poco excelso. Nació el 17 y como dije anteriormente, es el número de la suerte con un amigo, uno de mis mejores amigos de Argentina, así que quedó el 17.
Más allá de la elección de su nuevo número de casaca en honor a Sam, el setter irlandés que se quedará en España con sus papás hasta que Luca regrese de los Estados Unidos, hay una cuestión importante con el otro gran fanatismo que tiene el argentino. Es sabido que para Vildoza, el Indio Solari y los Redondos son una de sus grandes pasiones. Con el histórico cantante presente en la charla a través de la remera que usó el argentino, Infobae no pudo evitar hacer una pregunta que ya ventiló el propio Campazzo en varias de sus intervenciones con la prensa desde que llegó al mundo NBA.
- Facu ya contó que intentó poner algo de cuarteto cordobés en el vestuario, pero si tendría la chance, qué tema elegirías de los Redondos para hacerle conocer tu banda favorita al resto de los compañeros de tu nuevo equipo
- No, tendría que ponerles alguna un poco activa. Un poco de rock and roll. No sé, el “Tesoro de los inocentes” es un poco más arriba porque las últimas que sacó estaban muy relacionadas con la muerte y no creo que me apoyen. Pero hay muchas que me gustan y el “Tesoro de los inocentes” es una de las principales para mí.
Tras un largo riff de guitarra, el Indio comienza a cantar…
El tesoro que no ves
La inocencia que no ves
Los milagros que van a estar de tu lado
Él sabe cuáles son sus tesoros. También que varios milagros estuvieron de su lado cuando logró recuperarse de un sinfin de lesiones que lo llevaron a pensar en el retiro cuando todavía Vildoza no era Luca. Ahora llegó el tiempo de vivir un sueño que se hizo realidad. Y como también canta el Indio en la cuarta estrofa de la canción favorita del argentino número 15 en la NBA, “Un hermoso día el de hoy… Ay, ¡qué bello día es hoy!”.
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