Desde el 5 de mayo de 2012, Saúl “Canelo” Álvarez ha enfrentado todas sus peleas en arenas y escenarios de Estados Unidos. De hecho, gracias a que sus ganancias le han permitido adquirir propiedades en el país del norte, aunado a la inseguridad que se vive cotidianamente en México, planea cambiar su residencia de manera definitiva. Además, calificó como malas las gestiones de la administración actual para combatir la inseguridad.
Durante una entrevista realizada por el periodista estadounidense Graham Bensinger, el pugilista mexicano fue cuestionado sobre la inseguridad en el país, así como las estrategias que el gobierno ha encaminado para combatirla. Tras escuchar las preguntas, catalogó como “Muy malo” el esfuerzo de la administración actual y criticó que no se apoye al deporte e, incluso, al boxeo porque “es lo que más gloria le ha dado a México”.
Si bien ya existían con anterioridad, los índices de inseguridad aumentaron a raíz de la guerra contra el narcotráfico declarada durante la administración del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa. La violenta tendencia originó que durante el primer año y medio del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador se registraran, en promedio, casi 100 personas asesinadas diariamente.
Al respecto, Álvarez señaló que el robo y secuestro exprés son delitos con los que tienen que lidiar los ciudadanos de a pie. Además, señaló no sentirse cómodo en el país, pues existen:
“Demasiadas inseguridades. Demasiadas. Por eso yo ya no estoy más aquí en México porque es demasiada inseguridad. Para mí y mi familia mucho más. Es demasiada inseguridad y el gobierno no se preocupa por eso. Se preocupa por otras cosas”.
Y es que el boxeador ha vivido en carne propia los estragos del crimen organizado. En 2018, confesó, uno de sus hermanos fue secuestrado y se vio orillado a negociar su libertad a lo largo de tres días. Aunque no confirmó en qué fecha fue, recibió la primera llamada un día lunes en la semana previa a una de sus peleas. Según el calendario, en dicho año, se midió ante Gennady Golovkin y Rocky Fielding, por lo que el crimen pudo haberse cometido en septiembre o diciembre.
También aseguró que no dio el anuncio a la policía mexicana, pues no quiso que el caso se saliera de control. Sin embargo, después de comunicarse con los secuestradores, su hermano fue liberado y pudo volver a casa.
“Después de que negocié todavía pensaba ‘imagínate que fuera mi hija, mi mamá, mi papá’ hubiera sido más difícil todo eso. A parte tenía la pelea el sábado. Di entrevistas y nunca nadie supo nada. Cuando me ven ahí todos piensan que es muy fácil, pero no. Nada es fácil en esta vida”, aseguró.
Otro de los sucesos que le ha generado desconfianza en las autoridades lo vivió durante su etapa como boxeador amateur. A los 15 años representó al estado de Jalisco en las Olimpiadas Nacionales con la promesa de que el ganador de la medalla de oro recibiría un apoyo económico de forma mensual. Aunque no era mucho, aseguró, el monto lo ayudaría a solventar gastos de transporte. Su desempeño lo ubicó como el mejor atleta de su disciplina y se hizo del máximo galardón, pero el incentivo “jamás llegó. Nunca recibí un sólo centavo. Se lo robaron todo los que estaba ahí”.
No obstante, esa amarga experiencia lo orilló a incursionar en el ámbito profesional. Con la intención de seguir pelando, buscaba rivales en su estado, pero se negaban al enterarse de que era el ganador de la medalla de oro a nivel nacional.
“Me estaba decepcionando y le dije (a mi entrenador) ‘Chepo, entreno todo el tiempo y no peleo’ y me dijo ‘prepárate porque en un mes vas a debutar’. Tenía 15 años y fue lo mejor que pude hacer en la vida”, finalizó.
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