Florentino Pérez sonrió y dejó al pasar el dato en momentos donde la Superliga europea todavía estaba firme en su batalla por imponerse. Las frenéticas horas pasaron, las quejas aumentaron y ocho de los doce clubes tomaron la decisión de bajarse del proyecto informando el tema por un comunicado. Pero aquella advertencia que había lanzado el presidente del Real Madrid quedó flotando en el aire: “Es vinculante. Firmamos algo que se llama vinculante y de eso no se puede salir”.
Mientras la UEFA celebra públicamente por haber ganado la batalla, al parecer la guerra no está terminada y nuevamente fue el máximo directivo Merengue quien insistió con esa cláusula que muchos pasaron por alto: “De momentos seguimos los doce. Tienen que pagar una penalización. Había un club que no estaba con nosotros que no tenía mucho interés, pero ha firmado. Hemos firmado un acuerdo vinculante después de muchos días de trabajo”, disparó en las últimas horas en el programa El Larguero de Cadena Ser quien además se desempeña como presidente de la Superliga.
Sin embargo, Florentino no quiso hacer público el valor de la bendita cláusula de salida que existe en ese proyecto, pero los medios británicos dieron detalles de esta nueva guerra que se avecinará entre los que durante menos de 72 horas fueron socios en este plan que tenía como objetivo un particular método para “salvar al fútbol”, según insistió una y otra vez el pope del Merengue.
A juzgar por los comunicados emitidos, Arsenal, Tottenham, Manchester City, Manchester United, Liverpool, Chelsea, Atlético Madrid e Inter son los ocho clubes que anunciaron su salida, teniendo en cuenta que el Milan lanzó un descargo ambiguo, mientras que Juventus y Real Madrid son dos de los impulsores del torneo. ¿Barcelona? Es la única entidad que mantuvo un llamativo silencio en torno al tema.
El medio inglés Daily Mail informó en las últimas horas que los integrantes del “Big Six” de la Premier League compararon participaciones de capital de la Superliga europea por un valor superior a los 11 millones de dólares cada uno para crear la infraestructura del nuevo certamen, abonar distintos honorarios legales y financiar algunos puestos esenciales de negociación con emisoras y socios comerciales.
Las preguntas que se formulan en torno a ese millonario gasto que anunciaron están asociadas a si se “devolverá algo” tras el colapso de la liga, aunque también está muy latente la línea de lo dicho por Florentino Pérez: podrían verse obligados a pagar una compensación a los otros clubes fundadores por romper una de las cláusulas de ese contrato.
La particularidad del vínculo entre los 12 fundadores de la Superliga es que es por 23 años y establece que durante los primeros 3 años no pueden marcharse. “Pero dada la rápida y espectacular implosión de la competencia, no está claro si la cláusula se hará cumplir”, analizaron los periodistas Matt Hughes y Charlie Walker en el la publicación. Sin embargo, el detalle es que los abogados consultados advierten que la estructura del contrato estaba en esa dirección precisamente para impulsar a las entidades a seguir con este proyecto controversial más allá de las amenazas de sanciones que iban a aparecer desde los distintos organismos.
La especulación que realizan allí en torno a los puntos a futuro del proyecto indican que tanto Florentino Pérez, como el dueño del Manchester United Ed Woowdward, tenían la convicción de que esta Superliga iba a convertirse en una franquicia global. El deseo era que se expanda la semilla plantada de estos certámenes semi cerrados a América del Sur, África y Asia. Al mismo tiempo, aseguran que hubo debates internos para crear una especie de Campeonato Mundial entre esas diversas ligas como una especie de contraofensiva contra el Mundial de Clubes de la FIFA.
“Creo que los clubes que participan en la Superliga se han colocado en una posición en la que no es fácil salir o dar un paso atrás. La Superliga sabía que habría mucha presión sobre los clubes para que salieran, así que supongo que también hay una fuerte obligación por parte de los clubes de no salir de ella”, le dijo al DailyMail Mark-E Orth, líder de un bufete de abogados especializados en derecho deportivo con sede en Múnich.
El plan Superliga tenía el apoyo económico del banco norteamericano JP Morgan. Trascendió horas después del anuncio que la entidad financiera repartiría una partida de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares) entre los quince clubes fundadores, teniendo en cuenta que la intención era sumar a tres instituciones más a las doce que iniciaron el proyecto.
La otra cara de la moneda pasa por el comunicado que sacó la Juventus de Andrea Agnelli, uno de los grandes impulsores del procedimiento. Mientras Florentino insiste públicamente en seguir adelante, la Vecchia Signora reconoció los problemas: “Juventus sigue convencida sobre la solidez del proyecto deportivo, comercial y legal, cree que hay pocas posibilidades de que el proyecto se complete en la forma concebida originalmente”.
Mientras la guerra silenciosa entre los 12 fundadores se desata, hay 8 que ya confirmaron que no estarán más en la mesa. Algunos, como Chelsea, Tottenham y Manchester City, aseguraron que “comenzaron los procedimientos para retirarse”. Inter advirtió que “ya no forma parte” del proyecto, Manchester United que “no participará”, Arsenal declaró que se “retiraron” de la Superliga, Liverpool que “descontinuó” los planes y Atlético Madrid que le comunicó “al resto de los clubes” su decisión de “finalmente” no adherirse al plan.
Distintas formas de decir lo mismo: la Superliga ya es parte del pasado para ellos.
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