Tiger Woods conducía a una velocidad casi del doble de lo permitido cuando se estrelló en California en febrero, dijo el miércoles el alguacil del condado de Los Ángeles. La camioneta del golfista viajaba a 140 kilómetros por hora antes de salirse de la carretera y volcarse varias veces durante el accidente en Ranchos Palos Verdes, dejando al multicampeón con la pierna derecha rota.
“El principal factor causal de esta colisión de tráfico fue conducir a una velocidad insegura para las condiciones de la carretera y la incapacidad de sortear la curva de la carretera”, informó Alex Villanueva. “Las velocidades estimadas en la primera zona de impacto fueron de 84 a 87 millas por hora”. A su vez, explicó que no hubo signos de deterioro ni evidencia de “conducción distraída”, y Woods permitió voluntariamente que se hicieran públicos los resultados de la investigación.
Se cree que el deportista de 45 años pudo haber pisado inadvertidamente el acelerador en lugar de los frenos al perder el control, agregó el capitán James Powers, aunque el propio Woods no recuerda el incidente. Eso se deduce porque el vehículo fue aumentando su velocidad tras desviarse de la carretera.
Ambos funcionarios dijeron que el golfista no había recibido ningún trato especial y que no fue citado por exceso de velocidad porque no había testigos ni policías presentes en ese momento. De esta manera, no enfrentará cargos criminales. El accidente habría sido investigado más a fondo “si hubo una lesión significativa o una muerte” y hubiera involucrado a otra persona.
A su vez, los investigadores no revisaron el teléfono de Woods ni le hicieron análisis de sangre porque “no había evidencia de deterioro o intoxicación”, dijo Powers en una conferencia de prensa. Por eso no se pudo determinar si estaba atendiendo una llamada o enviando algún mensaje por alguna aplicación al momento del accidente. Estos dos son los grandes interrogantes que quedarán pendientes de saber en torno a este tema.
El Departamento del Sheriff tampoco sabe si el exitoso deportista estaba lúcido al momento de precipitarse por el terraplén. Para colmo, las fuentes policiales aseguran que Tiger no recordaba nada de lo ocurrido, algo que bien podría estar asociado a que se especula que golpeó “tres o cuatro veces la cabeza con algo duro en la cabina”.
Un detalle, no menor, es que en las primeras horas posteriores a la colisión la Oficina del Sheriff del Condado brindó una conferencia de prensa en la que descartó rápidamente que Woods haya consumido alguna sustancia que pudiera influir en su lucidez para conducir. “No parecía estar bajo la influencia de alcohol, drogas o algún tipo de estupefaciente”, dijeron por entonces.
Luego de conocerse oficialmente los resultados de la investigación, Woods rompió el silencio desde sus redes sociales y expresó: “Estoy muy agradecido a los dos buenos samaritanos que se acercaron a asistirme y llamaron al 911″.
Por lo que se pudo reconstruir, Tiger se accidentó alrededor de las 7 de la mañana en Rolling Hills Estates cuando su vehículo abandonó la carretera, cruzó dos carriles, colisionó con un árbol y terminó en un costado de la ruta. Un joven bombero novato fue el actor clave de su rescate. Tras las operaciones que debieron practicarle por las lesiones en las piernas, el golfista abandonó el hospital a comienzos de marzo y se marchó a su casa de Florida donde continúa con la recuperación. “Estoy feliz de informar que he regresado a casa y continúo mi recuperación allí. Estoy muy agradecido por los muchos apoyos y ánimos recibidos durante las últimas semanas”, escribió por entonces en sus redes sociales.
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Con información de AFP