El fútbol europeo está al borde de iniciar una transformación histórica si la Superliga europea se concreta. No sólo por la creación de un nuevo certamen que eclipsaría por completo a la Champions League, la copa de clubes más redituable de la UEFA, sino además porque sentaría un peligroso de que los equipos pueden tomar decisiones e iniciar proyectos por fuera de la FIFA. Es por eso que la Casa Madre del fútbol mundial ha iniciado un fuerte operativo para desbaratar el novedoso torneo.
El lunes, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y mandamás de la Superliga, dejó en claro que lo que impulsó a los 12 clubes a su creación es el dinero: ”Nadie ha montado nada, los clubes importantes de Inglaterra, Italia y España tienen que dar una solución a una situación muy mala que está atravesando el fútbol, hemos perdido 5.000 millones. Nosotros el año pasado teníamos un presupuesto de 800 y terminamos en 700 y este año en vez de 900 vamos a ver si ingresamos 600, en dos temporadas 400 millones menos, sólo el Real Madrid. Estamos pasando una situación muy mala”, señaló en el programa El Chiringuito.
Es por eso que la UEFA buscará ahora aumentar el atractivo económico de la Champions League y según adelantó RMC+ estaría buscando asociarse a un fondo de inversión británico para generar una inyección inmediata de entre 4.500 y 7.000 millones de euros. De esta manera, el objetivo es tentar a los 12 fundadores, Milan, Arsenal FC, Atlético de Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter de Milan, Juventus FC, Liverpool FC, Manchester City, Manchester United, Real Madrid CF y Tottenham Hotspur, de desistir con la Superliga y seguir jugando la Champions.
De esa docena de clubes, este martes Manchester City anunció en un comunicado que se baja del proyecto y por lo tanto se espera un efecto dominó en otros como Arsenal, Barcelona, Chelsea y Atlético de Madrid, según adelantaron varios medios europeos.
Hoy el certamen entrega, en total, 1.950 millones de euros por temporada. Cada equipo que participa recibe 15,25 millones de euros. En la fase de grupos, además, perciben 2,7 millones por cada victoria y 900 mil por los empates. En caso de avanzar a octavos de final el premio es de 9,5 millones y en los cuartos asciende a 10,5 millones. En la instancia decisiva, el finalista se lleva 15 millones y el campeón 19 millones. De esta manera, las ganancias del ganador del certamen en relación al mérito deportivo ascenderían a unos 75 millones de euros en el mejor de los casos.
Existe, además, un sistema llamado market pool que divide 292 millones de euros entre los equipos participantes en virtud de su atractivo para el mercado televisivo. Cuantos más partidos juegue un equipo en la Champions y cuanto más arriba haya terminado en la tabla de posiciones de su liga en la última temporada, mayor será la proporción que recibirá de parte de este fondo.
La Superliga, en tanto, según explican sus promotores, está destinada a generar recursos suplementarios para toda las pirámide del fútbol: “Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del COVID-19”, señala el comunicado que fue emitido el domingo por los 12 fundadores.
A su vez, el lunes, Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA reafirmó que los jugadores que formen parte de los clubes de la Superliga europea “serán vetados” para las competiciones internacionales y “no podrán representar a sus selecciones nacionales en ningún partido”.
“La UEFA y el mundo del fútbol están unidos contra la vergonzosa propuesta egoísta que hemos visto en las últimas 24 horas de unos pocos clubes selectos en Europa que se alimentan puramente de la codicia por encima de todo”, aseguró.
La Superliga tiene la intención de lanzar una competencia de 20 equipos con 15 miembros fundadores, pero solo 12 se han inscrito actualmente. “La competición se jugará junto con las competiciones de liga y copa nacionales existentes, que son una parte clave del tejido competitivo del fútbol europeo”, se lee en la carta de la Superliga a Infantino y Ceferin.
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