En lo que significaba una visita a su viejo estadio y excompañeros del Puebla F.C, Nicolás Vikonis, quien ahora resguarda la portería de Mazatlán F.C, protagonizó un penoso momento que derivó en su expulsión del partido. Los visitantes se quedaron con 10 jugadores en el terreno de juego y, a la postre, se convirtió en un factor determinante para que los locales se llevaran la victoria por tres goles a uno.
Apenas al minuto 15 de las acciones, los pupilos de Tomás Boy se encargaron de inaugurar el marcador. Tras recibir el balón por parte de Camilo Sanvezzo, Giovanni Augusto encaminó una rápida conducción desde la banda izquierda en el mediocampo. Logró deshacerse de su primer marcador y entrar al área. Ahí ya lo esperaba el segundo defensor, aunque, ante el peligro latente de gol, su compañero Aristeguieta se habilitó para recibir un posible paso.
Ante la presión, decidió continuar con la jugada individual. Amagó en un par de ocasiones y, gracias a su velocidad, logró derribar al zaguero poblano sin siquiera haberlo tocado. Con la ventaja, hizo un recorte hacia el centro del área y, sin pensarlo, soltó un cañonazo potente que terminó en el fondo de la red. El portero Antony Silva no pudo hacer nada para impedir la ventaja.
El gol pudo haber trazado un buen camino para Tomás Boy. Sin embargo, la ilusión de vencer a uno de los equipos más regulares del torneo se desmoronó hacia los últimos minutos del primer tiempo. Corría el minuto 44 del encuentro cuando el Puebla gestaba una llegada peligrosa dentro del área. El mediocampista envió un centro peligroso al área que intentó rechazar el arquero visitante.
En el manual de los porteros se establece que, ante la presencia de un balón aéreo peligroso y atacantes en el área chica, la mejor opción es rechazar la esférica con los puños para disociar el peligro. No obstante, los malos cálculos pueden desencadenar desafortunadas acciones. En el caso de Vikonis, al intentar golpear el balón, impactó la cara de Amaury Escoto y derivó en su salida anticipada del partido.
Luego de observar la jugada en el VAR, el silbante confirmó su decisión y marcó penal a favor de Puebla. En ese momento, el planteamiento táctico cambió por completo, pues ante el peligro de tener 10 jugadores, Boy se vio obligado a sacrificar a Camilo Sanvezzo para que su lugar fuera ocupado por Ricardo Gutiérrez, el arquero suplente.
El partido se reanudó seis minutos después de haber concluido los primeros 45 minutos reglamentarios. Santiago Ormeño, quien se ha consolidado como el goleador de la franja, se perfiló y engañó al arquero. Con un sutil impacto con la parte interna del pie, colocó el balón en el lado izquierdo de la portería e igualó las acciones. Después de ello, el árbitro dio por terminado el primer tiempo.
Debido a la desventaja, los cañoneros del Mazatlán tuvieron que soportar los embates de Puebla. La estrategia funcionó. Sin embargo, ante los pocos espacios para acercarse al área, Salvador Reyes se animó a disparar de media distancia y, al minuto 63, puso en ventaja al equipo local. El balón se incrustó en el ángulo superior derecho de la portería.
El partido fue finiquitado ocho minutos después. En un tiro de esquina, y con la mayor parte de los cañoneros defendiendo el área, el balón siguió su trayectoria hacia afuera del área. Sin embargo, la marca fue descuidada y Maximiliano Araujo se encontró sólo para rematar con la pierna izquierda. La trayectoria fue cruzada y culminó en el poste contrario a la posición de Gutiérrez.
El partido terminó 3-1. Vikonis, con su expulsión, condenó la goleada de su equipo. Aunque, como se dice coloquialmente, se ‘puso la del Puebla’ y benefició a sus excompañeros, quienes se ubicaron de forma provisional como el cuarto mejor club del torneo.
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