La efervescencia de la afición mexicana sobre Sergio “Checo” Pérez en este 2021 tiene varios años de gestación, pues aunque es cierto que esta es su primera temporada con un auto capaz de ganar carreras y campeonatos, su historia dentro de la Fórmula 1 ya ha escrito momentos de mucha pasión.
La primera de ellas y de las más emocionantes en sus 10 años de carrera dentro de la máxima categoría ocurrió en Malasia, en la segunda temporada del mexicano a bordo de un monoplaza de Fórmula 1.
Fue un 25 de marzo de 2012, cuando Sergio Pérez finalizó en la segunda posición del Gran Premio y obtuvo su primer podio en el Gran Circo, que también significó el regreso de la bandera mexicana al estrado desde Pedro Rodríguez en 1971.
9 años antes de que “Checo” obtuviera su primera victoria en Fórmula 1, el mexicano estuvo a punto de realizar una auténtica hazaña, pues abordo de un Sauber, una escudería acostumbrada a la media tabla de los resultados, le compitió de “tú a tú” a Fernando Alonso por el primer lugar, piloto dos veces campeón del mundo y que se encontraba al mando de un Ferrari bien aceitado.
Con apenas 22 años, Pérez puso en serios predicamentos a Ferrari tras una carrera donde la lluvia fue protagonista y principal responsable de que Red Bull, Mercedes y McLaren finalizaran detrás de un modesto Sauber pilotado por el mexicano.
“Checo” Pérez, que había arrancado desde la novena posición, se avivó junto a su equipo de trabajo y antes de que se detuviera la carrera por la gran cantidad de lluvia había sobre la pista, logró colarse hasta la tercera posición, por encima Webber, Vettel, Rosberg y hasta el propio Alonso, quienes partieron por encima del tapatío.
Con un extraordinario manejo de neumáticos y aprovechando las condiciones de la pista, Sergio Pérez se mantuvo en segundo lugar desde la vuelta 16, solo por detrás de otro espectacular pilotaje de Fernando Alonso, quien con un Ferrari con problemas en el rendimiento del fin de semana, había comenzado desde la octava posición.
Tras una pausa que rondó los 50 minutos por la gran cantidad de agua que cayó sobre el circuito de Malasia, la carrera se reinició en la vuelta 10 con un orden en la parrilla único para la joven carrera de “Checo”: Hamilton era primero con McLaren, Button era segundo, Pérez tercero, Webber cuarto y Alonso quinto.
En medio de una manada de lobos, se reinició la carrera y en menos de 10 vueltas, las posiciones dieron un giro radical y los punteros eran, casi en solitario, Fernando Alonso y Sergio Pérez, quienes comenzaron una batalla épica por una victoria en el segundo Gran Premio de la temporada.
Checo acortó más de 8 segundos de distancia con Alonso, al punto que tuvo al piloto español a menos de .400 segundos de distancia, con mejor estado en los neumáticos y mejor ritmo en el monoplaza, por lo que el rebase y el primer lugar parecía cuestión de tiempo.
A siete vueltas del final, Checo mordió como nunca antes a un campeón del mundo y buscó fervientemente su primera victoria en Fórmula 1, tanto que desde los pits le indicaron que tuviera precaución, pues un segundo lugar para Sauber era oro puro.
Cuando todo parecía perdido para el club de fans de Fernando Alonso, llegó la gran decepción para México y para el propio “Checo”, pues en la curva 14 de la vuelta 50, a solo seis del final de la carrera, Pérez tocó la parte húmeda salió de la pista, abriendo la brecha a cinco segundos con un Alonso que respiró hondo, pues se le agotaban los recursos para defender la posición.
El piloto tapatío se salvó de una catástrofe, pues Hamilton estaba más de 10 segundos por detrás y pudo recomponer el camino para subirse a su primer podio; sin embargo, dejó escapar la oportunidad de ganar su primera carrera de Fórmula 1, una que se resistió nueve años más hasta el GP de Sakhir y en plena pandemia.
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