El ambiente del sumo está de luto tras conocerse la noticia de la muerte de Hibikiryū, un peleador de tan solo 28 años. El triste deceso del joven deportista japonés se produjo en el marco de una internación que llevaba más de un mes, luego de haber sufrido un severo golpe al caer durante una pelea. Este hecho abrió un profundo debate respecto de los protocolos de atención médica en la tradicional disciplina asiática.
El golpe que causó la muerte de Hibikiryū, que acusaba 147 kilos, ocurrió durante un enfrentamiento celebrado el pasado 26 de marzo y válido por la cuarta división de las seis con que cuenta el sumo profesional. Tras solo unos segundos de pelea, el peleador de 28 años, cuyo nombre real era Mitsuki Amano, sucumbió ante el poderío de su rival y cayó al dojo con tanta mala fortuna que su cabeza impactó con dureza contra el suelo. Allí quedó inmóvil, sin recibir atención médica durante varios minutos.
Esto causó la ira de numerosos fanáticos que pidieron en las redes sociales revisar las condiciones en las que se da la práctica del deportes. Exigieron, además, garantizar la presencia de médicos que atiendan con rapidez a los luchadores ante las eventuales que pudieran ocurrir.
Tras la caída, Hibikiryū fue trasladado a un hospital y los profesionales confirmaron que no podía mover su cuerpo desde el cuello hacia abajo. Por esas horas los reportes de la prensa especializada informaban que el peleador había sufrido una compresión en sus cervicales y que estaba paralizado. Con el correr de los días su situación se agravó y en las últimas horas llegó la triste noticia de su fallecimiento a causa una insuficiencia respiratoria aguda
“El luchador de nuestra asociación Hibikiryū ha fallecido. Oramos desde el fondo de nuestro corazón y le agradecemos su amabilidad durante su vida”, escribió la Asociación de Sumo de Japón en un escueto comunicado publicado en su sitio web oficial.
Según la agencia AFP, luego de su caída el luchador fue puesto boca arriba por los ‘yobidashi’, encargados de presentar a los luchadores antes del combate, una maniobra que debió haber sido realizada por profesionales médicos, según expertos.
La existencia de una “relación eventual de causa-efecto entre la muerte del luchador y su lesión no está clara por el momento”, declaró un portavoz de la Asociación Japonesa de Sumo a la agencia, precisando que un eventual anuncio sobre la mejora de los procedimientos médicos no se producirá antes de “una decisión formal” sobre el caso.
“Aunque la asociación de sumo quiera colocar la seguridad antes que nada, creo que la única forma sería tener médicos a pie del ‘dohyo’ para que puedan valorar rápidamente la situación”, estimó Hideo Ito, masajista, acupuntor y cuidador de luchadores de sumo desde hace más de 20 años.
Varios médicos están presentes en el ‘Kokugikan’, el recinto donde tienen lugar los combates en Tokio, pero no junto al dojo, y es costumbre esperar que los luchadores que caen se levanten por sus propios medios. Los fanáticos del sumo esperan que, a partir del triste final de Hibikiryū, los organizadores del certamen, consideren seriamente la modificación de los protocolos.
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