La trabajada victoria de la española Sara Sorribes en la primera ronda del Masters de Roma de la WTA ante Camila Giorgi quedó en un segundo plano después del vergonzoso episodio que se produjo en las gradas de la cancha central entre el padre de la italiana y la jueza de silla.
A pesar de haber sido un partido maratónico de cuatro horas, que acabó con el triunfo de la número 51 del ranking por 7-6, 6-7 y 7-5, las imágenes de lo que sucedidaó en un costado del campo de juego fueron las que recorrieron el mundo a través de las redes sociales.
Durante el duelo que se desarrolló en suelo italiano, la Juez Lara Morgane encendió su radio para pedirle al personal de seguridad que se acercara al lugar por temor a las reacciones que estaba teniendo Sergio Giorgi.
“¿Es posible que alguien venga? El padre de Giorgi está muy enfadado y me gustaría que hubiera alguien aquí”, preguntó la francesa a través de su walkie-talkie con claros síntomas de nerviosismo y preocupación ante la atenta mirada de Sergio desde un costado de la grada.
La tensión del encuentro se trasladó a las gradas. Allí, el padre y entrenador de la número 83 del ranking de la WTA se mostró molesto por el desarrollo del partido y a medida que pasaban los minutos sus críticas hacia la umpire iban creciendo con un tono cada vez más agresivo.
Si bien la WTA aun no se pronunció sobre un posible castigo, el circuito suele aplicar sanciones muy severas en lo que respecta al acoso hacia los árbitros, las cuales pueden ir desde una prohibición temporal del agresor, hasta una expulsión de los torneos.
Ésta no es la primera vez que Sergio Giorgi se vio envuelto en una polémica. En 2015, el argentino, ex combatiente de Malvinas (la mamá de Camila es italiana) sorprendió al mundo del tenis al afirmar en una entrevista con un portal especializado que el dopaje debería ser legalizado.
“Por supuesto que existe (El dopaje). El tenis está lleno de dopaje. Basta con ver los músculos o cómo corren los jugadores. No es normal. Un buen médico te puede esconder cualquier análisis. Los controles, en mi opinión, son una ridiculez. La única solución es permitir el dopaje; la gente debe tener la libertad de tomar drogas si lo desea. Nunca permitiría que Camila lo hiciera porque el dopaje te destruye, y la vida no son sólo las pistas y el tenis. Es importante sentirse bien”, consideró en aquel entonces en diálogo con Siglo XIX.
SEGUIR LEYENDO