Cada partido que el Napoli juega de local, a pesar de que no haya público, se observa en la Curva B del San Paolo una bandera que dice: “La storia ha voluto una data, 10 maggio 1987” (la historia quiso una fecha, 10 de mayo de 1987) en italiano, y recuerda el día que la institución ganó el primer Scudetto en su historia y tocó el cielo con las manos.
Se cumplen 34 años de aquella gesta deportiva que se concretó cuando el Azurro empató 1 a 1 con la Fiorentina en el Diego Armando Maradona, ubicado en el barrio de Fuorigrotta: Roberto Baggio abrió el marcador para la visita y empató Andrea Carnevale. El punto le alcanzó y sobró, puesto que le sirvió para rubricar una ventaja inalcanzable sobre el Milan y el Inter. A raíz de esto, el equipo del Sur de Italia conquistó la Serie A, una fecha antes del final y por vez primera en su vida futbolística.
Aquella tarde, en un estadio colmado con más 90 mil almas desbordadas, se desató una fiesta sin precedente, con la imagen del 10 transformándose en el Dios de la ciudad. “Con Maradona tuvimos un equipo fuerte y combatimos a los poderosos del norte que se burlaban de nosotros”, reconoció Fernando De Napoli, el ex mediocampista y compañero del astro durante seis años en el club de la ciudad sureña.
Aquel 10 de mayo, el Napoli rompió todos los paradigmas. Y lo hizo gracias a la magia de Pelusa. Indudablemente, no estuvo solo sino acompañado, entre otros, por Carnevale (autor de goles decisivos para la obtención del título), Ciro Ferrara, De Napoli y Salvatore Bagni. También sobresalían Raffaele Di Fusco, Alessandro Renica, Giuseppe Bruscolotti, Massimo Filardi y Francesco Romano. El entrenador fue Ottavio Bianchi. El argentino, el único extranjero del equipo, fue el máximo anotador del Azurro en la Liga con 10 goles.
“La hazaña fue tan grande que todavía hoy se sigue festejando. Los napolitanos pasan por el San Paolo para venerar al Dios del fútbol”, recalcó Rambo, apodado así no sólo por el pelo largo y su parecido con el personaje, sino también por la garra y la dedicación a cada partido que disputaba como si fuera una batalla.
En diálogo con Infobae desde su casa en San Doménico, provincia de Avellino (Italia), el ex volante reveló detalles sobre el Diez y sus recuerdos del primer Scudetto. La cábala de Diego previa a los partidos, su relación con la Camorra, por qué fue más importante que San Gennaro y si hubiese jugado o no en la Juventus.
-¿Qué sintieron al ganar el primer Scudetto de la historia?
-Mucha felicidad por haber quedado en la historia del Napoli. Fue una alegría inmensa, muy emocionante e inolvidable. Fue algo muy caliente dentro y fuera de la cancha. Los tifosi son muy apasionados por el fútbol, al mismo nivel que los de Boca, a los que veo por televisión. Los simpatizantes del Torino y del Milan son más fríos, no son tan calientes como los napolitanos. Por este motivo se vivió de una manera especial. Fue una celebración muy caliente, típica del pueblo napolitano, con más de 90 mil personas en el estadio. Nosotros festejando la consagración en el campo de juego y la ciudad dejando la tristeza de lado y siendo feliz por primera vez por una gesta futbolística.
-¿Cuáles fueron las virtudes de ese equipo que logró el Scudetto?
-La principal virtud fue tener a Maradona en el equipo, transformándose en el centro del éxito. Gracias a su participación, sumada a nuestro apoyo pudimos llegar a ganar el campeonato. Fue el centro de gravedad del primer Scudetto. Maradona fue el 50 por ciento del título ganado, el resto lo acompañamos. Con Diego tuvimos un equipo fuerte y combatimos a los poderosos del norte que se burlaban de nosotros.
-¿Por qué no perdían en condición de locales y apenas sufrieron tres derrotas de visitantes?
-Porque nos hacíamos muy fuertes en nuestro estadio con el apoyo de los tifosi que llenaban las tribunas en cada partido. En el encuentro contra la Fiorentina había 90 mil napolitanos y al término del encuentro, durante los festejos, muchos se metieron al campo de juego, fue una fiesta única. Finalizamos esa temporada con 42 puntos, con tres más que la Juventus de Michel Platini y cuatro por encima del Inter. Ganamos 15 partidos, empatamos 12 y perdimos únicamente de visitante con la Fiorentina, el Inter y el Verona.
¿Tu llegada al Napoli fue por pedido de Diego?
-Sí, recibí algunas propuestas de la Juventus, del Inter y de la Sampdoria que querían contar conmigo, pero me decidí por el Napoli porque jugaba Diego y, además, no quería estar lejos de casa. Cuando llego al Azurro ya estaban Andrea Carnevale, Salvatore Bagni, Francesco Romano y Maradona, que había llegado dos años antes.
-¿Que provocó en Nápoles ganar el primer Scudetto?
-La hazaña fue tan grande que todavía hoy se sigue festejando. Los napolitanos pasan por el estadio Diego Maradona para venerar al Dios del futbol (por la imagen de Diego y el nombre que lleva el estadio). Recuerdan ese ansiado título con la misma pasión que hace 34 años. Los hinchas todavía se acuerdan de nosotros y también de los éxitos conseguidos. Nos paran en la calle y nos saludan. Fue algo muy especial ganar por Nápoles, la gente es maravillosa. Los tifosi tienen el mismo calor que los hinchas de River y Boca, están locos por el fútbol y ser campeones para ellos fue una maravilla.
-¿En que se transformó Diego tras ese título?
-Diego para el Napoli fue como San Gennaro. Se arraigó tanto al pueblo que lo adoptaron como uno más. Es más, te digo que Maradona fue más que San Gennaro en Nápoles, fue un Dios sobre la tierra. A mí me marcó más como persona que cómo futbolista. Yo tenía una admiración especial por él. Su valentía, su personalidad y su grandeza dentro y fuera del campo de juego lo hacían único. Mi cariño hacía él se veía reflejado en las fotos que me tomaron a su lado por la forma de mirarlo.
-¿Tenía alguna cábala Maradona?
-Sí, en la previa a los partidos, antes de salir al campo de juego, nos ponía en fila a todos y nos daba una palmadita en el pecho con una de sus manos para despertamos y darnos aliento. Era el capitán y fue su manera de mostrar por qué se transformó en el líder del grupo. Por otra parte, recuerdo que cuando terminábamos el primer tiempo, si íbamos perdiendo, nos gritaba para que no nos viniéramos abajo, nos insistía, nos hablaba para que no bajáramos los brazos, siempre con la autoestima en alto y demostrando por qué fue el jugador más importante del grupo; te diría que fue el más importante en la historia del Napoli.
-¿Cómo era en el vestuario?
-Jugamos durante seis años juntos. Con Alessandro Renica, Ferrara, Carnevale y Diego somos los únicos que ganamos los dos Scudettos. Para disputar el segundo, llegaron Careca, Bruno Giordano y Alemao, entre otros. Maradona era bueno, generoso y humilde. Fue hermoso verlo entrenando. Cuando el equipo no iba bien, Diego organizó cenas con la familia para levantar el ánimo, mantenernos unidos y volvimos a ganar. Recuerdo que nos hacía regalos para las Fiestas y también a nuestros familiares; quería que todos estuviéramos bien y felices. Fue una persona sensible y muy humana.
-¿Cómo era la relación de Diego con la Camorra?
-En Nápoles todos querían a Maradona. Él no podía salir mucho porque todos los reconocían, pasaba mucho tiempo en su casa. La Camorra lo quería a Diego. Quien tocaba a Maradona se metía en problemas porque era respetado por todos. Había un respeto absoluto tanto de la gente como de las altas esferas de la mafia. Fue una persona que se hizo querer por toda la ciudad, porque en Nápoles son todos hinchas de fútbol como en la Argentina.
-¿Hubiese jugado Pelusa en la Juventus alguna vez?
-Nunca hubiese jugado en la Juventus, Maradona era 100 por ciento napolitano. Jamás iba a traicionar al pueblo azurro. En Italia, sólo jugó en Napoli porque él así lo quiso; propuestas no le faltaron.
-¿Qué representa para el napolitano el 10 de mayo?
-Un recuerdo imborrable, una fecha especial. Cada 10 de mayo, Nápoles se llena de emoción, como si el tiempo no hubiera pasado. Con Maradona el equipo local cambió su historia y la del propio Calcio. El napolitano se mantiene igual que siempre, pasional por este deporte y no cambia. Es más, hasta los turistas también recuerdan esta fecha con mucho agrado y visitan el estadio recordando aquella hazaña deportiva.
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