Pronto se cumplirán 27 años del Mundial que Brasil conquistó en 1994 al superar en la gran final a Italia en lo que fue la primera definición por penales en esa instancia del certamen. Pese al tiempo transcurrido, el dolor no pasa para los jugadores de aquel seleccionado europeo y en especial para Roberto Baggio, emblema de ese equipo.
El goleador que brilló con las camisetas de Inter de Milan, Juventus, Fiorentina y Milan, entre otros conjuntos de la Serie A, falló el penal decisivo al ejecutarlo con un disparo por encima del travesaño y decretó el campeonato para Brasil, que contaba con estrellas como Dunga, Romario y Bebeto, entre otros. “Sigo sin perdonarme el penalti fallado en la final del Mundial del 94 contra Brasil. No hay religión que importe, ese día podría haberme suicidado y no habría sentido nada”, declaró en una entrevista por La Reppubblica este fin de semana.
El ex futbolista de 54 años contó que en la actualidad sufre ver los partidos de fútbol debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus y reveló que el retiro fue un alivio para su vida: “El fútbol sin público es muy triste, me hace llorar. No veo los partidos, casi nunca los disfruto. Dejar el fútbol me devolvió la vida y el oxígeno. Me estaba ahogando, demasiado dolor físico. Cuando volvía a casa desde Brescia no podía salir del coche, Andreina mi mujer me echaba una mano para salir del coche”.
“Me estaba ahogando, demasiado dolor físico. Para matarme estaban los obsesionados con el fútbol táctico que pensaban más en neutralizar el juego de los demás. Hago lo más lindo, estoy en contacto con la naturaleza. Corto leña, uso el tractor y por la noche estoy tan cansado que me da vueltas la cabeza. Totti no quería dejarlo, yo no veía la hora. Ibrahimovic está hecho de la misma pasta que Francesco”, agregó.
A su vez, y hablando estrictamente de fútbol, no ocultó su desprecio a aquellos entrenadores que priorizan la estrategia por sobre el juego: “Arrigo Sacchi no me llevó al Campeonato de Europa de 1996 para demostrar que los esquemas son más importantes que los jugadores: no llegó a cuartos de final... No lo tengo entre los entrenadores con los que me he llevado bien, el único con el que lo hice es con Carletto Mazzone: un hombre libre y realizado que no compitió con los futbolistas”.
Pero su mayor crítica fue dirigida a los ex futbolistas que hoy se desempeñan como analistas y comentaristas de fútbol en las grandes cadenas de televisión: “Me incomoda juzgar a los demás, por eso no voy a la televisión. Veo a excompañeros juzgando y dando lecciones en televisión, pero les recuerdo incapaces de hacer tres regates con las manos”, sentención al señalar incluso que él ha recibido ofertas pero las ha rechazado.
Por último, Baggio se lamentó por el fallecimiento de Paolo Rossi, estrella de la selección de Italia en el Mundial de España 1982, cuyo deceso impactó al mundo del deporte en diciembre de 2020: “Su muerte fue injusta, él también había reconstruido una vida y merecía tener más tiempo. Si de Maradona te podías esperar un final improvisado, de él no”.
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