El inicio de una nueva temporada del béisbol en Estados Unidos ya dejó una de las imágenes que marcarán el 2021. Luego de poco más de un año, se desarrolló el primer evento deportivo masivo con un estadio lleno. El Globe Life Field albergó a cerca de 38 mil espectadores en el partido entre Texas Rangers y Toronto Blue Jays correspondiente a la MLB.
Sin distanciamiento social y con muchos aficionados utilizando mal el tapabocas o, en algunos casos, sin ningún tipo de prevención en contra del contagio de Covid-19, Texas le dio la espalda al resto del país celebrando el partido con la capacidad del estadio casi completa. Hace algunos días el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos había solicitado a la población responsabilidad para controlar los contagios que dejaron a miles de muertos.
Independientemente de eso, una multitud pudo ver en primera persona la derrota de los Texas Rangers por 6-2 frente a los Toronto Blue Jays. A pesar de la situación que se vivió en 2020, Texas siempre intentó abrir los eventos deportivos para los fanáticos: ya habían autorizado poder ir al estadio, con entradas limitadas, durante los playoffs de la temporada corta en la MLB.
Hasta Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, opinó al respecto: “Es una decisión que ellos toman, pero es un gran error. Deberían escuchar al doctor Anthony Fauci, los científicos y los expertos. Siento que no es responsable de su parte”. El conflicto arrancó con el gobernador del estado del sur, Greg Abbott, quien anunció que todo establecimiento podría abrir al 100% desde el 10 de marzo en adelante.
“Muchos texanos perdieron oportunidades por la pandemia. Los negocios chicos están complicados en pagar sus facturas. Esto tiene que terminar. Es hora de abrir a Texas al 100%”, explicó el mandamás en un evento político. “El sistema de salud está bien y la vacuna está siendo rápidamente aplicada. ¡Es la hora de abrir!”, escribió Tate Reeves, gobernador de Mississippi, respaldando a su par.
De ahora en adelante, todo el país estará pendiente de los números de contagios de los próximas días en el estado de Texas para conocer el impacto de este evento masivo que albergó 38.238 personas (según Sportsnet) en un recinto que tiene capacidad máxima para 40.000, cifras que hacen pensar en la dificultad existente para llevar a cabo el distanciamiento social requerido como medida de prevención. El día previo al evento, la franquicia había advertido: “Se requerirán máscarillas para todos los fanáticos, excepto cuando coman o beban activamente en sus asientos”.
“A los asistentes que muestren alguno de estos síntomas se les puede negar la entrada al estadio o, si ya están dentro del estadio, se les puede pedir que se vayan”, habían agregado.
Según la cadena CBS, la mayoría de los equipos de la MLB están limitando a asistencia de los fanáticos hasta el 25% de la capacidad total de sus respectivos estadios y algunos propondrán hasta el 50%.
Lo ocurrido en Texas, por lo pronto, ya abrió un gran debate: “Juego de apertura para los Rangers de Texas. ¡Todos los que no están vacunados son unos idiotas!”, escribió la activista Amy Siskind en sus redes. “Parece surrealista ver esto. Luz al final del largo túnel oscuro”, consideró otro usuario. Según informó ABC, apoyándose en información del sitio web de Servicios Humanos y de Salud de Texas, hay 59,968 casos activos de coronavirus en Texas.
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