Destrozado anímicamente, Iván Ambrosio miró el plomizo cielo inglés e hizo la promesa: “Querido Londres: todo lo que me quitaste hoy, me lo devolverás pronto. Es un juramento”. Tenía 19 años y había dejado su Nápoles natal durante un mes para irse a Londres en búsqueda de su sueño de jugar profesionalmente en un club inglés. Dejó a su primera novia, cuarto año del colegio secundario, “un gran trabajo bien pagado” y al Real Poggiomarino, el club donde jugaba en la séptima categoría de Italia. No hablaba inglés y era su primer viaje en avión. Vivió en un albergue y trabajó como ayudante de cocina en un restorán italiano durante aproximadamente un mes. No logró ni siquiera probarse en algún club inglés en aquel viaje. Se tuvo que volver a Italia el 25 de marzo de 2013, según recuerda con precisión suiza. “Regresé con los bolsillos vacíos y el corazón roto”, dice, como si repasara la letra de un tango triste. Entonces prometió volver a esa ciudad que tanto le fascina. Lo hizo dos años después y para cumplir lo que él define como otro sueño. También, podría agregarse, para consumar un objetivo que él juzgaba pendiente: la escritura de un libro que lo llevó a recorrer 320 estadios entre Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda e Irlanda del Norte y a ver in situ 132 partidos de fútbol (129 de ellos en suelo inglés, dos en Escocia y uno en Irlanda). “Mi viaje a Inglaterra”, es el título del libro que resume sus cinco años de residencia en ese país: desde marzo de 2015 hasta abril de 2020.
Por estos días, en Turín trabaja junto a un productor televisivo en la creación de un documental sobre su particular recorrido vinculado con el fútbol inglés. Y en septiembre tiene previsto regresar a Londres para comenzar en la Universidad una licenciatura sobre Deporte y Ciencia. La de Ambrosio, un napolitano de 27 años, es la historia de un apasionado a más no poder por el fútbol en general y por el de Inglaterra en particular.
Amable en sus modos y deseoso de conocer alguna vez a la Argentina y a su profunda cultura futbolera, Iván pide que la entrevista se realice en italiano o en inglés, los idiomas que habla. En inglés, entonces, cuenta que entre 2015 y 2020 vivió en el Reino Unido, entre Bowness-on-Windermere, un pueblito de menos de 3.000 habitantes cercano a la frontera con Escocia; Manchester; y Londres. “Visité todas las principales ciudades de Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda e Irlanda del Norte. También visité docenas y docenas de pequeñas y desconocidas ciudades alrededor de Inglaterra. Hice la mayoría de los viajes solo, pero a veces tenía la compañía de mis queridos compañeros Lucio y Giuseppe”, comenta desde Turín, la ciudad a la que se mudó el año pasado porque Eleonora, su novia, es de allí.
El libro que escribió, para “contar la belleza del fútbol inglés a través de ojos italianos”, tiene 382 páginas y se divide en diez capítulos. Contiene más de 80 fotos, diez mapas de Inglaterra y muchos otros detalles ilustrativos para que cualquier amante del fútbol pueda conocer sus vivencias y también lo pueda utilizar como una suerte de guía para recorrer los estadios de las distintas categorías de ese país. “Después de publicar el libro en Italia, mi objetivo es traducirlo al español y publicarlo en ese idioma con un editor porque creo que mucha gente de España, Argentina y el resto de Sudamérica estará interesada en descubrir muchas historias increíbles del fútbol inglés gracias a mi viaje”, se entusiasma Iván, quien durante su estadía en Inglaterra tuvo la posibilidad de sacarse fotos con personajes variopintos como Marcelo Bielsa, Pep Guardiola, Alan Shearer (exgoleador del seleccionado inglés) y Adebayo Akinfenwa, delantero de Wycombe Wanderers (milita en el Championship, la segunda categoría) y uno de los futbolistas más corpulentos del mundo (pesa 102 kilos y mide 1,85).
Ambrosio se recibió de director técnico de fútbol con el título de la FA de Londres, la emblemática Asociación de Fútbol inglés, y su sueño actual -confiesa- “es convertirme en entrenador de un equipo profesional”. Durante su estadía en la capital inglesa, entre enero de 2018 y abril de 2020, dirigió a un equipo Sub-11 llamado Just Play FC. Actualmente trabaja en Turín como técnico de divisiones menores “en una Academia de la Juventus”, el equipo del que fue hincha de pequeño. “En este momento no apoyo a ningún equipo”, dice, como si a futuro no quisiera cerrarle la puerta a trabajar en ningún club de su país. “En Inglaterra me gusta el Chelsea porque trabajé para ellos y me sentí parte del club”, agrega y reconoce que le gusta la cultura futbolística de “Ajax, Barcelona y Bayern Munich”.
Palabra autorizada para hablar sobre los estadios del fútbol inglés, Ambrosio afirma que su favorito es Craven Cottage, la cancha que el Fulham tiene en Londres y prototipo de los más tradicionales de ese país. “Es un tipo de estadio que transmite la belleza del fútbol inglés, las tradiciones y la historia del club. Además, lo que realmente me gusta del Craven Cottage es su increíble ubicación, junto al río Támesis y a todas las casas victorianas que lo rodean. Tuve la oportunidad de vivir a veinte minutos a pie del estadio y nunca olvidaré mis paseos diarios por esa zona”.
En el ranking de los cinco estadios ingleses que más le gustan también están Sandygate, el más antiguo del mundo, con capacidad para apenas 700 personas y sede del Hallam FC, equipo de la ciudad de Sheffield fundado en 1860 que milita en la NCEL Division One, un torneo semiprofesional que vendría a ser una novena categoría; Fratton Park, que desde 1898 es la casa del Portsmouth FC, un equipo que juega en la League One, la tercera división; Goodison Park, del Everton FC, ubicado en Liverpool y con un aforo de 39.572 personas; y York Road, de Maidenhead United (juega en la Conference National, el quinto nivel del fútbol inglés), reconocido por la FIFA y por la Football Association como el campo de fútbol más antiguo del mundo en uso continuo por el mismo club, desde 1871 (tiene capacidad para 3250 personas). “En esos estadios hay mucha historia, se respira las tradiciones de los clubes. Estadios como esos son los hogares del fútbol”, remarca, amante de la historia que emparenta al fútbol inglés con sus orígenes.
Entre sus preferidos, Ambrosio pone en un lugar de privilegio a otros dos escenarios: Boleyn Ground, el legendario estadio del West Ham United, demolido en 2016; y City Ground, del Nottingham Forest. “En todos estos estadios me sentí feliz y agradecido por lo que estaba viviendo. Es fabuloso visitar estadios centenarios y tener la oportunidad de caminar por el mismo lugar donde miles de personas lo hicieron antes que yo”.
Stamford Bridge, la cancha del Chelsea, es un lugar muy caro a los afectos del italiano. “Tuve el privilegio de trabajar allí durante una temporada como camarero privado de la familia del jugador Callum Hudson-Odoi. Esa experiencia fue increíble. Tuve la oportunidad de ver todos los partidos y también tuve el honor de trabajar, como camarero privado, en Cobham -el campo de entrenamiento del Chelsea-, donde trabajé para los jugadores del primer equipo y donde también conocí a una leyenda: Frank Lampard, uno de mis jugadores favoritos de todos los tiempos”.
-¿Qué sabés del fútbol argentino?
-Para ser honesto, no sé mucho sobre Argentina. Sólo sé que River y Boca es el Superclásico, que en Argentina se vive el fútbol con mucha pasión y espero verlo algún día allí mismo. Me gustaría algún día visitar Sudamérica, especialmente Argentina, para descubrir la cultura futbolística de allí y visitar estadios.
Cuando se le pregunta por el partido que más recuerda de los 132 que vio en Inglaterra, elige uno de la League Two, la cuarta categoría. “Recuerdo muy bien el juego entre Wycomebe Wanderers y Stevenage jugado el 5 de mayo de 2018. Wycombe Wanderers logró el ascenso a la League One y al final del juego invadimos el campo de juego con todos los hinchas para celebrar la victoria con los jugadores: ese día fue increíble e inolvidable para mi”.
Jugó once años como delantero en diferentes clubes, desde 2003 a 2014. El 19 de mayo de 2018, durante su estadía en Inglaterra, concretó su sueño de jugar para un equipo inglés en una competencia amateur: el Upton Park FC, un club histórico que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1900 al representar al Reino Unido en esa competencia. Allí vivió una historia particular que relata así a la distancia: “Mi conexión con Upton Park FC es increíble, y es por eso que decidí escribir tres historias diferentes sobre ellos en mi libro. La primera cuando, por pura casualidad, los conocí en noviembre de 2017; luego, en marzo de 2018, cuando tuve el honor de ir con ellos a la Isla Jersey para conmemorar un histórico partido entre Jersey FA contra Upton Park FC; y el último, en mayo de 2018, cuando Jonathan Hunter, el presidente del Upton Park FC, me ofreció la oportunidad de realizar mi sueño y jugar para ellos. Ese día, sin ninguna duda, fue el mejor día de mi vida. ¡Y también ganamos la copa! ¡Mi primer partido y mi primera copa!”.
Como buen napolitano, lo afectó sobremanera la muerte de Maradona pese a no ser hincha del equipo en el que Diego brilló con toda esa luz propia que lo acompañó durante la mayor parte de su carrera. “La muerte de Diego me afectó a mí y a muchas otras personas que conozco. Haber crecido en la ciudad donde Diego escribió la historia más linda del Napoli es un honor para mí. Cuando camino por las calles de mi ciudad todavía puedo sentir el amor de la gente por él, y cada vez que iba al estadio San Paolo, ahora llamado Diego Armando Maradona, cerraba los ojos y lo veía jugar con su sonrisa en la cara y su amor por el fútbol y por el pueblo napolitano”, expresa y evoca que en octubre de 2016 tuvo el “privilegio” de ver a Maradona en el Olímpico de Roma en un partido benéfico llamado “Unidos por la Paz”. “Ese día permanecerá para siempre en mi corazón”, resume.
Elude con elegancia una pregunta sobre si prefiere el fútbol valiente de Pep Guardiola o el más especulativo de José Mourinho. “El mejor me parece Sir Alex Ferguson, sin ninguna duda. Guardiola y Mourinho son grandes entrenadores, pero Ferguson es una leyenda. El mejor entrenador de la historia”, sentencia sobre el escocés que -entre otros clubes- dirigió al Manchester United desde 1986 hasta su retiro en 2013 y que ostenta el récord de ser el técnico con más títulos obtenidos: 49 en toda su carrera.
Entre los gustos futboleros que se dio -remarca- está el hecho de haber visto una vez a Lionel Messi en un campo de juego, en este caso en el Camp Nou. Recuerda la fecha, “el 24 de noviembre de 2015”, como si se tratara del cumpleaños de un ser querido. “Jugaron Barcelona y la Roma por la fase de grupos de la Liga de Campeones y el partido terminó 6 a 1 con dos goles de Messi. Ese día fue increíble para mí porque concreté el sueño de ver a Messi en un terreno de juego”.
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