Andy Ruiz Jr. volvió a colocarse los guantes en un encuentro oficial y puso fin a sus casi 17 meses de inactividad. En un encuentro donde lució como amplio favorito, encaró a un experimentado Cristóbal Arreola que, contra todo pronóstico, logró meterlo en problemas desde los primeros momentos de la pelea. Aunque el excampeón cayó a la lona en el segundo asalto, al término de los doce rounds los jueces determinaron de manera unánime su victoria, aunque no fue bien vista por la esquina de Nightmare.
El duelo estelar en el Dignity Health Sports Park fue inaugurado con la salida del pugilista mexicoamericano de 40 años. Vestido con una bata de color azul y blanco, así como una gorra de Los Angeles Dodgers, en alusión a su ciudad de origen, salió acompañado de su esquina. Con el semblante serio y la mirada concentrada, Chris “Nightmmare” Arreola realizó movimientos con sus puños hasta su arribo en el ring.
Después, Andy “The Destroyer” Ruiz Jr. se abrió paso desde la puerta. Delante de él, su pequeño hijo le abría paso ante la mirada expectante de los asistentes. Con una bata bicolor teñida de amarillo y morado, el excampeón unificado de peso completo estuvo respaldado por Eddy Reynoso y el “Canelo Team”. El público, y posiblemente el mismo Ruiz, esperaban al inicio del duelo para ver su desempeño bajo sus nuevas condiciones físicas.
Una vez en el ring, el mítico presentador Jimmy Lennon Jr. fue el encargado del protocolo de inicio. Después de despojarse de sus batas, los protagonistas se congregaron alrededor del juez y, tras recibir una serie de instrucciones, escucharon la campaña. De inmediato, como si hubieran esperado el momento durante gran parte de su vida, los púgiles se lanzaron al ataque.
En la categoría de peso pesado, a diferencia del resto donde la movilidad juega un papel más relevante, los golpes representan la principal táctica para conseguir la victoria. En ese sentido, desde el principio comenzaron a marcar los golpes necesarios para advertir a su rival sobre el daño potencial. Aunque el veterano fue el primero en atacar, al cabo de unos minutos reculó ante la movilidad y peligroso acercamiento de Ruiz Jr.
Durante todo el primer asalto, el hombre de pantaloncillo morado, dio muestra de uno de los descubrimientos tácticos que le reveló su transformación física. Al perder más de 30 libras, Ruiz gozó también de mayor capacidad para mover la cintura, el eje principal de la velocidad y la fuerza en ese deporte. Ante ello, Arreola optó por la vía de la precaución y en gran parte de los primeros tres minutos se vio atrapado contra las cuerdas con la guardia ceñida.
Arreola esperó la potencia con que Ruiz logró derribar cinco veces a Anthony Joshua en el primer capítulo de su historia. Sin embargo, luego de recibir algunas combinaciones de rectos, jabs y ganchos, se percató que los golpes no eran tan fuertes. En ese sentido, para el segundo episodio se animó a atacar en diversas ocasiones a su rival y consiguió derribarlo hacia la mitad del round con un golpe de derecha. El juez se acercó para verificar su estado y la pelea continuó.
La caída del favorito fue crucial para que Arreola le diera la vuelta al guion. De hecho, el segundo, tercer y cuarto round estuvieron caracterizados por la confianza del mayor y la precaución de Ruiz. Al término de los episodios Arreola se dirigió a su esquina con una expresión que confirmó no haber recibido daño alguno.
Para el quinto round, el ritmo de la pelea bajó de intensidad, la estrategia de Ruiz cambió y hacia el final logró desestabilizar a Arreola. Desde ese momento, el excampeón comenzó a recuperar terreno y el cansancio apenas se asomaba en el físico de ambos, aunque sus rostros ya demostraban los embates de los guantazos. Para el octavo episodio, Destroyer impactó con fuerza el brazo derecho de Nightmare y le provocó una lesión que mermó su rendimiento para el resto de la pelea.
Para el noveno encuentro se notó el cansancio en ambos boxeadores. Aunado a ello, Arreola demostró la incomodidad de su brazo en repetidas ocasiones, situación que favoreció a Ruiz para intentar hacerle más daño en la zona blanda. Para los siguientes dos rounds, Arreola fue víctima de la potente derecha de Ruiz en combinaciones de golpes dobles.
El último round trató de volver a la intensidad del primer. Ya fuera para buscar el nocaut o inclinar la decisión de los jueces en su favor, los golpes de ambos aumentaron su frecuencia. Sin embargo, ante el cansancio, evitaron el contacto cercano, por lo que los jabs se convirtieron en el arma más frecuente. Después de tres minutos el pleito terminó y cada uno se dirigió a su esquina tras chocar los guantes amistosamente.
Contrario a lo esperado, Ruiz Jr. tuvo problemas en los primeros tres asaltos. Aunque pudo recuperar espacio y ventaja en los siguientes, Arreola no le permitió ganar por la vía del cloroformo. Al cabo de unos minutos, los jueces tomaron su decisión. Uno de ellos colocó su puntaje en 117-110, mientras que los otros dos lo catalogaron con 118-109. En los tres casos favorecieron a Ruiz, quien se colgó la medalla ante el gesto de inconformidad de Chris Arreola y su esquina.
Al término del acto, Arreola atribuyó la baja en su rendimiento a la lesión de su hombro, pero reconoció no haber recibido demasiado castigo y se dijo listo para la revancha. En tanto, Ruiz declaró haber sentido confianza excesiva en los primeros dos rounds, motivo por el que fue llevado a la lona. Aunque también se sintió “oxidado” durante la pelea, no descartó volver a enfrentar al también mexicoamericano.
Con el resultado, Cristóbal acumuló su sexta derrota, aunque sigue con un récord favorable de 38 victorias. Por su parte, Andy Ruiz Jr. hiló su victoria número 34 y busca encaminarse a la obtención del título unificado de peso completo por segunda ocasión.
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