El entrenador del Atalanta, Gian Piero Gasperini, fue convocado ante el tribunal antidopaje italiano por interrumpir un control fuera de competición a su equipo, un acto por el que podría ser castigado con varios encuentros.
Al técnico bergamasco se le acusa de haber interrumpido a comienzos de febrero un control fuera de competición a uno de sus futbolistas. “Insultó al inspector y criticó todo el sistema antidopaje, deteniendo el análisis en curso y forzando al jugador a volver al entrenamiento”, según las palabras del fiscal antidopaje Pierfilippo Laviani recogidas por La Gazzetta dello Sport.
Por estos hechos, medios italianos aseguran que el técnico podría tener prohibido el acceso a los estadios e incluso todo contacto con su equipo durante 20 días. Según La Gazzetta, el jugador en cuestión, del que no trascendió su identidad, pasó su examen tras el entrenamiento, gracias a la “mediación” de un médico del equipo. No se encontró ningún caso de positivo por dopaje en el club.
Si se confirma la sanción, el entrenador de 63 años se perderá los tres próximos encuentros de la Serie A, en los que el Atalanta se juega la clasificación para la Liga de Campeones por tercer año consecutivo, y la final de la Copa de Italia contra la Juventus el 19 de mayo.
No es la primera vez que el entrenador se ubica en el centro de la polémica. A finales de 2020 fue acusado de enfrentarse a Alejandro Papu Gómez, quien era la figura de su equipo, y se terminó marchando rumbo al Sevilla.
El mediocampista argentino, quien había sido elegido el mejor en su puesto en la Serie A, tenía contrato con el Atalanta hasta 2022 y de un día para el otro dejó de ser tenido en cuenta: “Tuvimos grandes momentos con él, pero su exclusión es una decisión basada en que necesitaba encontrar otro tipo de equipo porque, en ese momento, estábamos sufriendo. Es sólo una razón técnica, ya que quería ayudar más a De Roon y Freuler. Es algo que siempre habíamos hecho, pero solo pasó que esta vez la elección no fue aceptada. Él no se adaptó”, explicó el técnico en ese entonces, cuando el futbolista había dejado de ser convocado. Casi un mes después de aquellas declaraciones, el Papu fue vendido al Sevilla por casi USD 9 millones.
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